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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Vértigo

Unas veces lo llevas pegado a las paredes del estómago y otras pasa de refilón, ignorándote y perdonándote la vida. La acrofobia es una alucinación en la percepción del movimiento, de acuerdo. Normalmente lo llamamos vértigo y, más en el caso particular de los cuatro que subíamos ayer corriendo hacia Peñalara y después cresteando por el temido Paso de los Claveles, lo llamamos pacazo.

Esto del pacazo al que menos gracia le hizo de los 4 fue a Paco. Ese alpujarreño montaraz, sensible y de ojos casi albinos, cincuentón y a quien he visto correr desde que tengo 20 años, que salía desde el Puerto de Cotos arriba sin calentar, ni estirar, ni nada, es de la vieja escuela del trote. A menudo hago referencia a ella en esta mierda de blog. Ha corrido Veleta arriba, ha hecho los 100/24 arrastrando dolorcillos desde meses antes, siguen sin encontrarle una especie de hernias inguinales y para al cirujano porque quiere correr este Agosto en la subida al Veleta que organiza Enrique Carmona (ya no se ni como se atreve), y así unas cuantas.

La tontería que tiene el vértigo para los corredores, salvo encontrate con raros zumbidos de oidos (el caso de mi amigo Toni Duart y que podréis leer en el próximo número de IRREC), no es de grandes consecuencias salvo… que te guste correr por la montaña. Pedreras, rampas hacia arriba o abajo, o pasos complicados en los que, si no peligra tu integridad, la percepción de la altura a la que te hallas te resta seguridad. Esto te impide correr o simplemente pasar por algunos lugares de la montaña, en carreras o no, en los que te ves obligado a tener que pasar lugares muy aereos como esa maravilla que fotografía Cañorroto y de quien tomamos prestado su material.

Esta puñetera distorsión es compleja. No tengo ni idea de los mecanismos fisiológicos. Digo que es compleja porque hay dias en que uno se ha encontrado realmente torpe en bloques sencillos, otros sencillamente indemne (como ayer) o incluso fases diferenciadas, como mi última subida por la Portilla del Crampón (perfecta) y al Almanzor (ahí me quedé a 4 pasos). Quizá la fatiga aumente el agarrotamiento. O enfrentarnos a nuestros miedos, como he leido en algún foro de montaña, asumiendo que son actividades a las que no se va a pasear, que para eso se queda uno en casa. El que tenga la solución…

8 comentarios

  1. Dice ser Sylvie

    No sé la solución…quizá no la haya…Me estoy acordando de una vez en la montaña pasando por un cortado (no excesivamente peligroso), que tuve que ayudar a una chica a pasar…y que me flipaba verla tan tremendamente bloqueada…Si que se debe pasar mal, si…A mi creo que me pasa como en la vida, que soy tan rematadamente positiva, que nunca pienso que me va a pasar nada malo y tiro adelante (el día que me pase, me lo comeré con patatas).Besitos.

    06 julio 2007 | 14:23

  2. Dice ser Wild Runner

    Hay psicólogos que dicen que las fobias nunca se curan (como el miedo a volar y cosas así). No sé si el vértigo será lo mismo, pero vamos, quizás lo mejor es aprender a vivir con ello. Qué complicaditos somos, si es que …

    06 julio 2007 | 21:28

  3. Dice ser Bulderban

    Ya te explicaré el martes el truco del carajillo de Soberano…

    06 julio 2007 | 21:35

  4. Dice ser anita

    LO peor es que uno no lo puede controlar, a mi me pasa en los pisos muy altos, cuadno digo altos, muuuy altos, despues del 25. Mi hermana en una epoca vivia en un departamento en el piso 27, era imposible para mi acercarme a las ventanas, me daba pánico!

    07 julio 2007 | 13:37

  5. Dice ser Pablo

    Yo también sufro de ese pánico en lugares muy aéreos, como dices tú, un vértigo asociado sólo a la vista y no al sistema de equilibrio del oído interno: es decir, que quizá sea tan sólo psicológico y no haya ningún mecanismo fisiológico; pero a lo mejor sí, vete a saber. Sufro muchísimo (así que las evito si puedo) en esas pasarelas para peatones sobre las autopistas si son estrechas y tienen la barandilla baja (y no me dan problemas si tienen la barandilla alta o están acristaladas, hay algo más que la vista, pues; pero ¿será algo controlable con la mente?): hay una, matadora, sobre la calle de Alcalá a la altura de Canillejas, en Madrid, que tengo que cruzar irremediablemente si vuelvo en autobús desde el aeropuerto y no quiero dar un kilométrico rodeo: hago respiraciones profundas, trato de mirar al horizonte, mucho más allá de los coches que pasan juto por debajo, pienso en otra cosa, y al llegar al otro lado siento como una liberación (fíjate que no son ni veinte metros). Me ha pasado también en el puente colgante de Cuenca que ha fotografiado Sylvie hace poco, lo he visto en el álbum que acompaña a una entrada de su blog. Y también sufro muchísimo cuando veo a alguien que se acerca a un precipicio o se asoma a un abismo, o se sube a la ventana y saca todo el cuerpo fuera, como los que vinieron hace poco a casa a arreglarme la persiana: lo paso fatal, pero físicamente mal, viéndolos. En los pisos altos de los rascacielos no tengo ningún problema con las ventanas si están cerradas o si tienen una buena reja.Pasar uno de esos cortados de montaña, dar un salto en el vacío: creo que sería incapaz. En un avión nunca he tenido esa sensación de pánico, de terror a la altura, aunque es verdad que siempre me acojona el despegue porque no me lo creo: una vez en el aire, recupero la fe y todo va bien. Creérselo de verdad, ¿quizás ésa es la clave para superar el vértigo?Ya me he puesto al día en la lectura de tu blog desde tu vuelta de tus breves vacaciones, aunque aún no has despejado el misterio de todos los meses de preparación que se te avecinan a esas horas intempestivas mucho antes del amanecer, o a mediodía en el secarral. Y he tomado nota de la Misa en Re menor de Mozart, para alternar con el Requiem que llevo algunas semanas escuchando bastante a menudo.Pero pordiós, cambia al De Vega ése por mí (ja ja ja, me descojono cada vez que lo veo, no sé por qué!) en el índice del nº 4 de IRREC, anda!!! 🙂

    08 julio 2007 | 08:25

  6. Dice ser Pablo

    Por cierto, que la equivalencia de las notas anglosajonas es C-D-E-F-G-A-B = do-re-mi-fa-sol-la-si, así que la Misa de Mozart es en Do menor.

    08 julio 2007 | 08:46

  7. Dice ser Carlos

    Con vértigo o sin vértigo la foto es cojonuda…

    09 julio 2007 | 07:14

  8. Dice ser Viguetana

    ¡Qué envidia me das…!Yo también he corrido por lugares así… Sin ir más lejos en el Pedraforca. Una carrera que te recomiendo, por cierto, si algún día se te pone a tiro.Salud y kilómetros (sin vértigo).

    09 julio 2007 | 07:47

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