Lo de ayer sí es una fiesta como dios manda. Glamour, personajes interesantes y divertida. ¿Qué más se puede pedir? Los Prix de la moda, que se celebraron en la embajada de Francia, no tuvieron desperdicio. Desde Olivia Palermo a Marina Castaño, pasando por Eugenia Martínez de Irujo, Diego Osorio, Carmen Lomana o Miguel Ángel Muñoz.

De cotilleos puedo contaros varios. La que mejor se lo pasó fue Amaya Arzuaga. Digo que se lo pasó bien porque terminó montada en un taxi con ayuda de su gran amigo Boris Izaguirre. Me la crucé en la puerta a la salida de Pachá, donde se celebró la fiesta posterior a la cena, y no podía articular palabra. Izaguirre quiso protegerla de los periodistas que por allí andábamos pero aquello no había como esconderlo. ¡Dí que sí Amaya una noche es una noche!

La cena discurrió con normalidad y Quim Gutiérrez presentó el evento de maravilla. La verdad es que le podíamos notar el nerviosismo de estar rodeado de tanta modelo y de tanta actriz bella. De hecho, pude escucharle un comentario en el que decía que no sabría decidirse con cuál quedarse. ¡Qué autoestima más alta chico! Porque pensaría el que todas iban a estar esperando a que el eligiera… ¡Qué maravilla!

En otro estado muy distinto encontramos a Miguel Ángel Muñoz. Es un caballero antiguo y da mucho gusto charlar con él y oírlo cómo habla de su Manuela Vellés. ¡Un hombre así quiero yo para mí! Aunque no creo que haya muchos. Bueno, rectifico, hay uno que nunca se deja ver y ayer me conquistó. Se trata de Yon González, el protagonista de Gran Hotel. Pude confirmar que no solo sabe llevar el uniforme de camarero, sino que un traje de chaqueta le sienta de lujo. Se ha dejado barba y parece mucho más mayor, pero sigue siendo un caballero. No se separó ni un segundo de la actriz María León, bellísima por cierto con un vestido corto de encaje negro. Intenté olisquear a ver qué se traían entre manos pero ella despejó todas las dudas asegurando: “Somos compañeros desde chicos, empezamos en esto junto y somos familia”. ¡Qué lista es la pequeña de la saga León! Pondremos bien la oreja para ver cómo de familia es.

Con ellos estaba la que sin duda fue la más bella de toda la velada: Kira Miró. Ella que no siempre acierta con sus estilismos anoche dio en el clavo, pero de qué manera. Un vestido negro asimétrico con el que le hizo sombra a las súper top que había en la fiesta. Y os hablo de Nieves Álvarez, Ariadne Artiles, o la mismísima Olivia Palermo, que no es una top pero es el icono más importante a nivel mundial en el mundo de la moda. Pues aunque os parezca una burrada, Kira Miró las superaba a todas con creces. Yo misma no me reconozco diciendo esto pero fue así.

Dejando a un lado mi momento fan con Miró, también hubo quien no acertó demasiado con su indumentaria. Y es ahí donde tengo que hablaros de Leonor Watling. ¿Perdona? ¿Qué significaba esa trenza y esa diadema? Yo no entendí nada. La vi disfrazada. Pero bueno, más disfrazada que ella estaban Marina Castaño y Paloma Segrelles. Eran dos pasteles de fresa. Con todo el nivel que se supone que tienen ambas, y del que presumen, y luego a la hora de elegir un vestido, se disfrazan de boda de pueblo. No las entiendo.

Por allí también desfilaron otras mucho más aburridas como Lourdes Montes, Guti, Ana Fernández, o Malena Costa. Nada interesante que reseñar de ellas. 

Una servidora se puso zapato plano y aguantó hasta unas horas que prefiero no confesaros. Ahora toca descansar. ¡Hasta el lunes!