La felicidad es patrimonio de la infancia, y los niños juegan. Por eso nunca hay que dejar de jugar. A mí ahora me ha dado por jugar en mi taxi a los espías. Simulo ser un espía disfrazado de taxista y observo minuciosamente a los usuarios de mi taxi. Durante el trayecto les pregunto por sus vidas, y anoto en mi cuaderno de espía dónde y a qué hora tomaron mi taxi, cómo van vestidos, cuál será el destino en cuestión, con quién han quedado, o bien transcribo sus conversaciones telefónicas. A veces, cuando se bajan del taxi en dirección a un restaurante, un club o un hotel que despierta mis sospechas, les espero escondido el tiempo que haga falta (comiendo donuts y bebiendo café en un vaso de cartón) para seguirles después a prudencial distancia.
Pero luego, cuando llego a casa y con los datos que tengo redacto el informe final del seguimiento, todo se derrumba: no sé a quién enviárselo. No sé para quién trabajo. Y este es, en fin, el drama que nos separa por y para siempre de la infancia, la brecha definitiva e irreconciliable. Y es que los adultos necesitamos saber en todo momento para quién trabajamos, cuánto nos pagarán y si ese dinero nos dará para cubrir los gastos y obtener beneficios después de impuestos. Los niños, sin embargo, sólo juegan. Sin matices. Sin consecuencias. Y por lo tanto, felices.
Feliz e insólita semana. En serio. Tremendas anécdotas os tengo preparadas.
06 octubre 2013 | 23:01
Yo, de mayor, quiero ser niña… creeme. Y en serio, …no por diiioos jjjaaajaaa
06 octubre 2013 | 23:17
Me gusta jugar…. a ser niña, feliz, simple…. niña.
Feliz semana….
06 octubre 2013 | 23:52
Eso si que tiene gracia «yo de mayor quiero ser niña». Es una idea simple y verdadera, ya que cuando eres niño todo es nuevo, hay un mundo por descubrir gente a la que conocer e historias que vivir. Ya lo dijo Picasso «lo mas dificil es pintar como un niño» Y esque la tecnica se aprende pero la vision, o forma de mirar es caracter.
07 octubre 2013 | 01:46
Me estoy dando cuenta que yo me perdí mi infancia, de mayor quería ser rico y no lo soy, tampoco lo he intentado, pero coincido con alguno de los comentarios, yo de mayor quiero ser niño, aquel que no fui
http://www.lunaenpapel.blogspot.com
07 octubre 2013 | 03:01
Coincidiendo con el primer año sin el, voy a tenerte q decir algo muy pero q muy suyo.
» Cuentacuentos, estas mas perdido q el del barco del arroz»
Sin acritud.
¿ Volver a ser niña?, ni hablar, para atrás ni para pillar simpulso.
07 octubre 2013 | 06:39
El maravilloso síndrome de Peter Pan.
07 octubre 2013 | 07:13
Genial !
Yo de mayor quiero oír como cuando era niño 😉
07 octubre 2013 | 07:46
» Y es que los adultos necesitamos saber en todo momento para quién trabajamos, cuánto nos pagarán y si ese dinero nos dará para cubrir los gastos y obtener beneficios después de impuestos «…
OMG !!! Según esto…me acabo de dar cuenta de k todavía soy una niña…y k dure… 😉
Buen post !!!
07 octubre 2013 | 08:48
Menudo complejo de Peter Pan!!
http://areaestudiantis.com
07 octubre 2013 | 08:49
«pa gustos…los colores»….jajjajjajaa
07 octubre 2013 | 10:31
Pues juguemos a ser niños, donde nuestros propios jefes seremos nosotros. Donde no se trabaja mas que para uno mismo con el fin de conseguir la inocencia y la visión de la vida de cuando eramos niños.
Y cuando lo consigamos jugaremos a espias y a policias, a héroes, a pillar, al escondite, ….
07 octubre 2013 | 11:06
Del yo quiero ser, yo quiero ser,
un buen día pasa uno ,
lo malo es que sin saber del porqué
al, yo quería ser, yo quería ser
y al, no he llegado, no he podido
y tampoco del porqué, yo no lo sé.
la verdad es que no paré
y puse todo mi empeño,
pero ni aun así… llegué.
¡Pues, qué le vamos hacer
ley de vida…debe ser!
El retornar a la niñez
para intentarlo de nuevo?
Eso… nunca podrá ser.
Pero, si se pudiera? ¡Tampoco!
Je ne veux pas recommencer.
Cette vie est… presque la merde
07 octubre 2013 | 13:16
Sigue jugando. Disfruta y se feliz. Lo que dura, dura.
Besos
Para ti, en los labios mi vida.
07 octubre 2013 | 17:17
«La felicidad es patrimonio de la infancia»; bonita frase, Simp. Lástima que muchos padres la desconozcan (o la ignoren).
Yo juego en mi taxi con ellos, los niños; estos se dedican a darme pataditas (inocentes e intranscendentales) por detrás del asiento, sobre mi espalda, y yo hago alardes de contorsionismo moviendo mi columna vertebral hacia un lado, al otro, ahora abajo, arriba… intentando evitar, en la mayoria de los casos, sus golpes certeros. Así durante 6,30 Euros de trayecto y de risas (estas, por parte de ellos, claro).
07 octubre 2013 | 21:55