No tendrá una «relaxing cup of café con leche», pero Japón tiene su encanto y desde que fue elegido como sede de los Juegos Olímpicos 2020, entendió que tienen que abrirse al juego del turismo masivo. Cuando decidió cambiar la simbología de los mapas para que sean amigables al turismo, el gobierno abrió una polémica que seguirá vigente hasta el día que desembarque la antorcha olímpica.
La Autoridad de Información Geoespacial decidió modificar varios de los símbolos utilizados para representar lugares en los mapas. El más significativo de ellos, una «esvástica espejada» o sauvástica (卍), que en Japón representa a los templos budistas de una ciudad. Propusieron que en lugar se use una pagoda de tres pisos.
La decisión de la Autoridad abrió el debate. El símbolo proviene del sánscrito y fue adoptado por los japoneses para representar al budismo. Se pronuncia manji y forma parte de la cultura japonesa desde mucho antes de la aparición de Hitler o el partido Nazi. De hecho, a pesar de su parecido no es el mismo símbolo, esta como «reflejada».
El manji representa el amor y el bienestar y atraviesa varias culturas del mundo, en su mayoría asiáticas aunque también fue exportada a comunidades occidentales.
Los que están en contra de los cambios, aducen que los turistas deberían aprender de su cultura, en lugar de juzgarla.
Y al final ganaron: de momento, los manjis seguirán vigentes.
Los símbolos que sí cambiaron son los de los hoteles, que antes eran señalados con una H y un círculo alrededor y ahora serán cambiados al dibujo de una persona dentro de una cama; las estaciones de policía, con un policía que saluda cuando antes tenían una X; las oficinas de correo pasaron este símbolo 〒 al de una pequeña carta y las tiendas, que no tenían pictograma, serán representadas por un sandwich y una botella.
OTROS CAMBIOS EN JAPÓN POR LA LLEGADA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS
Otro de los grandes hits en esta ola de cambios es la numeración de las estaciones de metro. Aunque tengan ya su traducción al alfabeto griego, se incorporará un número como código para identificar las estaciones, de forma tal que un problema de pronunciación o de memoria no deje a los turistas en la otra punta de la ciudad.
Finalmente, habrá que ver si los comerciantes y el gobierno escuchan un pedido de decenas de turistas que visitan Japón cada año: la aceptación de tarjetas de crédito en más lugares. Parece increíble que una sociedad con tanta tecnología use tanto papel para pagar las cosas, pero es así. Y si bien es lo suficientemente seguro como para llevar varios billetes, resulta engorroso para los turistas acostumbrados al crédito.