Archivo de mayo, 2013

Un empresario obliga a todos sus empleados a gatear en público

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Hay algunas empresas que hacen cualquier cosa por conseguir un impacto publicitario cueste lo que cueste. Pero una compañía de cosméticos de Chongqing (China) ha superado con creces todos los límites. No le ha servido con una campaña agresiva de anuncios, con una batería de vídeos virales, con regalar productos de belleza como si no hubiera mañana… Al presidente de la corporación se la he ocurrido la fastuosa idea de poner a gatear a todos sus empleados por la plaza más concurrida de la localidad, para ver cómo soportaban la presión y la vergüenza de sentirse observados por todo el mundo. ¡¡¡Todo un as del marketing!!!

Según declaraciones del empresario a un medio local, «fue un simple ejercicio. Quería conocer los límites de mis trabajadores, ver qué grado de compromiso tenían con la compañía«. Curioso ejercicio. Me pregunto qué será lo siguiente. ¿Pedirles que se tumben sobre los raíles de una vía de tren para comprobar quién aguanta más? ¿Cruzar una autopista de cuatro carriles en plena hora punta? Quizás me he pasado un poco, pero viendo cómo se las gasta, todo es posible.

Sé que el trabajo es un bien muy preciado en esta época de recesión y de crisis. Pero este ejemplo de (me ahorro el calificativo) pasa los límites. Aunque analizándolo fríamente no debería sorprenderme, siempre se puede decir: «lo que sucede en China, se queda en China«. Un país donde, según me cuentan, los derechos laborales están escondidos en lo más profundo de un baúl polvoriento.

Como nadie la invitó al baile de graduación, ¡llevó una calculadora de acompañante!

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Nunca he estado en los Estados Unidos, pero por el cine para adolescentes (era uno de ellos hasta hace bien poco) sé de la enorme importancia que tienen los bailes de graduación para los estudiantes de instituto. En una liturgia que se repite en todos los estados y en todos los high schools, los chavales que están a punto de dar el salto a la universidad organizan una fiesta en el pabellón de deportes en la que sólo hay dos objetivos: emborracharse y perder la virginidad (aquellos que aún conserven la flor).

El baile de graduación es un evento para el que los estudiantes de último año de instituto se preparan durante todo el curso. Ellos buscan una maciza a la que llevar en su limusina de alquiler y ellas sueñan con un quarterback que les pida ser su acompañante. Eso es así, por muy estereotipado que nos parezca.

Desgraciadamente, no todos alcanzan su sueño. Los hay que se tienen que conformar con ir con su grupo de amigos empollones y esconden su libido tras sobredosis de ponche y las hay que se hacen acompañar de objetos peculiares. A este segundo grupo de desafortunados pertenece Regina Reynolds, una jovencita que, al menos, se tomó su situación con toneladas de humor.

La chica, pragmática, acudió al evento con su compañera más inseparable: su calculadora. Además, lo contó con un mensaje lacónico. «Nadie me invitó al baile, así que llevé mi calculadora«, publicó en su cuenta de Tumblr. Eso sí, no escatimó en detalles hacia su peculiar acompañante y ¡¡le puso una funda que simulaba un esmoquin!!

La peculiar pareja fue la estrella de la noche… y de los días posteriores al baile. En el diario del instituto, hasta el director se reservó una columna para alabar el sentido del humor de Regina. «He aquí una historia clásica y breve: una joven chica fue al baile de promoción sola. La saludé y le pregunté dónde estaba su pareja. Ella sonrió y sacó de su cartera una calculadora que había decorado con un esmoquin de papel. Todos nos reímos, solamente una estudiante podría llevar una calculadora al baile de promoción«, escribió en tono afable.

El sentido del humor y el coraje de Regina son admirables, a una edad en la que cualquier pequeño revés parece un océano de desgracias. La muchacha, requetefeliz a pesar de no tener pareja humana, no se cortó lo más mínimo y subió a la red varias fotos de su «cita» con la calculadora. ¡Mis respetos, Regina!

La venganza de la novia: ¡el momento más memorable de la cámara del beso!

Para los no iniciados en la materia, conviene explicar que la llamada ‘kiss cam’ es la cámara que recorre las gradas de los eventos deportivos durante los tiempos muertos en busca de parejas que se besen mientras el resto del público les ovaciona. Se usa, sobre todo, en Estados Unidos, donde el espectáculo siempre va más allá de la mera competición, y se han convertido en una tradición. ¡Hasta los Obama se han besado en público tras ser ‘cazados’ por ella!

La ‘kiss cam’ ha dado muchos momentos divertidos, entrañables y curiosos, pero ninguno de ellos tan ovacionado como el que hoy os traigo. En un partido de béisbol disputado en Fresno, durante un descanso, el operador de la ‘cámara del beso’ comenzó su búsqueda de parejas enamoradas. De repente, se detuvo enfocando a una joven pareja: un chico rubio que hablaba por su teléfono móvil y una muchacha morena. La chica, al verse en el videomarcador, le reclamó el correspondiente beso a su novio quien, con un gesto de desdén, le hace ver que está demasiado ocupado con su teléfono como para detenerse un segundo a besarla (0:05 segundos en el vídeo).

Tras la primera intentona, hubo una segunda (0:25), también fallida, lo que calentó los ánimos de la chica… y de otros aficionados que estaban en la grada y que empezaron a abuchear al tipo. El realizador le dio una tercera oportunidad (1:20) al chaval para enmendar su error, pero niente. El tío seguía con el teléfono y pasando de su novia, que reaccionó con bravura: se levantó, agarró un vaso de refresco y ¡¡se lo arrojó a la cara!! De repente, el que supongo que ya será su exnovio dejó de hablar por teléfono para ver cómo ella se alejaba entre los aplausos del público y acompañada por la mascota del equipo local. ¡Bien por ella! Ese feo no se le hace a una mujer… y menos tres veces.

Se lía a tiros porque unos obreros piropearon a la hija de su mujer

Esto es una alerta para los empleados de la construcción y para Arturo Fernández, galán de galanes: ¡ojo con los piropos, que no siempre son bien recibidos! Moderen sus impulsos halagadores para con las mujeres guapas, no vaya a ser que tengamos un disgusto como el que se ha vivido recientemente en el municipio argentino de Villa Gobernador Gálvez, al noroeste de Buenos Aires.

Allí, la zalamería mal entendida (o mal ejecutada, ¡quién sabe!) ha estado a punto de acabar en tragedia, cuando un caballero amenazó con un arma de fuego a unos obreros que saludaron con piropos el caminar frente a ellos de una señorita.

Era la hora de la comida y un grupo de trabajadores se reunió para comer tirando de tartera, como hacen todos los días laborables. Mientras reponían fuerzas, una joven pasó ante ellos y algunos no pudieron reprimir el deseo de jalear la belleza de la muchacha. Probablemente, su objetivo no era ofender a la chica, pero también es probable que alguno de los requiebros fuera desproporcionado.

Minutos después de la lluvia de «cumplidos», un caballero que resultó ser el marido de la madre de la joven, increpó a los empleados por, según su entender, haber rebasado los límites del decoro. Tras dedicarse improperios varios, el caballero sacó una pistola y golpeó a uno de los obreros con la culata. Además, antes de retirarse del lugar de los hechos, tuvo tiempo de descerrajar varios disparos contra algunos coches. Alertados por el sonido de los tiros, varios policías se personaron en la escena del casi-crimen, pero el agresor ya se había largado. Ahora, le espera una citación en el juzgado.

Viendo lo mal que piropean algunos y lo rematadamente mal que se lo toman otros, confieso mi preocupación por el futuro del arte del halago. Arturo Fernández, por favor, cuídese mucho y reprima sus instintos.

Ps. ¿Qué piropos creéis que dedicaron a la muchacha para que el marido de su mamá se enfadara tanto? (Por favor, no seáis muy salvajes…)

Descubren que un fármaco previene a los hombres contra las mujeres hermosas

Los hombres, no siempre y no todos, tenemos una sensibilidad fuera de toda duda para con la belleza. Tan pronto nos quedamos obnubilados ante un cuadro de Vermeer como ante un desfile de los ángeles de Victoria’s Secret. Vaya por delante que para mí, donde se ponga un Vermeer, que se quite Adriana Lima (¿ha sonado creíble?). Es tal nuestra pasión por las cosas lindas que, incluso, hay estudios que atestiguan que algunas féminas tienen el don de reducir temporalmente la capacidad mental de los varones.

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El rollo éste es para contaros que ese empanamiento mental que sentimos los hombres, no siempre y no todos (again), ante las mujeres hermosas tiene los días contados (¡ja!). En Japón, un grupo de científicos ha demostrado (?) que existe un medicamento que evita que perdamos la concentración cada vez que pasa ante nosotros una chica atractiva, con la consiguiente pérdida de productividad que conlleva, que es lo que verdaderamente preocupa a los nipones.

El fármaco en cuestión es la minociclina, que se usa fundamentalmente para tratar los problemas de acné, pero que también tiene efectos positivos en tratamientos contra la depresión y la esquizofrenia. Además, se ha descubierto que ayuda a mejorar la toma de decisiones. Vamos que poco más y es la panacea que tanto se afanaron en buscar los alquimistas. Viendo sus múltiples efectos positivos, los científicos del sol naciente decidieron utilizarla como base del siguiente experimento:

Usaron a 100 voluntarios, a algunos les suministraron un placebo y a otros una dosis de minociclina. A continuación, les dieron 1.300 yenes (unos 10 €) y les mostraron una serie de fotos de mujeres, unas de ellas atractivas sexualmente y otras no tanto, y en virtud de la confianza que les generara cada una de ellas, los voluntarios tenían que depositar una cantidad de dinero (a mayor confianza, más yenes). Los sujetos que recibieron el placebo, depositaron el 65% de su dinero en las mujeres más atractivas, mientras que los que ingirieron Minociclina repartieron al 50% su pasta entre las hermosas y las menos agraciadas. La conclusión a la que llegaron fue clara: la minociclina inhibe la pérdida de concentración de los hombres ante las mujeres atractivas. Y punto. Sin matices.

No voy a reiterar lo que pienso yo de los absurdos estudios científicos de este tipo, ni de los mamarrachos investigadores que se encargan de ellos, pero sí que puedo afirmar, y afirmo con absoluta rotundidad, que no hay suficiente minociclina en el mundo que evite ciertos esguinces cervicales que se producen en primavera en el campus de Ciudad Universitaria al paso de algunas jóvenes con atuendos ligeros.

Unos cacos roban un cajero automático ¡¡que estaba vacío!!

Fuente: Eddie Mars (Flickr).

Fuente: Eddie Mars (Flickr).

Esta crisis que nos tiene en un sinvivir también golpea de lleno al mundo del latrocinio. No sólo porque hay menos cosas de valor que robar, sino porque ya se meten a rateros inútiles sin talento, sujetos que, seguramente, harían avergonzarse del ‘oficio’ a personajes tan poco ejemplares como ‘El Dioni‘, si es que el hombre dedicara parte de su tiempo a leer este post.

El ejemplo más reciente de ladrones torpes lo tuvimos la semana pasada en el municipio chileno de Pedro Aguire Cerda (delicioso nombre para una localidad que, además, tiene una web muy sofisticada, o_O). Allá, un grupo de zoquetes asaltó una gasolinera para llevarse un cajero automático que acababan de instalar. Llegados al lugar del crimen, los cacos intimidaron al personal y se valieron de un vehículo para arrancar de cuajo el cajero y salir huyendo. Hasta aquí, todo correcto y reconozco que el apelativo zoquetes puede parecer excesivo (me puede la pasión). Ahora bien, resulta que el dispositivo estaba vacío. No había un solo peso o dólar con el que dar utilidad a los bolsillos del pantalón. De nuevo, hasta aquí, el robo no parece tan extremadamente tonto, pudiera ser un golpe de mala suerte. Peeeeero, resulta que ¡¡¡ante sus narices se exhibía un cartel que decía que el cajero estaba vacío!!! ¿Por qué continuaron con su fechoría? ¿No se fiaban de la palabra del gasolinero? ¿No saben leer?

De su ridículo plan, sólo se salva el método de huida, pues abandonaron la escena del asalto arrojando tachuelas a la carretera, para que los coches de policía pudieran seguirles los pasos. Aún no se conoce la identidad de los pringados ladrones y, por su propia vergüenza, más vale que no se sepa nunca, porque iban a ser los bobos de la cárcel. Como decía mi abuela, perfecta exponente de la sabiduría popular, en el pecado llevan la penitencia.

PS. Obviamente, el cajero de la foto no es el robado, pero el «Sin SerBicio» me ha cautivado tanto que no he podido pasarlo por alto.

Un preso dejó embarazadas a cuatro empleadas de seguridad de una cárcel

El recluso Tavon White.

El recluso Tavon White.

Fans de The Wire, esta noticia os arrancará una sonrisa de medio lado por tener como escenario la sórdida y apasionante ciudad de Baltimore. Más concretamente su prisión, donde un recluso se ha estado poniendo las botas a costa de algunas empleadas de seguridad del centro.

El sujeto en cuestión es Tavon White, líder de la Black Guerrilla Family, una banda callejera a cuyos miembros persigue la Justicia por tráfico de drogas, robo y homicidio. El señor White está en prisión preventiva desde 2009, a la espera de ser juzgado por intento de asesinato, y mientras se le condena (o no) parece que sus días en la cárcel no están siendo tan malos como podemos imaginar. Durante este tiempo, ha dejado embarazadas a cuatro vigilantes de seguridad del centro penitenciario, que le han dado cinco vástagos. ¡Por ahí se empieza la reinserción, por fomentar el contacto entre reclusos y guardias!

La noticia ha salido a la luz recientemente y, además de dejarnos boquiabiertos imaginando las hábiles dotes de seducción de Tavon, ha destapado un caso de corrupción penitenciaria que tiene preocupada a la policía federal. Pero a nosotros no nos interesa este conflicto, sino la especie de síndrome de Estocolmo, pero a la inversa, del que son víctima las vigilantes de la cárcel de Baltimore. De hecho, los encantos del recluso White -que no tiene el aspecto de un adonis, precisamente- deben ser enormes (no me hagan bromas… XD), porque dos de las mujeres a las que dejó embarazadas hasta se tatuaron su nombre.

Este escándalo ha abierto un debate acerca de la idoneidad de que haya mujeres responsables de la seguridad en cárceles masculinas. Lisa Gladden, senadora por el estado de Maryland, se ha posicionado en contra, con un argumento aplastante. «Hay muchos casos en los que las mujeres guardias se quedan encantadas con los criminales. Ellos les dicen cumplidos y las mujeres se enamoran. Hace falta tener a hombres brutales y feos».

Desde ya, los presos tienen un nuevo héroe al que admirar: el señor Tavon White, al que he decidido bautizar como ‘Inseminatorman’. ¡Avon Barksdale es un pringado a su lado!