Un deportista es aquel que sabe que el triunfo del otro es también una recompensa: la de haber encontrado alguien mejor

Va de gallos

«Esta es la historia de un sábado…» cantaba Billy Joel. Han sucedido en este sábado exacto de mayo muchas cosas, cada una con su carga de tiempo: historias cruzadas llenas de ayer, de mañana y, a veces, de nunca.

Estaba llena de ayer una historia cantada: Raúl González no cabe en un corral en el que son bien visibles los enormes espolones de Luis. Es su selección: punto. Probablemente nunca conoceremos la verdad del todo y, además, no vale la pena. Tampoco sabremos todo lo que hay alrededor de la llamada fallida de Bojan y, además, no hace falta. En su defecto el seleccionador, que al menos sí que sabe de fútbol, ha convocado a dos chicos con excelente futuro, Santi Cazorla y Rubén de la Red, y a alguien para quien reclamábamos la elástica roja en estas mismas páginas hace varios meses, Sergio García. Todo muy razonable, pero… Habrá tiempo para hablar del asunto.

Lo que está claro es que dos gallos no pueden convivir en el mismo corral sin gresca. Que se lo pregunten a nuestros dos jóvenes maestros de moto GP. Se adivina muy largo el duelo entre el catalán y el mallorquín. A veces me pregunto si los médicos pintan algo en el circo de las motos, a la vista de las barbaridades que está haciendo un campeón joven que tiene mucha prisa. Demasiada.

Igual de largo va a ser el duelo entre otro balear, Rafa Nadal, y el serbio Djokovic. Desde su trono imperial Roger Federer debe estar meditando la que se le viene encima con dos tiburones como estos siguiendo su estela. Quizá pueda tomar ejemplo de la gran Justine, que dice adiós en la cumbre y con veinticinco años.

Por cierto: por cuestión de estilo no vamos a opinar sobre el comportamiento del presidente de la Federación española de tenis. Está claro que es un fenómeno: haber concitado el desdén de todos los tenistas de élite españoles, que son unos cuantos, está al alcance de muy poca gente. Que lo canonicen, hombre…

Por lo demás el Madrid de baloncesto ha caído exhausto ante un gran rival. Siempre sufre en el primer cruce: ya lo hizo el año pasado ante el Pamesa. Esta vez no ha podido superar el buen juego de Unicaja: ni, por supuesto, sus propias carencias. Por lo que vimos este sábado de mayo, me quedan dos pregunta antes del adiós de los blancos: ¿qué diferencia de precio hay entre Boniface Dong y Lázaros Papadopoulos? Sería interesante conocer la respuesta. Tampoco me importaría saber quién coño decidió el fichaje de Pelekanos.

Ahora van a ser cuatro gallos los que disputen tres puestos en la Liga de Campeones: el cuarto se lo ha llevado el campeón de la liga regular. Una decisión evidentemente horrible: a lo mejor la eliminación del equipo blanco tiene que ver con la idea de haber cumplido el objetivo. No sé quién fue declarado mejor entrenador el año pasado, que fue el año de Plaza. Éste, desde luego, no ha sido el suyo: se va con un diploma de más.

Cuatro van a ser también los gallos al otro lado del charco, en la NBA. Uno de ellos es un icono sagrado del basket, el equipo angelino de los Lakers. Y en él juega (y deslumbra) el mejor baloncestista español de todos los tiempos. ¡Ánimo, Pau!

1 comentario

  1. Dice ser George Best

    La clasificación para la Euroliga está ya casi decidida: Real Madrid tiene plaza por ser campeón de la liga regular. Unicaja y Tau, hagan lo que hagan, también tienen plaza asegurada por los trienios. El Joventut también por ser campeón de la ULEB. Quedaría una plaza en el aire. Si la consigue el Joventut, sólo habría cuatro equipos españoles en la próxima Euroliga. Si otro equipo (Barcelona, Girona, Pamesa o Bilbao)quedara por delante de la Penya, lograría plaza y serían cinco los representantes españoles. No sé si me he explicado muy bien porque el tema es un poco lioso.

    18 mayo 2008 | 21:14

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