Firmamos documentos, cláusulas, estatutos, cheques, recibos, albaranes. La firma es una prolongación del cuerpo que verifica la existencia de ese cuerpo delante de un papel. La firma dice: estuve ahí, doy fe de mi existencia, y mi mano y mi mente están conformes con lo que aquí planteas. Aunque bien es cierto que es posible falsificar una firma, como también se puede falsificar un beso. Besar es firmar con tinta transparente un contrato de conformidad entre dos pares de labios. Pero cuando besas, las cláusulas que firmas (con copia y acuse de recibo) desaparecen nada más apartar los labios.
Ojalá firmar una sentencia o una hipoteca tuvieran la misma validez temporal que un beso, o el beso el valor legal de un testamento. En tal caso, besaríamos nuestra declaración de bienes y firmaríamos los labios blandos de esa chica. Besaríamos el contrato de la luz y firmaríamos a oscuras su cuello o su espalda.
Hace un tiempo también llegó la firma electrónica, que es otra forma encriptada de besar. Los labios de ahora son ranuras, y las lenguas son tarjetas con chips electrónicos. Pero no saben igual. Los chips saben a frío. Y la tinta es tóxica. Algunos besos también lo son, pero se acaban borrando. O moviendo al SPAM de la memoria.
Feliz semana a todos. Y besos, claro.
23 febrero 2014 | 23:59
Madre mía, que imaginación tienes, jajaja, eres un crack http://xurl.es/9ik46
24 febrero 2014 | 00:30
Venancio, un buen amigo
de las tertulias del parque
hombre de mucha experiencia
y de sobrada sapiencia
es capaz aún a sus años
y siendo analfabeto,
de encontrar las soluciones
de cabeza, de memoria
a problemas de ecuaciones
de primer y segundo grado.
Él, casi a sus noventa
aunque no sabe leer
es capaz de recitar
cientos, miles de poesía
Venancio… es un poeta.
Vamos juntos casi siempre
a sacar nuestras pensiones,
De tarjetas y de cajeros
no quiere nada saber
todo lo firma con la huella,
como siempre lo hizo él.
Hace días en la tertulia
nos contó un gran secreto:
-Firmar, sí aprendí a firmar
cuando yo era mozuelo
y a mis veinte tantos años
un día firmé unas letras,
y que por poquito… las pago.
-¡Qué pesaos son los del banco!
Desde entonces nada firmo,
dice que pone su dedo.
Besar? quizás ya no se acuerde,
si se le pregunta por… esas cosas
siempre, aúlla como un lobo.
24 febrero 2014 | 08:10
Muy buen realto para empezar a semana. No te falta razón!!
http://areaestudiantis.com
24 febrero 2014 | 08:53
¿Y cuantos besos imaginarios puede haber en la carpeta de borradores?…
Feliz semana a todos!!
http://relatossincontrato.blogspot.com.es/
24 febrero 2014 | 09:21
Y un foco de infecciones.
24 febrero 2014 | 10:20
Y a dónde irán los besos que guardamos, que no damos? Dónde se va ese abrazo si no llegas nunca a darlo? Dónde irán tantas cosas que juramos un verano bailando con la orquesta prometimos no olvidarnos….
‘Los chips saben a frío’. ¡¡No a los besos electrónicos ¬¬ !!
24 febrero 2014 | 10:31
No es k el post de hoy sea de lujo pero me hubiese gustado recortarlo…Un actuable voy a FIRMAR YO para k salgas los LUNES en la Ed. impresa en BCN…Jooooooooerrrrr !
P.S.: BSS a todos…menos a ti, claro…
24 febrero 2014 | 11:19
Y eso es lo que quiero, besos.
Que todas las mañanas
me despierten de esos,
Que sea por la tarde
y siga habiendo besos.
Y luego por la noche
me den más besos pa cenar.
24 febrero 2014 | 15:52