Vayan por delante mis disculpas para José Antonio Reyes, a quien en este blog no dudé asegurar que era un ex futbolista. Como yo, mucha gente está sorprendida del rendimiento que el jugador sevillano está exhibiendo últimamente en el Atlético. Bien en cierto también que no me faltaron razones, ya que el de Utreta se ha pasado varios años viviendo de las rentas e, incluso, ha sido pitado por el Vicente Calderón, el mismo estadio en el que ahora es un auténtico ídolo.

«Cambiaré los pitos por aplausos«, dijo hace poco en una entrevista. Y está cumpliendo su palabra. Sus recientes actuaciones, sobre todo la última en la Liga Europa ante el Galatasaray, han despertado el interés del club rojiblanco en su renovación.

Reyes, que le costó al Atlético 11 millones de euros, termina su contrato con los rojiblancos el próximo 30 de junio del 2011, y desde todos los estamentos de la entidad del Manzanares no se duda ahora de su valía, empezando por su entrenador, Quique Sánchez Flores, el gran responsable de que el andaluz se haya vuelto a sentir futbolista: «La recuperación de los jugadores depende de los jugadores más que del entrenador. Si ellos quieren pueden. La recuperación ha dependido de él. Ahora tenemos otro objetivo y es que al nivel de Reyes se pongan los jugadores que están arriba».