Dos mujeres, que comparten casa en la isla de Vancouver Island (Canadá), no pueden desembalar una licuadora que compraron a finales del pasado mes de diciembre debido a que sus tres gatos se apropiaron de la caja con el electrodoméstico nada más llegar al domicilio.
Jessica y Nikki, las dueñas de los felinos, dejaron en un primer momento la caja en la cocina. Pero cuando más tarde quisieron abrirla, su gato de nombre Max, de cuatro años, se había subido encima y no mostraba ninguna intención de bajarse de allí. «Aquí ni te acerques«, debió de pensar el minino. Lee el resto de la entrada »