El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Perder peso en pareja y por los hijos, un maravilloso ejemplo del que tomar nota

Adelgazar en parejaLo veo a menudo en mi consulta. Muchas veces vienen en pareja, a veces solo él y otras solo ella; son jóvenes y aun no tienen hijos (la mayor parte de las veces). Acuden a recibir asesoramiento para perder peso, para mejorar su forma de alimentarse… en general para renovar sus hábitos de vida y escoger aquellos más beneficiosos. Y lo hacen, y esta es la madre del cordero, con una motivación que destaca sobre otras posibles: el ser un buen ejemplo para los hijos que planifican tener. He de decir que son los casos en los que la tasa de éxito (lograr cambiar esos hábitos) suele ser más alta. Mejoran ellos y son buen ejemplo (miel sobre hojuelas)

Hoy te traigo un ejemplo de estos, es un poco extremo, todo hay que decirlo, porque también extrema era su situación: él se llama Robert y pesaba cerca de 150kg, y ella Jessica y rondaba los 130. Tenían unos pésimos hábitos de vida, tanto en lo que respecta a la alimentación como a la actividad física… hasta que decidieron hacer borrón y cuenta nueva… y vaya si lo hicieron, gracias en parte a sus hijos.

Cambiaron radicalmente su forma de comer, dejaron a un lado las largas sesiones de sofá y empezaron a practicar deporte con asiduidad, además, los ratos de ocio en familia empezaron a ser un ocio activo, con excursiones, senderismo, etcétera.

¿Sabes lo mejor? Que son felices, que se encuentran mucho mejor consigo mismos en especial por ser ahora un mejor modelo para sus cuatro hijos… y además porque en estos apenas dos años desde que empezaron a implementar los cambios él ha perdido 72 kilos y ella 54… que se dice pronto.

Ojalá muchas personas tomen nota de su ejemplo y vean en su caso un espejo en el que reflejarse y con el que motivarse.

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Al buen alimento buena cara

 

En la anterior entrada me despedía diciendo que poner buena cara al comer alimentos saludables es una buena estrategia para educar a los más pequeños en unos correctos y placenteros hábitos de alimentación. Un reciente estudio científico vuelve a hacer hincapié en el efecto que tiene sobre los niños tanto la actitud, como el aspecto de las personas mayores cuando comen.

En el estudio se pidió a un grupo de adultos y de niños entre 5 y 8 años que observasen una serie de fotografías que mostraban a adultos comiendo distintos alimentos. Los protagonistas de las fotos eran tanto obesos como no obesos y fueron escogidas de forma que mostraran distintas expresiones en su cara (de satisfacción o desagrado).

Cuando las fotografías mostraban una persona que disfrutaba con lo que estaba comiendo había más probabilidades de que el niño quisiera comer dicha comida con independencia que la persona de la foto fuera muy delgada u obesa. Sin embargo, la misma comida en una foto con una persona que mostraba cara de enfado tenía el efecto contrario.

Además, si el alimento mostrado no era a priori del agrado del niño había una mayor predisposición a probarlo cuando el protagonista de la foto mostraba cara de satisfacción. Esta predisposición fue más eficaz cuando el protagonista de la foto además de mostrarse contento era delgado.

En resumen, las preferencias alimentarias tanto de los niños como de los adultos pueden verse influidas por el peso corporal de los comensales y por las emociones que estos transmiten. Sin embargo, los adultos parecen más sugestionables por el peso del comensal, a diferencia de los niños, a los que sus propios gustos y las emociones que los alimentos causan en otras personas parecen influirles más.

Así pues, ponga buena cara al comer alimentos saludables delante de sus hijos

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Foto: katerha