La carrera hacia las elecciones catalanas del 25N

El efecto Sun Tzu

Escribe Sun Tzu en El arte de la guerra que «una cantidad demasiado grande de gente a menudo es más perjudicial que útil». Este consejo lo está intentando aplicar hasta los últimos extremos José Montilla para intentar volver a ocupar el despacho de presidente de la Generalitat los próximos cuatro años. Todas las encuestas le son desfavorables. Y, aún más, las hay que vaticinan un patinazo muy importante de los socialistas catalanes. Por eso, en el único debate a seis de estas elecciones catalanas, Montilla ha intentado llevar sus intervenciones al plano del combate cuerpo a cuerpo con Artur Mas, el candidato de CiU y el máximo favorito a ganar el próximo 28N. «No dejes escapar ninguna ocasión cuando la encuentres favorable», aconseja también Sun Tzu. Y Montilla le ha hecho caso. En su última intervención ha propuesto a Mas un cara a cara, sólo uno, y esta vez sólo en catalán. Los socialistas ya han dejado de lado aquello de hacer un cara a cara en castellano y otro en catalán. Ahora, cuando el agua de las malas encuestas les llega casi hasta el cuello, han preferido tirar el resto y retar a Mas a un cara a cara en catalán, como pedían los convergentes. Joan Puigcercós, el líder de ERC, ni corto ni perezoso, también le ha reclamado al moderador de la televisión pública catalana otro cara a cara con Alicia Sánchez-Camacho, la candidata del PPC. Y es que todos quieren llevar a su electorado a su propio terreno. Todos parecen haber leído a Sun Tzu.

Desde el punto de vista ético puede ser muy discutible que una televisión pública se pueda plantear organizar un cara a cara con sólo dos de las seis fuerzas representadas en el Parlament. ¿Puede un medio público marginar a los otros cuatro partidos? ¿Puede hacer esto una televisión que está obligada a dar la información de campaña dividida por bloques, asignando el tiempo de las informaciones de cada partido según su grado de representatividad en el Parlament? Puigcercós tenía razón al pedir también para él su propio cara a cara con los populares, puesto que su electorado también contribuye a sufragar la televisión pública catalana.

«Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo», nos dice Sun Tzu. Montilla sabe cuales son los puntos fuertes y los puntos débiles de Mas y éste ídem que ídem com su oponente socialista. Un cara a cara entre ambos convertiría la recta final de esta campaña en un combate bipartidista que no refleja ni mucho menos la realidad del arco parlamentario actual, sino que lo reduce todo a una lucha cuerpo a cuerpo entre dos candidatos que estos días se juegan sus últimos cartuchos en el panorama político catalán. Montilla ya ha dicho que no repetirá como candidato socialista, pero Mas tiene la vista fijada en ocupar, por fin, el despacho del Palau de la Generalitat. Ahora es a él a quien no le conviene tanto un cara a cara con Montilla; ahora es él quien va en cabeza de todas las apuestas y, esta vez, no ha cometido el error de parecer prepotente en el debate elctoral, como sí hizo hace cuatro años y le acabó pasando factura en las urnas.

En el debate electoral a seis en la televisión catalana se ha visto, otra vez, un acercamiento claro entre CiU y ERC, no sólo por lo que respecta al concierto económico, sino, por ejemplo, en la construcción del Cuarto Cinturón, ese nudo de carreteras metropolitano que ha dividido al tripartito durante todos estos años.  La esquerravergencia está cobrando cuerpo, según lo visto en este debate televisivo, mientras Montilla se esfuerza en hacer creer a los catalanes que CiU pactará con el PP para poder gobernar en Catalunya. Pero, esta vez, con apelar al fantasma pepero quizás no haya suficiente. Los socialistas necesitan un golpe de efecto, por eso, se han abonado al cara a cara en catalán. Mas ha aceptado. De hecho, incluso quería hacerlo ya mismo, justo después del debate a seis, pero la espontaneidad nunca reina en la política. Primero, deben ser los asesores quienes diseñen el campo de batalla. Si, realmente, los socialistas creen que el cara a cara Montilla-Mas es una buena idea, deberían tener en cuenta antes dos buenos consejos del maestros Sun Tzu: «no te aventures nunca en pequeñas acciones si no estás seguro que te serán provechosas» y «guárdate mucho de emprender una acción general si no estás casi seguro de obtener la victoria». Mas no ha dudado en aceptar el cara a cara, porque, en el fondo, a él le podría beneficiar mucho más y le podría acercar aún más a la mayoría absoluta si consigue derrotar por KO a Montilla ante las cámaras. La suerte está echada. Y esto ya no lo dijo Sun Tzu, sino otro, ¿verdad?

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