Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Enemigos del tiempo

Bajé la ventanilla del taxi y al usuario casi se le vuela el bisoñé. Por suerte, estuvo rápido: lo sujetó con la mano en la cabeza y así se mantuvo, en silencio, hasta que reparé en ello y volví a subir la ventanilla.

Llamó mi atención la naturalidad con la que aquel tipo sujetó su prótesis contra el viento como quien sujeta un sombrero. El bisoñé ya era parte de él, una prolongación de su propia personalidad sin la cual se sentiría desnudo, incómodo, distinto. Le imaginé en su casa, lavando el bisoñé con champú protésico en la pila del fregadero, secándolo con un secador de mano y peinándolo antes de encajarlo en la cabeza. Procurando luego que el pelo irreal de la azotea se fusionara con el escaso pelo real de las sienes y el cogote en una unión que nadie advertiría, yo tampoco advertí (a no ser por el viento).

Suena raro que el máximo enemigo de aquel hombre fuera el viento, que sólo el viento pudiera destapar un secreto medido al milímetro. Todos tenemos nuestros puntos débiles, «esos» secretos inconfesables, «esas» rendijas en la parte blanda del alma. Su punto débil, en este caso, dependía del parte meteorológico. En fin…

51 comentarios

  1. Dice ser CARPE-DIEM

    Parte de mis secretos hablan a gritos a través de mis cuadros…
    Mi punto débil…mmmmmm…eso no debe saberlo nadie mas que yo.
    Si me bebiera siete cervezas sería imposible sacarme secreto alguno, me quedaría KO..jeje.

    «El peine de los vientos», me atrae esa escultura, será porque envidio su posición frente al mar…
    Beso, Dani, un placer seguir leyéndote.

    Felices sueños a tod@ssssssssss

    07 marzo 2011 | 22:53

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