El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Entradas etiquetadas como ‘Dieta del grupo sanguíneo’

La dieta del grupo sanguíneo: tan útil como la del color de ojos

Jeringa

Como ya he dicho a menudo, las diferentes dietas milagro que en la actualidad gozan de una mayor o menor presencia en la población general distan mucho de ser novedosas. Algunas, las más clásicas, conviven sin apenas variaciones desde tiempo casi inmemorial entre nosotros. Entre estas, las más típicas serían por ejemplo, la dieta de la alcachofa, la de la sopa de col (con amplio seguimiento en el mundo anglosajón), la del sirope (de arce)… y, por supuesto, la del grupo sanguíneo. Cierto es que estas dietas “clásicas” alternan periodos de esplendor con otros de aletargamiento, pero a fin de cuentas siempre están ahí para poder echar mano de ellas cuando la absurda necesidad por encontrar una solución mágica, rápida… pero también ineficaz, aprieta. Otras, menos clásicas en su apariencia, no suelen consistir en otra cosa más que en un lavado de cara de otras dietas anteriormente olvidadas a las que se le cambia el nombre, se le pone una imagen diferente y se las recicla… uno de los ejemplos más típicos de este caso sería la dieta Dukan… una dieta hiperproteica como cualquier otra anterior pero con el sello de calidad de un médico francés. Es decir, más de lo ya conocido (y olvidado en cierta medida) pero con otro nombre y merchandaising para que parezca algo nuevo.

Bueno, a pesar del rutilante éxito del ya casi extinto método Dukan (quién lo hubiera dicho hace un par de años, ¿eh?) el post de hoy está dedicado a una de las clásicas, una de esas que apenas sufren modificaciones a lo largo del devenir de los años. Me refiero a la dieta del grupo sanguíneo.

¿En qué consiste la dieta del grupo sanguíneo?

Este sistema dietético es aquel que postula que nuestra salud se va a ver influida de forma importante en virtud de nuestro patrón alimenticio (algo con lo que no cabe sino estar de acuerdo) pero que a su vez habrá de ser diferente en base al grupo sanguíneo de cada persona. Es decir, la dieta del grupo sanguíneo postula que con el fin de obtener un máximo beneficio sobre la salud, incluido el adelgazar, cada persona debería comer de forma diferente en base a los diferentes grupos sanguíneos básicos A, B, AB y 0. No tengo la menor intención de entrar a definir que es lo que deberían comer y evitar las personas en función de su grupo sanguíneo, para eso ya están las páginas que defienden su utilidad… Quién mejor que el hijo del fundador de esta propuesta dietética (y principal impulsor actual de la misma) para que nos explique en qué consiste la dieta ideal de las personas con el grupo A, con el grupo B, con el grupo AB… y con el 0. Así pues, hablando como es el caso de una “dieta generacional” en el sentido de que es el hijo el que defiende las propuestas originales del padre, creo preciso hacer un poco de historia.

La historia de la dieta del grupo sanguíneo

SangrePara conocer el germen de este planteamiento es preciso retrotraerse hasta principios del siglo XX cuando Karl Landsteiner descubrió y tipificó los grupos sanguíneos que hoy conocemos como A y B, y su distinta expresión fenotípica en virtud de los 4 serotipos que todo el mundo conoce: A, B, AB y 0.

A partir de este conocimiento con importantes implicaciones en el terreno de las transfusiones un tal James D’Adamo (el padre) se inventó allá por la década de los años ’50 una película que, carente de todo rigor científico, tenía cierta lógica interna a la luz de la ciencia de aquellos años. En resumen, el argumento de esa película viene a decir que la existencia de los distintos grupos sanguíneos no serían otra cosa que el fruto de la evolución y que surgieron como respuesta al distinto entorno alimentario en el que vivieron nuestros antepasados. Así, según el inventor (que gran adjetivo) de esta teoría el grupo 0 se consideraría el fenotipo “ancestral” o primigenio, grupo a partir del cual evolucionaron el resto (algo bastante cuestionable de entrada ya que todo apunta a que realmente fue el grupo A ese serotipo “ancestral”). En este caso pues el grupo 0 sería el cazador-luchador y le correspondería comer cosas que se hacían bajo este perfil (y evitar el resto), el grupo A sería el recolector-agricultor (ídem que anterior), el grupo B el ganadero (ídem que anteriores) y el grupo AB, el más evolucionado, sería una mezcla de los dos anteriores y podría beneficiarse, más o menos, de una dieta mixta.

La verdad sobre la dieta del grupo sanguíneo

A pesar de lo bonita de esta historieta y de lo coherente que pudiera resultar a primera vista y en aquellos años, se trata de una patraña como la copa de un pino a la luz de evidencia más actual.

Aunque jamás de los jamases sus defensores (primero el padre y luego el hijo, Peter) han podido demostrar fehacientemente su eficacia (lo que le va bien a las personas de un grupo sanguíneo le va mal a otro y viceversa) este método ha gozado de tiempo en tiempo de cierta relevancia entre la población general, nunca entre la comunidad sanitaria. Precisamente por su elevado impacto popular se han publicado algunos artículos que dejan más que clara su escasa validez. El primero de ellos una revisión sistemática de todo aquello que pudiera aportar cierta luz sobre el tema: Blood type diets lack supporting evidence: a systematic review (Ausencia de pruebas que apoyen la evidencia del grupo sanguíneo) que deja poco margen para la duda ya en su título… y concluye que:

En la actualidad no existe ninguna evidencia que otorgue validez a los supuestos beneficios sobre la salud de las dietas basadas en el grupo sanguíneo. Para validar sus afirmaciones, se requerirían estudios que compararan los resultados de salud entre aquellos participantes que siguieran una dieta en base a su grupo sanguíneo concreto (grupo de intervención) y aquellos otros participantes que continuaran con una dieta estándar (grupo control) con el mismo grupo sanguíneo.

Y claro… a pesar de lo que ha llovido desde los años ’50 y como esto no se ha hecho… no hay pruebas de que funcione.

Otro de los artículos, más reciente, de 2014: ABO genotype, ‘blood-type’ diet and cardiometabolic risk factors (Los genotipos A, B y 0; las dietas en base al grupo sanguíneo y los factores de riesgo cardiometabólico) concluye que:

Seguir determinadas propuestas dietéticas según el patrón de las conocidas como dietas del grupo sanguíneo está asociado con algunos beneficios sobre los factores de riesgo cardiometabólico. Sin embargo, estas asociaciones son independientes del genotipo A, B, AB o 0 de los individuos. Por tanto, estos hallazgos no apoyan la hipótesis de las dietas basadas en los grupos sanguíneos.

Alerta fraude

¿Qué quiere decir esto? Pues muy sencillo, que alguna de las cuatro propuestas típicas que se incluyen dentro del planteamiento dietético “del grupo sanguíneo” parece ser beneficioso para la salud cardiovascular, pero que el efecto de dicha dieta, es independientemente beneficioso del grupo sanguíneo del individuo. Es decir, imaginemos que alguien propone tres dietas diferentes en virtud del color de ojos: marrones, verdes o azules. La primera dieta podría estar caracterizada (por decir algo) por la riqueza de dulces, bollería y refrescos; la segunda por la presencia de grasas trans, sal y la ausencia de fibra… y la tercera, para los de ojos azules, por verduras, frutas y hortalizas. Lo que nos está queriendo decir este estudio es que, efectivamente, hay una dieta dentro del planteamiento “come en virtud del color de tus ojos” que es más beneficiosa que el resto (la dieta para ojos azules) pero que esta es beneficiosa con independencia del color de ojos.

¿Y cuál es la dieta que según la teoría de “come según tu grupo sanguíneo” es más beneficiosa… pero para todo el mundo? Pues sin lugar a dudas aquella que supuestamente está indicada, solo, para personas con grupo sanguíneo A. Es decir, la que enfatiza un amplio consumo frutas y verduras, al tiempo que un bajo consumo de productos cárnicos. Algo que no tendría que extrañar a nadie ya que este patrón es similar al que recomiendan todas las instituciones sanitarias serias con el fin de reducir el riesgo de las enfermedades cardiovasculares.

La puntilla adelgazante

Además de lo dicho, suficientemente contundente y de rabiosa actualidad, en 2007 el Ministerio de Sanidad Español realizó una revisión de las dietas milagro más frecuentes en nuestro entorno en la que la dieta del grupo sanguíneo era una de las incluidas. Así, en un trabajo firmado por la Organización Médica Colegial, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética se afirma de esta dieta que:

No existe una relación comprobada desde el punto de vista científico entre el tipo de sangre y la utilización de tejido graso. La prohibición de alimentos hace que la dieta esté asociada con sensaciones de hambre y sufrimiento, e induce a la pérdida de masa libre de grasa, en vez de masa grasa.

Por su parte el portal de Internet MedLine (un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU) incluye esta estrategia adelgazante dentro de las consideradas dietas milagro o de moda.

A pesar de lo dicho, todo apunta a que los libros que promueven esta solemne tontería a partir de diversos autores, además del original, seguirán siendo un éxito editorial. Es lo que tienen los clásicos… que mucha gente es fiel a ellos .

—————————————-

Nota: agradezco a Luis Jiménez (@centinel5051) y a Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) sus aportaciones para la realización de este post

Imágenes: gameanna, dream designs, Stuart Miles vía freedigitalphotos.net