José Ángel Esteban. Señales de los rincones de la cultura. Y, por supuesto, hechos reales.

Todo impuro

(Entre paréntesis: De acuerdo, Sarkozy es un líder, un político, algo que los franceses, sobre todo los más franceses de todos los franceses, estaban necesitando para volver a creerse más. Todavía mas. Sk quiere acabar con la chusma, superar y desmarcarse cínicamente de la crisis que él mismo ha contribuido a consolidar con empeño y con cargos de poder los últimos quince años, defender el trabajor duro para poder ser alguien en un mundo en el que el trabajo ya no se valora y primar la herencia, y volver a antes del mayo del 68, es decir a antes de la primavera de Praga, de las revueltas antisoviéticas, antes de los veranos de California, antes de Vietnam, antes de las sacudidas a los estados absolutos. ¿Qué descubrirá exactamente debajo de la playa que escondían los adoquines? ¿Le infectará más la metástasis del Le Pen al que ha devorado o las exquisiteces individualistas de Alain Finkielkraut? De momento parece que se ha olvidado de los ciudadanos y habla de pueblo y de país y de destino, y más empieza a parecer un conservador nacionalista identitario que un liberal contemporáneo, más preocupado de quienes son, que de lo que pueden ser.
Abrumado por el despliegue, busco otras distancias:)

Turquía, por ejemplo, es el laboratorio más interesante de lo que es nuestro mundo en estos momentos. El país de las paradojas: los laicos son los conservadores y los moderados islámicos los que se abren a la liberal Europa. El nacionalismo es la religión de los laicos, y la democracia abierta europea el sueño tangible de los religiosos. El ejército amenaza con un golpe de estado para defenderse de los gobiernos democráticamente elegidos. Todo impuro. La Nación frente a Dios, como dice el profesor Manuel Castell, en La Vanguardia.

El secularismo está vinculado al nacionalismo turco, otra forma de expresión identitaria, y es este nacionalismo el que fundamenta la posición del ejército. Se reproduce así la oposición central de todo el Medio Oriente: nacionalismo contra islamismo, la nación frente a Dios. Eso es lo que fracciona a los palestinos entre Al Fatah y Hamas, lo que divide a los libaneses, lo que mantiene en tensión al nacionalismo egipcio contra los Hermanos Musulmanes, lo que motivó la revolución islámica de Irán contra el sha y lo que enfrento siempre a Sadam Husein con el chiismo hasta que el genio de Bush permitió a los chiíes sentar las bases de un futuro Estado islámico en Iraq.

Si hubo y hay una democracia cristiana, ¿puede existir algo parecido el otro lado del espejo? Si fracasara el intento de incardinar islamismo y democracia y se desgarrara Turquía, su crisis sería también nuestra crisis, concluye Castell, porque el debate de fondo es la (re)construcción de nuestro mundo impuesta desde las identidades. Ser algo más que francés o sólo francés. O qué. O nada.

«Son los laicos (en Turquía) quienes presentan hoy las actitudes más inmovilistas ante los cambios, y no quieren alterar un orden social kemalista que les ha beneficiado (…) Entre ellos surgen voces nacionalistas que critican a EEUU y a la UE como responsables de los actuales males de Turquía, al tiempo que defienden una economía más controlada por el Estado. Mientras tanto, los hechos hablan por sí solos en el campo de los islamistas moderados del AKP, que han reformado el sistema legal para homologarlo con los europeos, han abierto la puerta de la UE para Turquía y han emprendido una política de privatizaciones y de modernización de la economía».

Lo dice un diplomático europeo a un periodista de El País. Y hasta The Economist no duda en apostar por Turquía como lugar extraordinario y, por eso mismo, significativo. En el blog de Francisco Veiga hay mucho más. En las reflexiones de Orhan Pahmuk, también. Experimentos. Mezclas. Todo impuro. El futuro ahí delante.

(A ver si me explico: cerca de casa, esta tarde, un repartidor argentino de apellidovich inequívocamente judío me ha explicado que una empresa sueco alemana es la que exporta a España los enormes paquetes congelados de carne enrollada que se venden en lascas en el kebab en el que estaba depositando sus mercancías. La empresa tiene su sede en Pozuelo, un pueblo fino, infinitamente más elegante que mi barrio, y la dirige un empresario espabilado de misa semanal. Cierro el paréntesis)


2 comentarios

  1. Dice ser Marc

    Las sociedades complejas necesitan políticos que esten más cerca del neurocirujano que del barbero medieval.En consecuencia parece que nos hemos acostumbrado tanto al tactismo político y el immobilismo que nos asustan los líderes con proyecto y voluntad.El miedo és un anestésico peligroso en un mundo en cambio.Hasta pronto,Marcwww.catalunyafastforward.blogspot.com

    08 mayo 2007 | 8:45

  2. Dice ser far

    Socied

    08 mayo 2007 | 20:51

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