El Barcelona necesita reforzarse aún con un central y un extremo izquierdo para completar una plantilla de garantías con el fin de luchar por todos los títulos.
Sin embargo, su técnico, Pep Guardiola, no parece preocupado. El catalán tiene claro que será fiel a sus ideas, a su manera de entender la filosofía del club y que morirá con ellas, deportivamente hablando.
Y esa forma de trabajar pasa por confiar ciegamente en la cantera, el mayor activo de la entidad azulgrana en estos momentos:
Nos falta alguna pieza. Lo sé yo, lo sabe Txiki, lo sabe Tito (Vilanova, segundo entrenador), el presidente, y lo sabe todo el mundo. Si vienen jugadores, pues bien. Y si no, no pasa nada, porque lo que hay ya es bueno. Si no se puede, no se puede; tiraremos del filial o del juvenil.
La última demostración de fe de Guardiola, que sabe que así es la única manera de sacar futbolistas de los equipos filiales, tuvo lugar ayer en el Trofeo Joan Gamper ante el Manchester City, donde alineó a jugadores del segundo equipo y del juvenil.
Podrá o no dar frutos su forma de trabajar, pero seguro que al de Santpedor no le temblará el pulso a la hora de sacar de titular a Fontás, Muniesa o Gai en partidos de primer nivel.