Se llama Roberto Martínez, es catalán, tiene 35 años y la próxima temporada entrenará al Wigam de la Premier inglesa, siendo el técnico más joven de la competición.

Bob, como le llaman en Inglaterra, es uno de los primeros futbolistas españoles que se aprovechó de la llamada Ley Bosman y emigró al Reino Unido en los años 90 en busca de la oportunidad que no veía en España.

En Gran Bretaña, se convirtió en un trotamundos. Por Inglaterra, País de Gales y Escocia paseó su fútbol (fue el primer extranjero que logró marcar un gol en la FA Cup en las filas del Gillingham FC) aunque siempre en equipos de Segunda y Tercera.

Pero la fama de Roberto Martínez, al que el entrenador del United Alex Ferguson tentó para que fuera su segundo, se ha labrado en los banquillos, concretamente en el del Swansea galés, donde ascendió al equipo a Segunda después de 24 años con un conjunto plagado de españoles.

Su hazaña le ha valido para dirigir al Wigam, club en el que también fue jugador, y ser considerado en Inglaterra como el nuevo Rafa Benítez (entrenador del Liverpool) del fútbol británico.

«Rafa es un gran técnico, pero yo crecí con Cruyff, Sacchi y Toshack«, confesó hace unas semanas a 20 minutos.