Mil historias de sexo y unas poquitas de amor Mil historias de sexo y unas poquitas de amor

Mil historias de sexo y unas poquitas de amor

Archivo de diciembre, 2009

2010 cositas buenas para todos

Mira que le he dado empujones y no acababa de marcharse este año tan malo, pero lo mejor de todo es que ya se acaba. Qué gusto, por dios.

Así que os deseo a todos 2010 cositas buenas.

Mucho amor, mucho sexo, mucho cariño, que no os falte nada de esto, que es lo mejor del mundo, como los amigos, el humor, las risas y las malas compañías.

Ni tampoco el trabajo, tan escaso, ni el ánimo para disfrutar de la vida, aunque venga de lado.

Así que mucha felicidad y mucha salud para aguantar lo que venga.

Ah, se me olvidaba, no sería yo si no os deseo a todos los mejores polvos en 2010, 2011, 2012…

Sed felices.

Putas y a mucha honra

Ni todo es blanco ni todo es negro. Y menos en el amor y en el sexo, donde los matices son muy importantes.

¿A cuento de qué me he levantado pejiguera? Pues a cuento de la cantidad de guardianes de la moral que salen en este blog, que no es el suyo, está claro, y en el que no tienen reparos en insultar a quienes no piensan como ellos.

Que una mujer sepa lo que quiere, después de haber patinado, no es para llamarla puta de la forma en que lo llaman estos, como un insulto. O que quiera hacer lo mismo que han hecho los hombres toda la vida, tampoco. O que viva como le dé la gana sin hacer daño y con consentimiento.

Que una elija una vida libre y sin compromisos no la hace más puta que otra que decida quedarse con el marido toda la vida, aunque ahí no haya más que aburrimiento y hastío. Y lo mismo que sirve para las mujeres sirve para los hombres, pero no sé por qué la palabra puta sale de la boca con más facilidad que otras.

A mí me da lo mismo, porque las putas me merecen mucho respeto, pero habrá a quien le parezca mal que se lo llamen sin motivo. Porque de cuándo acá una es una puta porque le dé alegría al cuerpo.

Lo que decía antes, que hay mucho guardián de la moral reprimido.

Hala y ahora a insultar que se abre la veda.

Para los demás, lo mejor: follar mucho, bien y con quien os dé la gana y podais, que esto son dos telediarios.

Se sube por las paredes de puro placer

Tres días le quedan para que se acabe 2009 y llegue su año, porque 2010 va a ser su año, y yo bien que me alegro, porque se lo merece.

El otro día contaba que esta vez está hasta las tetas de la Navidad, pero que será el último año que tenga ese hastío, porque va a empezar el primer año del resto de su vida y va a ser sonado.

Ya ha tenido un aperitivo de lo que puede ser, porque lleva dos o tres meses descubriendo el sexo y eso que ella creía que lo tenía más que descubierto después de 14 años de matrimonio y unos cuantos hijos.

Pues no, no sabía lo que era cómo lo sabe ahora y cómo lo siente ahora. Nada que ver con la relación que ha mantenido con el que ha sido su hombre y está a punto de desaparecer de su vida. Porque ahora está viva, la tienen en cuenta y la tratan con mucho cariño y ella se siente la mujer más atractiva y más sexy de la tierra.

Ahora está que se sube por las paredes de regocijo, porque de placer ya se sube todos los días por donde puede, que cuenta ella misma para explicar esta nueva emoción y el paso que está a punto de dar con el nuevo año.

Qué bonita es la Navidad. Ni follan ni dejan

Se pasó el primer trago. Menos mal. Lo dice una amiga, a la que la Navidad le gusta tanto como a un tonto un lápiz.

Vamos que va encantada a la casa familiar, a celebrarlo con padres, hermanos, cuñados, sobrinos, apegados y demás happy family, que la tienen harta, según dice, porque estos más que follar y crear armonía, joden las navidades y lo que se tercie.

Ella, que es así de agradable con estas fiestas familiares tan «entrañables».

Es uno de esos años que ha pensado tarde y mal; y en vez de irse por ahí de viaje, como ha hecho siempre, se ha quedado con la familia.

Con el peligro que entraña esa decisión. Lo único que hace bien es que no compromete a su hombre a acompañarla. Ni él a ella, y cada uno se va con su gente, porque para aguantar mecha ya está la de una, sin necesidad de hacer lo mismo con la del otro.

Y eso han hecho, cada mochuelo a su olivo.

«Para la semana que viene, dice, ya estaremos juntos y follaremos para celebrar el año y lo que haga falta, en vez de que nos vuelva a joder alguno, que la parentela tiene mucho riesgo».

En busca del deseo femenino


«La gran pregunta que nunca ha podido ser resuelta, y a la que yo, pese a mis 30 años de investigación en el alma femenina, tampoco he sido capaz de responder, es: ¿qué quiere una mujer?».

Lo escribió Sigmund Freud en una carta a una discípula, y hoy, casi un siglo después, esa pregunta, sigue sin tener una única respuesta. Sexólogos, psicólogos, biólogos, neurólogos y todo tipo de terapeutas continúan investigando los anhelos femeninos, y corroboran que adentrarse en el universo del deseo de la mujer es hacerlo en un enigma todavía hoy irresoluble.

Varios estudios realizados por sexólogos ratifican la complejidad del deseo femenino frente a la simpleza del masculino (sic).

Son estudios que recoge la página Duna y que explican, entre otras cosas, que los hombres heterosexuales se excitan con mujeres y los homosexuales con hombres, pero que la respuesta de la mujer es más amplia:

«Con independencia de su orientación sexual, las mujeres se excitan con las escenas de hombres con mujeres, hombres con hombres, mujeres con mujeres… incluso con las imágenes de los bonobos», según una investigación de Meredith Chivers, profesora de Psicología en la Universidad de Queens (Ontario, Canadá) y pionera en el estudio del deseo femenino.

Según Chivers, «a las heterosexuales les costaba reconocer que les atraían las imágenes lésbicas; a las lesbianas, que se excitaban con los hombres… Y, por supuesto, ninguna admitía haberse puesto a tono con los simios».

En palabras de Daniel Bergner, autor de La otra cara del deseo , «es como si la mente y los genitales no pertenecieran a la misma mujer».

Perfumes que huelen a erotismo

Hay que ver cómo está la tele en estas fechas. ¿Infantil, que sería la época más propicia? No, ¡muy erótica!, porque se llenan de anuncios de perfumes a cada cual más orgásmico.

Todas las primeras marcas, y las segundas, presentan spots, algunos con escenas muy subiditas para vender mejor sus colonias.

No me queda otra que pensar que si te das unas gotas de tal o cual esencia, te lo van a comer todo. Eso parece, que dice un amigo.

Este del vídeo, en el que sale Kate Moss anunciando Parisienne para Yves Saint-Laurent, es el que tiene mayores dosis de erotismo, porque representa un orgasmo en toda regla. Es casi pornográfico, en el buen sentido de esta palabra.

Una compañera cuando lo ve le dan ganas de salir corriendo a comprárselo, por si con el bote viene todo lo demás: el deseo y el chico que le provoca tal tormenta a la Moss.

Pero hay muchos más, el que anuncia Hechizo, de Vitorio y Lucchino; el de Carolina Herrera, también muy caliente; Euphoria, de Calvin Klein…

Y otro muy sensual, que a los chicos les vuelve locos -al menos a los que yo tengo cerca-, es el que protagoniza una espectacular Charlize Theron para vender J’adore, de Christian Dior.

¿A que parece que si te echas unas gotitas se te va a poner este cuerpazo 10? Pues no, para eso hay que pagarse un tratamiento en Incosol

Orgasmos con el médico

Angus Thomson y Bibi Giles, ginecólogo y paciente, están enfrentados en un tribunal del condado de Worcester, Gran Bretaña.

Ella dice que el médico se le insinuó y le provocó dos orgasmos mientras la examinaba, en una revisión después de una operación de útero.

Él lo niega y dice que fue la mujer quien lo acosó con mensajes eróticos y llamadas.

«Me pareció que aquello estaba mal pero yo no sabía cómo eran los exámenes de un ginecólogo después de una operación» , dice esta señora.

La paciente y su marido no le dieron más importancia porque la enfermedad uterina que padecía requería un tratamiento, y un cambio de ginecólogo retrasaría el proceso.

Bibi Giles, además, dice que soportó miradas sucias y frases subidas de tono, y que cuando le contó al ginecólogo que le dolían los puntos él le contestó:

«Eso es porque aún no has tenido sexo. Si no lo tienes sufrirás una explosión». ¡Toma!

La defensa dice que es Giles quien cortejaba a Thomson y no al revés y presenta como prueba un mensaje de móvil en el que ella se muestra abiertamente insinuante con su médico.

Qué caso, no se habla de otra cosa en los tabloides británicos. Lo que más me sorprende es que el marido no le diera ninguna importancia. Eso es comprensión, sí señor.

Historias de voyeur

Siempre me han atraído las historias de voyeur, porque a mí me gusta mirar. Hombres o mujeres -yo me refiero a hombres- que se pasan la vida observando y disfrutando de lo que ven.

No sé si su posición es mejor que la del que se siente observado. En principio parece que sí, porque al segundo lo dejan inerme, lo desnudan con la mirada y lo vapulean, a veces hasta la incomodidad.

O no, porque también provoca placer ser observado y hacérselo notar al que mira.

Es lo que hacían las tres inquilinas de un piso de mujeres jóvenes con su vecino voyeur. Cuando él estaba sentado frente al ventanal de su salón, ellas, alguna o a veces todas, se paseaban con nocturnidad y alevosía por el suyo, conocedoras de que al otro lado del cristal, unos ojos disfrutaban con su actuación.

Me lo acaba de recordar otra historia de un voyeur, que he leído poquito antes de que se haya publicado en Bubok. Se llama Páginas de relax.

Una historia de un tipo solitario cercano a los 40 que pierde la cabeza por una puta de lujo. Aunque puede que sea la puta la que se mete en la cabeza de un tipo fantasioso que vive solo y que tiene una vecina exhibicionista que le mantiene en su ventana, muy pendiente de sus movimientos.

Un imposible amour fou; una bollicao sadomaso y otros contactos amorosos cambian su rutina gris por imprevisibles escenas de sexo, en las que siempre hay alguien que observa.

Más de cuatro veces cada noche, ¿una ilusión?

Leo un sondeo no muy reciente de una revista sobre la frecuencia de sexo en las mujeres y me convenzo de que cuando a una le preguntan sobre estos asuntos miente más que habla. Ellas y ellos.

Todo el mundo huye de aparecer como el peor de los amantes, aunque tampoco confiese que es el mejor, por si las moscas.

El estudio recoge conclusiones tales como que el 30% de las mujeres españolas confiesan que querrían hacer el amor más de cuatro veces cada noche. Vamos, si esto fuera así, nadie iría a trabajar por la mañana con cara de vinagre, y no es lo que pasa.

También, establece comparaciones entre los hábitos de las mujeres según la zona de España. Así, dice que un 30% de las zaragozanas afirma que practica sexo todos los días, un 10% de las valencianas dicen haber estado con tres o más amantes en 24 horas mientras que en Sevilla esta cifra sube hasta un 16%.

¿Serán ganas de dar que hablar?

Sobre lo que quieren, el 11% de madrileñas y valencianas cambiaría el tamaño del pene de sus parejas y el 29% de las barcelonesas asegura excitarse más con el porno que con la vida real.

En el resto del mundo, en Rusia, el 93% de las encuestadas son fans de la postura del perrito, mientras lo que arrasa en Serbia es el bondage. Y el 36% de las australianas se han acostado con otra mujer en alguna ocasión.

En Suecia y Tailandia es donde las mujeres sienten más curiosidad e interés por su propio placer. La media de veces que se masturban a la semana estás mujeres es de 6 a 8.

Las francesas son las más insatisfechas. Los 20 minutos que duran sus encuentros sexuales no les dan para mucho.

Fogosidad sexual en el embarazo

Se acaba de quedar embarazada, aún no llega a los tres meses, y dice que tiene una fogosidad tal que lo haría a todas horas.

Una vez pasados los dos primeros meses de adaptación a su nuevo estado y despejadas las dudas que le asaltaban sobre la práctica del sexo, mi amiga dice que nunca ha sentido más deseo que ahora, así que se deja llevar por ese furor y como tiene un hombre que la acompaña bien en esas lides, pues están encantados.

Cuenta otra amiga mía que ya pasó por la experiencia, que para follar durante el embarazo tienes que tener una pareja a la altura, porque hay muchos hombres a los que les da cosilla -dice ella- por si se van a cargar algo. Pero el feto está bien protegido por un colchón de líquido en la matriz y por el abdomen de la madre.

No tengo ni idea de la cuestión, pero a mí me parece que una mujer embarazada no es lo más sexy del mundo. Pues ellas dicen que me equivoco y que su nuevo cuerpo les hace sentirse sentir muy atractivas.

Será el cambio de hormonas que les trastoca la libido y la percepción de lo sexy, que diría un tipo muy bruto que conozco, que nunca se fijaría en una chica embarazada.

Para gustos están los colores.