No os asustéis, no se le han vuelto a airear sus intimidades… esto es un desnudo menos carnal.

Qué importante es, a veces, conocer a los artistas. Y digo a veces, porque en otras ocasiones hubiese sido mejor no conocerlos (esto suele pasar más cuando los conoces en persona, lejos de las cámaras y separados de los focos…)

Anoche, lo que La Voz hizo con Laura Pausini fue un desnudo en toda regla. La conocemos, musicalmente, desde hace más de 20 años, pero la verdad es que como persona… nos quedaba un poco. Si bien es cierto que a ella la hemos visto desenvolverse con mucha soltura en entrevistas, como la que hizo en El Hormiguero, y hasta darle unas cuantas pataditas a Melendi, nunca se conoce bien a un artista, hasta que le vemos como jurado en un talent… y si no que le pregunten a Ruth Lorenzo.

Algunos lo saben aprovechar y otros pasan desapercibidos totalmente, este no es el caso de la Pausini. Ella es chica lista, anoche había más de cuatro millones y medio de españoles pegados a su televisor, y aunque el programa es grabado,  ella la artista italiana más famosa en el mundo de la música… no tiene un pelo de tonta, y sabía que era lo que tenía que hacer.

Estuvo divertida, risueña, absurda y en resumen muy muy cómica. Eso es lo que queremos ver. Es lo que la gente espera. El reality dentro del reality, una falsa, o no tan falsa, realidad impostada en la que lejos del ‘postureo’ de los flashes veamos a las celebrities tal como son. A algunos se les nota más que a otros esto de la «falsa realidad impostada», Laura Pausini lo consiguió hacer bien, porque creo que sobretodo había realidad, y esto es de agradecer. Enamoró y agitó las redes sociales con chorradas varias: su bulería, su momento géminis o su teoría sobre las casualidades, fueron sin duda los tres momentazos de la noche.

Un muy buen arranque para un programa desalmado en el que poco importa el artista, su evolución y futuro profesional, pero que como fenómeno televisivo es espectacularmente bueno. En Operación Triunfo, veíamos el verdadero camino del éxito… en La Voz, asimilamos (por la evolución que han tenido los artistas una vez acabado el concurso) que cuando se apaga el pilotito rojo de la cámara les dan… la coz. Aún así, el formato, los coaches, la narrativa y el estilo es de lo mejorcito que tenemos.

Muero de ganas por ver el segundo programa y ardo en deseos porque llegue el «momento pelea de gatas» entre Laura Pausini y Malú.