Todos los días son iguales y no cambian en el más mínimo detalle. La intriga está presente todo el tiempo, oculta por una luz insoportablemente blanca y brillante. Es tentador, no lo niego, muero por descubrir lo que hay al otro lado. Pero sé que no se tiene que ceder a todas las tentaciones, muchas de ellas no son buenas y por lo tanto, resisto y espero. Al fin y al cabo, esperar no es tan malo y todo depende de qué es lo que uno está esperando. Otra parte importante de la espera, es la comodidad. Si uno está cómodo, repito, esperar no es tan malo. Por el momento estoy recostado, sin ningún tipo de responsabilidad más que la de esperar. Mientras tanto, el brillo intenso al final del túnel nunca se apaga y lo único que me preocupa, es la cuenta que me va a venir de luz.
Creo que esta persona esta muerta y descansando, y la luz que ve al final del tunel es la entrada a la nueva vida trás la muerte.
Pensaré a ver si se me ocurre algo más interesante.
24 septiembre 2010 | 12:10
Mientra haya luz, existirá vida. Es así de simple.
Es como la pila de un muñeco.
Activo, cargado, que cumple su función.
La pila se va agotando y con ella la razón de ser.
Los humanos por suerte o desgracia somos así, cuando se nos va la luz, nada funciona. Los muñecos, la gran parte, al menos admiten el cambio de pilas.
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24 septiembre 2010 | 12:46
Cuando nacemos nuestra madre nos da a luz, y cuando morimos dicen que vemos la luz; entonces la luz me lo da y me lo quita todo…o me he liado?
24 septiembre 2010 | 13:14
La luz es la vida. Así de simple lo veo yo y, a la vez, tan complejo. Prefiero no pensar qué hay o deja de haber más allá de esa luz…
24 septiembre 2010 | 13:43
Más vale malo conocido que bueno por conocer, y quien esté bien, que no se mueva. No conozco más enseñanzas antiguas y sabias que recomienden esperar, a ver que pasa, negándose a avanzar. Por lo que a mi respecta, voy avanzando, con miedo por lo que me espera más allá, aunque los cambios me fastidien y me machaquen lo cómodamente cotidiano, porque sé que, una vez traspasado el umbral y efectuado el cambio, enseguida me acostumbraré y todo volverá a ser cómodo y cotidiano.
24 septiembre 2010 | 14:06
Típico de la mente evadirse con una tontería en un momento crítico.Como en este caso, se está muriendo y piensa en la cuenta de la luz, o el que se está desangrando y se lamenta por la alfombra o la ropa manchada……
Buen fin de semana!
24 septiembre 2010 | 14:31
vaya tonteria
de articulo ,hay como te aburres chico,busca la chispa de la vida
24 septiembre 2010 | 15:20
Pero quien tiene el derecho de decidir que esta bien o mal en esta vida..al menos sobre nuestra vida somos nosotros, en teoria.. Pero es más facil esperar que venga lo que no nos atrevemos a buscar, sabiendo que no llegará, pero al menos es más cómodo y no hace falta pensar
24 septiembre 2010 | 19:08
Creo que te refieres a una persona muerta, pero como está cómoda y no se da cuenta de que está en esa situación y se deja morir………
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24 septiembre 2010 | 22:53
Despues de largas deliberaciones he llegado a la triste conclusión de que si el protagonista de esta historia no esta muerto solo puede tratarse del clasico tio que tras quedarse en el paro y tener a su mujer fregando escaleras para subsistir o haciendo otras labores más delicadas que no se pueden mencionar en un espacio que esta al alcance de niños , se ha engandulado y esta siempre tumbado en el sofá viendo la tele , incapaz de hacer el minimo movimiento que pueda alterar su estupendo estado de comodidad y ese estado aletargado le impide siquiera levantarse un instante para apagar la luz, cuando piesnsa.– Podria llamar a un electricista para que cambiase todas las bombillas de la casa por esas de bajo consumo pero claro el telefono está en la otra habitación y además, pensandolo bien , pagarle el material el trabajo y el desplazamiento me supondria un gasto mayor que dejar estas lamparas encendidas todo el año, así quees mejor esperar hasta que llegue Rosita y las apague ella . Claro que el mundo se esta poniendo fatal con tantas subidas de la electricidad, pero no se para que me preocupo tanto , si para cuatro dias que vivimos …. no voy a exponerme a perder esta postura tan placentera y luego me cueste volver a encontratarla. El confort es lo principal, al fin y al cabo, Rosita volverá dentro de tres horas y ya apagará ella las malditas bombillas.
Clica sobre mi nombre
24 septiembre 2010 | 23:26
WALTER….sos un cachondo…con este «micro»te luciste…nos embromaste a todos viejo…un saludo
25 septiembre 2010 | 09:10
Walter, este micro es Brillante, así, con mayúsculas. El hombre en coma sigue manteniendo su esencia de avaro.
El humor final contrasta fantásticamente con lo trágico del relato. ¡Me encantó!
Saludos!
25 septiembre 2010 | 23:51