Iker Casillas dejó de ser el sábado el ídolo para millones de niños. Él, un ejemplo de naturalidad y deportividad, fingió una agresión en la cara del jugador del Athletic de Bilbao Fran Yeste, quien «sólo» le pegó un fuerte empujón en el pecho.
Fran vino fuerte hacia mí y me empujó y eso es expulsión. Fue un choque brusco. Yo me tiro pocas veces al suelo… El único pero que me podía poner es que creía que me había dado en la cara.
Nunca creí que el portero del Madrid, campechano y directo en sus declaraciones como pocos, caería en el sucio juego de tirarse al suelo y provocar la expulsión de un compañero de profesión.
Todos podemos equivocarnos alguna vez y, por eso, debemos perdonar el comportamiento antideportivo que Iker demostró en San Mamés. Esperemos que no vuelva a repetirse
LA VERDAD ES Q IKER NO DEBIO DE INSULTAR A YESTE, PERO LA TARJETA ROJA ES POR EL EMPUJON, NO POR EL TEATRITO DE CASILLAS….ademas, el mismo escrito del blog dice «le pego un fuerte empujon»
27 junio 2009 | 21:44