Mil historias de sexo y unas poquitas de amor Mil historias de sexo y unas poquitas de amor

Mil historias de sexo y unas poquitas de amor

No me divorcio porque no puedo pagarlo

Debe de ser peor el remedio que la enfermedad, pero ante la crisis económica no hay elección: de divorcio nada, hay que seguir aguantando juntos hasta que arrecie el temporal financiero.

Lo he leído en distintas informaciones que se referían a que los divorcios han descendido hasta un 30% y no precisamente por el amor que se profesan los cónyuges, sino que por la imposibilidad de hacer frente a los gastos que supone una separación, las parejas mal avenidas llegan a acuerdos de convivencia a la fuerza.

Claro que también he leído que entre divorciarse o irse de vacaciones, las familias optan por lo último y lo otro se lo tragan.

Debe ser complicado, una vez que se ha decidido dar el paso de divorciarse, con todos los cambios que implica, dar marcha atrás y negociar la paz, porque no hay otra salida.

¿Y qué se le dice al que se tiene al lado y a quien no se soporta, después de venir del abogado que ha dicho que el proceso puede ponerse en un pico?: ¡Hala cariño!, sigue durmiendo en el sofá o con Paquito y vamos a hacer como que nos seguimos queriendo, que el desamor sale muy caro.

¡Qué difícil! Es otra hipoteca.

¿Que a tu edad aún no lo has hecho?

Está feliz, a veces nerviosa; otras, preocupada; también, asustada. Pero está contenta.

Esta mujer de 63 años, que envejece como los buenos vinos, está a punto de dejar de ser virgen. Y claro, aún no se cree lo que le está pasando.

Yo le digo que lo que es increíble es que a su edad no haya conocido varón y que casi se va de este mundo sin probar lo mejor. Que ya le vale.

Se ríe cuando le digo que salvo las monjas, y no todas, y la virgen María -que está por creer- no conozco a nadie más que a su edad no haya follado.

Hace poco que ha recuperado al hombre que fue su novio cuando era joven. Pero él emigró y ella no encontró a nadie que le gustara tanto como él y tampoco lo buscó.

Al principio lloró mucho, después se resignó, se fue acostumbrando a su soledad y un buen día dejó de echarlo de menos. Pero cuando venían otros los rechazaba, porque no sentía nada por ellos. Dice que no sentía el hormigueo que le producía el novio.

Ahora que se han reencontrado con ganas, sólo piensa en el fin de semana que él la ha invitado a pasar en un lugar aún por determinar, y le apetece mucho, porque está segura de que el momento que espera está al caer, como ella.

Su hermano se descojona y le pide calma: A ver si después de tanto tiempo in albis te vas a dar ahora un atracón y te va a sentar mal.

Está obsesionada con la infidelidad

Lleva unas semanas hecha polvo, porque cree que su hombre le es infiel.

¿Pero por qué lo crees? le pregunto.

Porque eso se nota, me dice.

Ya, ¿pero en qué? ¿has visto algo? le insisto.

No es que lo haya visto morreando con otra, o toqueteando a otra ni tirándose a otra. Tampoco le ha pillado en ningún renuncio, ni hace salidas a deshoras, pero insiste en que lo intuye.

Le hago notar que está obsesionada y me dice que puede que sí, pero que está en una edad muy mala, en la que esta idea le ronda sin saber por qué.

Pues claro que lo sabes: porque vamos cumpliendo años, porque a lo mejor te has hecho más insegura en ese aspecto, y porque crees que a la primera de cambio se va a ir con otra más joven. Tonterías.

¿Y a estas alturas de la película te inquieta que se eche una cana al aire? le pregunto. Anda y que la disfrute y échate tú otra.

Se va a parecer a mí, que a veces, cuando hablo con mi hombre de cualquier cosa, le suelto la coletilla «cuando te vayas con otra más joven…».

El amor… cómo nos pone.

Lo que ayuda a ligar un perro

«Los perros provocan ganas de ligar incluso a los más tímidos, ya que no hay que pensar mucho en un tema de conversación. El perro es el rompehielos ideal», explica la psicóloga Lisa Fischbach, al analizar los resultados de una encuesta realizada por la agencia alemana de búsqueda de parejas por Internet ElitePartner.de.

El sondeo realizado a más de 4.500 personas destaca que el 71% de los encuestados encuentran «especialmente atractivos» a los propietarios de perros de las razas labrador y golden retriever.

Yo conozco a un tipo, nada tímido, que no ha ligado tanto en su vida como desde que tiene perro. Y eso que él ya llevaba hecha mucha carrera y tiene un perro que no tiene raza pero también tiene mucha calle.

Pues dice, cuando le comento la encuesta porque él me estaba contando a mí su última conquista, que ni labrador ni golden ni lo que dice esa señora, porque él y su perro son los reyes del parque «y mira que ninguno de los dos valemos un pimiento».

Así se ha ligado en este año a cinco mujeres. Lo dice él y yo me lo creo, porque tiene una jeta para pegar la hebra y algo más, que ya la quisieran los dueños de los golden retriever, que según el sondeo son los que más ligan. Según el sondeo.

Un descuido y zas, embarazo cuando no toca

Bajó la guardia, porque a partir de los 40 crees que no puede pasar, pero pasó.

Mi amiga, que tiene 43 años se quedó preñada en un descuido y ha decidido tener su primer hijo, porque dice que lo va a tener, a una edad en la que es más que madre una abuela. O una madre muy añosa.

La primera sorprendida he sido yo , porque esta mujer nunca ha querido compromisos ni hijos, que son el mayor de los compromisos, nunca. Y ahora viene con esas.

Como estaba tan emocionada con su maternidad me he callado lo que pensaba: que hay una edad para ser madre, a pesar de que la ciencia nos demuestre lo contrario cada día -todavía me acuerdo de la mujer que parió a los 60 años- y que a los 43 una no tiene ni la paciencia, ni la cabeza ni el cuerpo para andar haciendo niñadas cada tres horas de noche y de día. Ni tampoco el ánimo para soportar todo lo que supone un hijo, porque ya no toca. Es como si te despiden a los 48 0 50, pues muy mal, porque a esa edad ya no toca.

Pero esto lo pienso yo, que, consecuentemente, no he tenido hijos, y ella lo pensaba hasta hace dos días. Ya no, ahora piensa todo lo contrario. ¡Qué perezón!

¡¡¡Abuelaaa!!!

Sexo pleno también a los 70

No hay nada como el sexo.

Lo dice el Instituto de Neurociencia de Gotemburgo (Suecia), que ha comprobado que las personas mayores han aprendido a vivir plenamente su sexualidad y disfrutan de unas relaciones sexuales muy positivas.

La investigación se ha realizado durante 30 años con entrevistas a personas de esta edad y se ha concluido que ha aumentado el número de coitos de los mayores tanto en los casados como en los solteros.

En el trabajo, publicado en el British Medical Journal, muchos reconocen que practican el sexo al menos una vez por semana y que la calidad es muy buena. Otro dato que resaltan es que las mujeres que ahora tienen 70 años están más satisfechas con sus relaciones que aquellas que tenían esa edad hace 30 años. Incluso afirman que tienen más orgasmos.

Para los hombres, la satisfacción apenas ha cambiado. Según los investigadores, esto se debe a que «ahora ellos tienen menos problemas para reconocer sus fallos en la cama, cosa a la que antes no se atrevían. Realmente no disfrutan menos, sino que ahora dicen cuándo ha estado bien y cuándo no».

Por mucho que lo haya investigado el Instituto sueco de Neurociencia, no sé si creerme mucho lo de la satisfacción plena de las mujeres de 70 ni que lo practican una vez por semana.

P.D. Está bien, en atención a Monocamy, cambio el final.

Cambio la duda por la esperanza:

Ojalá que sea verdad y lleguemos todos ahí disfruando de nuestra plena sexualidad. Es un deseo ferviente.

Sólo quiero folloamigos

Como ya tiene edad para no caer rendida a los pies de ningún tío, aunque le sea tan difícil mantenerse de pie cuando intima con alguno, ha decidido que se acabaron los enamoramientos y que ahora sólo tendrá folloamigo.

Un hombre de confianza con el que follar, que la trate con mimo, igual que ella a él y sean como dos íntimos que quedan a tomar una copa para contarse sus cuitas.

Nada más. ¡Como si eso se pudiera planificar!

Tener un amigo para follar me parece una buena idea y a mucha gente le funciona. Conozco a más chicos que tienen folloamiga que a chicas con amigo, pero tengo un par de amigas que lo tienen y, de momento, les va bien.

Ellas dicen que no quieren atarse a nadie, sólo follar de vez en cuando con alguien de confianza, a quien no tengan que buscar, porque está ahí igual que ellas. Pero estas son más racionales que la primera.

Por cierto, el otro día la sorprendió su hija de 18 años con una idea muy clara: que no se va a casar, ni a tener pareja fija, que lo que quiere es tener amigos con los que follar si se tercia, pero sin ataduras, sólo con cariño.

Su madre le dijo entonces que eso se llama tener un folloamigo, pero que para ella -su hija- no le gusta.

Ella come mejor

Crisis económica y unas de las primeras que salen por la puerta de las empresas son las mujeres maduras, de cuarentaymuchos-cincuenta, que por la edad y su trabajo de años tienen un buen puesto, tampoco para echar cohetes, y que por la mentalidad machista y misógina de muchos empresarios son más fáciles desprenderse de ellas, porque les queda el sueldo del marido.

Con esa misma mentalidad, a un hombre no se le echa porque es el hombre de la casa y tiene que llevar el condumio a la prole.

Aclaro: no quiero decir no se despida también a muchísimos hombres de cualquier categoría -bueno, de cualquiera no- sino que en muchas empresas son las mujeres las primeras paganas.

Una amiga mía, a la que le ha pasado esto, consiguió una entrevista de trabajo y fue a hacerla, consciente de que por su edad y nivel profesional no le iban a dar el puesto, pero se presentó.

El tipo que le hacía la entrevista era un pipiolo treintañero que la entretuvo con rodeos hasta que dio por terminada la sesión. Le dijo a mi amiga que ya la llamarían con muy poquita convicción.

Ella se levantó le dio las gracias y le dijo con mucha parsimonia que seguramente las piernas que habían entrado delante de ella tenían más puntos con menos años, pero que ella la come mucho mejor, aunque sólo fuera por los años de experiencia trabajando con tanto cabrón. Y siguió: Y ahora ten huevos y dime que no me vas a llamar en tu puta vida.

Él no articuló palabra y ella respiró hondo antes de salir por la puerta y prometer que nunca volvería a hacerlo.

Vírgenes hasta el matrimonio

Leo con pasmo en la vitrina de Bob Pop que en Hollywood se ha impuesto la moda de llevar los anillos de pureza (purity rings), que significa para quienes lo usan que serán vírgenes hasta el matrimonio.

Los llevan los componentes de Jonas Brothers, que por lo visto es un grupo de músicos adolescentes que tiene mucha fama entre los de esa edad, y lo lleva una tal Selena Gómez, una actriz de Disney, que ha prometido celibato antes de casarse.

Recuerda mucho a una jovencita Britney Spears, que presumía de castidad en los comienzos de su carrera, y decía que era su ideal llegar así al matrimonio.

Claro que era en la época en la que aún no había conocido a Paris Hilton. Seguro que a Selena todavía no le han presentado a la rica y perversa provocadora. En cuanto la conozca se corta el dedo.

El deseo de los niñatos es alimentado también por sus papás, que a falta de celibato, prometen a sus mamás fidelidad hasta la muerte. El anillito de Selena se lo regaló su padre, que lo había llevado a bendecir a una iglesia.

Estos romanos están locos y además no saben lo que se están perdiendo.

Casarse con un tío…

… Carnal.

¿Te puedes enamorar de tu tío? Sí, se puede. ¿Y de tu tía? Esto es ya más improbable, aunque también se puede.

Cuando yo iba al colegio, la hermana mayor de una amiga mía dio el campanazo al anunciar a los 15 años que se casaba con su tío, el hermano de su madre, que le llevababa a ella 17 años.

Todavía me acuerdo de que mi amiga dejó de ir al colegio por unos días porque en su casa se montó un follón de no te menees.

Al final, los padres accedieron y el Papa de Roma, a quien hubo que pedir dispensa, también, y los enamorados se casaron con el único problema de que a los hijos que tuvieron había que corregirles algo al nacer. No me acuerdo bien. Pero ahí siguen, tan contentos.

No puedo decir lo mismo de una amiga de mi madre que se casó con un sobrino 15 años menor. Ella que no había conocido varón cuando llego al altar, a los 40 de entonces, que no son los de ahora, se casó -dice- muy enamorada la pobrecita.

Él se casó enamorado de su dinero, y a partir de ese día descubrió lo bien que se vivía en casa de la tía Mercedes sin pegar un palo al agua y saliendo y entrando cuando le venía en gana, y no precisamente solo .

Y la tita, que lo sabía, aguantando mecha «porque los hombres son así», decía. Y porque ya que había pillado marido, no lo iba a tirar todo por la borda.

Así vivieron 10 años, hasta que él la dejó por otra de su edad con la que se casó. Luego se murió enseguida y las dos lo velaron toda la noche.