Ayer tuve la mala suerte de encontrarme con Santiago Segura en un restaurante argentino cercano a Callao. En mala hora. Justo ahora que sigo una ligera dieta consistente en nada de alcohol y pocos dulces. Al ver al protagonista de «Torrente», el hombre acordeón, pálido y demacrado, dirigiéndose como un cura a Fernando Trueba y un grupo de amigos con los que estaba en la barra, desfallecí en mis propósitos. A fuerza de coger kilos y perderlos Santiago parece un estilita depauperado sin estilista. Segura se despidió de Trueba y el resto del grupo, Yo allí me quedé, bebiendo cerveza y tomando de postre un helado de dulce de leche.
Cada vez me gusta más Kiko Rivera. Dicen que no ha cortado con Tamara, que está fingiendo para disminuir la presión mediática. No hay duda de que el hijo de Isabel Pantoja tiene personalidad. Es de alabar el detalle que ha tenido con su hermano Cayetano, a quien ha ido a cuidar a la clínica donde se encuentra hospitalizado. Ni rastro de Julián Contreras Jr hasta el momento.
Sólo me queda por desear que disfrutéis de unas felices vacaciones. Sed felices.