La cosa se va a acabar poniendo fea y no: La culpa no es de Shakira en ninguno de los casos. Que una mujer harta de que la hagan creer que está loca, cansada de hacerse la ciega y agotadísima de tener que estar sorda y muda explote es siempre un hecho noticioso, un golpe sobre la mesa y un símbolo internacional de un feminismo nuevo y nada rancio. El problema de todo esto es que hay otra mujer afectada, y no por la letra de la canción de Shakira con Bizarrap.
Me consta, lo sé y las conozco y no puedo callarme más. Los veranos de Gerard Piqué podrían ser bastante intensitos y sus escapadas y escarceos ibicencos serían toda una costumbre que durante años habría podido ir llevando en secreto, pero que en cualquier momento terminarían por ser de dominio público.
Mucho se comenta sobre el mundo del fútbol y algunos de sus jugadores. Y la verdad es que conociendo a unos cuantos de ellos y habiendo sido, incluso, víctima de sus tejos mal tirados, me resulta prácticamente imposible que no se hayan contado más casos. Y, en concreto, de Gerard Piqué.
Varias chicas, relaciones públicas de discotecas, jóvenes que trabajan de imagen en garitos donde suelen acudir futbolistas, podrían unirse a la cruzada de Shakira y quizás próximamente hablarían previo pago en una revista, programa o pódcast.
Según tengo entendido, Gerard podría respirar tranquilo a sabiendas de que presuntamente ya habría llegado a un pacto nada desdeñable con alguna de estas mujeres con tal de que guardase silencio, pero… ¿Y si ese acuerdo se terminase rompiendo?
Clara… mente alguien tuvo poca sororidad. Y claramente, los cuentos Disney son eso: cuentos. Y a veces toca afinar la garganta porque no siempre tienen final feliz y no se sabe cuándo te puede tocar cantar.
Y dicho esto: tic, tac, tic, tac…
Lo que callo daría como para escribir un libro.
¡Un beso!
