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Un ayuntamiento británico paga un bronceado de bote a los desempleados

La agencia de empleo de Aberdare, en Gales, ha tenido la curiosa idea de ofrecer bronceado artificial gratis a los parados que más se están esforzando en encontrar un trabajo. Para ello, van a enviar a los desempleados más activos (aunque parezca un oxímorón) a un centro de salud y bienestar sin ánimo de lucro para ‘ponerlos morenitos‘.

«Queremos dar a la gente más confianza en sí mismos. Creemos que con una piel bronceada, bien vestidos y arreglados, los trabajadores se sienten más seguros y tienen más oportunidades de ser contratados», explica Sarah Sweeden, Directora del centro Well-being and Training, donde se aplica el tratamiento (ni que fueran coches, que con un repaso de chapa y pintura quedan como nuevos. Y así pueden ser vendidos más fácilmente).

La peregrina razón de peso no ha convencido a la oposición en el Ayuntamiento de Aberdare, que protesta porque se está usando dinero del erario público para financiar la ‘operación bronceado‘. Pauline Jarman, líder del partido opositor, comentó irónicamente en una de las sesiones plenarias, que «no creo que ningún empresario en su sano juicio contrate a una persona por su color tostado. Hay otras cosas más importantes, como la experiencia y las capacidades para conseguir un buen puesto de trabajo».

La postura de Jarman la apoyan todos los miembros de la oposición. Otro de ellos, Robert Oxley, asegura que «en una ciudad con una tasa de desempleo del 9,6%, es mejor dedicar el dinero del contribuyente en políticas activas de empleo, que en capas de moreno artificial. Es una medida absolutamente ridícula».

Menos mal que al consistorio no se le ocurrió enviar a los parados a tomar al sol a cualquier playa española. ¡Se hubiera liado parda!

Un juez británico salva de la cárcel a un ladrón «por valiente»

Después de lo del diputado Hernando y el juez Pedraz está el panorama jurídico (¿o judicial?) español algo revuelto. ¡Pero no solo en España! En otros rincones del mundo también se dan historias curiosas relacionadas con la Justicia, por eso de que las leyes admiten interpretaciones diversas. La que me ha valido para el post de hoy tampoco es baladí.

El juez Peter Bowers en el Daily Mirror

El juez Peter Bowers en el Daily Mirror

En el Reino Unido, el país en el que los magistrados completan su look con una ridícula peluca desde el siglo XVII (corregidme si me equivoco, que aún estoy en fase de aprendizaje), el juez Peter Bowers se ha hecho célebre por sus irreverentes sentencias. Meses atrás dejó en la calle a un hombre que había violado su libertad condicional pocos días después de serle concedida y que contaba con más de 80 delitos en su hoja de servicios.

Su último hit tiene un guiño social que a mí, personalmente, me ha conquistado. Bowers era el encargado de juzgar a Richard Rochford, acusado de robo. Rochford había desvalijado tres casas y la fiscalía pedía dos años y medio de prisión para expiar su delito. Parecía cantado que el ladrón daría con sus huesos en la cárcel. Pero nada está garantizado con el juez Bowers de por medio. Con el sorprendente argumento de que «hace falta una gran coraje para entrar a robar en la casa de alguien», el juez Bowers empezó la explicación de la sentencia, que condenaba al delincuente a 200 horas de trabajo para la comunidad y la obligación de someterse a un tratamiento para curarse de su adicción a las drogas. Así que el ladrón no irá a la cárcel, al menos por ahora.

Mientras en la sala se armaba un ligero revuelo, Bowers continuaba ‘piropeando’ a Rochman. «Yo no habría tenido el valor. Usted, sin embargo, FUE CAPAZ DE HACERLO», expuso a la vez que entendía que el acto delictivo se había producido porque el ladrón estaba «impulsado por la desesperación y las drogas». Además, el juez Bowers instó a cambios en el sistema de penas por según qué tipo de delitos: «Pienso que la prisión pocas veces le hace bien a alguien. Si lo hubiera mandado a la cárcel, solo serviría para que nos sintiéramos un poco mejor con un ladrón menos en las calles», aseguró.

La sentencia dictada por Bowers, o más bien sus declaraciones, han soliviantado a parte de la sociedad británica. Hasta el Primer Ministro, David Cameron, opinó sobre el asunto. «El robo es un crimen despreciable y odioso», exclamó mientras confirmaba que la Oficina de Quejas Judiciales intervendría en el caso.

¿Alguno de vosotros sabe cómo se dice en inglés «pijo ácrata»?

Detenido un hombre mientras intentaba tragarse billetes falsos

Hay gente muy rara por ahí suelta. El otro día, un tipo casi no lo cuenta después de intentar dar una sorpresa a su novia: se envió a él mismo en una caja abrazando un peluche y la entrega, prevista para media hora más tarde, se dilató tres horas. Nadie sabía que estaba ahí dentro.

Luego está otro muchacho que fue rescatado por 20 bomberos después de quedarse atrapado en un lago… desnudo. El tercer puesto es para el niñato que fingió su muerte antes de pedir matrimonio a su novia, para que se imaginara cómo sería la vida sin él. Y en cuarto y definitivo lugar, empatados a puntos, tenemos a dos engullidores: un señor que se tragó un diamante valorado en casi 11.000 euros y nuestro protagonista de hoy… el hombre que se intentó comerse un puñado de billetes falsos en un parque de atracciones estadounidense.

El tragabilletes se llama Larry Jones, y fue detenido en el famoso (famoso por decir algo) Darien Lake Theme Park and Resort cuando intentaba tragarse varios billetes falsos de 50 dólares (unos 40 euros cada uno) después de usar dinero falsificado para pagar unas patatas fritas en el centro de ocio.

Resulta que el empleado que recibió el billete falso se dio cuenta de que se la estaba intentando colar y avisó a los agentes de seguridad, que fueron en su busca para pedirle explicaciones y, cuando quisieron darse cuenta, lo tenían delante comiéndose los billetes para ocultar las pruebas.

Como supondréis, no tuvo éxito. Los cinco billetes que intentaba masticar quedaron lo suficientemente claros como para descubrir que había monedas de chocolate más realistas y nuestro amigo Larry fue detenido. En cualquier caso, comerse esos cinco billetes no habría valido de mucho, teniendo en cuenta que tenía casi 900 euros en billetes del mismo valor que el dinero del Monopoly.

Sé que, comparado con el tipo que se autoenvió y con el que fingió su muerte este hombre es un alma cándida, pero como ya sabéis que yo tengo cierto cariño hacia los ladrones torpes y los estafadores fracasados, me veía obligado a ampliar esta noticia que quizás marque un antes y un después en nuestras vidas.

PD: Desde este jueves tenemos posts un poco especiales.

Lo más raro que ha pasado durante la semana (11-17 junio)

Tras mi viernes de asueto desperté el sábado y comprobé que todo seguía igual. La escasez de frikismo que se había reproducido de lunes a viernes se repetía el fin de semana. De ahí que probablemente no os extrañe que os diga que ha sido una semana floja, tanto que solo nos da para cuatro chascarrillos que en un momento dado habríamos pasado por alto, pero ahora no. Porque lo mismo en el bar, en la oficina o en el salón de casa estáis flojos de chorradas que comentar y no quiero que me culpéis, que bastante culpable me siento ya. Ahí voy…

1. En la misma casa: madre, hijo, novio de mamá y amante del novio

Sé que muchos estáis enganchados a Modern Family y pensáis que ya lo habéis visto todo en lo que a estructuras familiares se refiere. Sé que creéis que todas las opciones de familias raras están contempladas en el cine y la literatura, pero eso es porque no conocéis a esta familia alemana que ha reunido bajo un mismo techo a una mujer con su novio, el hijo de la señora (de un matrimonio anterior) y al amante del novio de la mujer.

Resulta que, después de 17 años juntos, Ewald (60 años) le dijo a Erika (53 años) que a él en realidad le gustaban los hombres. Salía de una larga depresión saliendo del armario y cuenta Erika que en cierto modo se sintió aliviada. Llegado ese momento había dos opciones: separarse, o acoger al nuevo miembro de la familia y novio de Ewald, Gotthard (60 años). Optaron por lo segundo y ahora viven felices con Elmar (20 años), hijo del primer matrimonio de Erika. Y todos tan felices, según posan en el diario Bild.

2. Tres accidentes en menos de 15 metros

Muchas veces, cuando te cuesta aparcar, piensas: «Maldita sea, ojalá hubiese usado el transporte público». Bueno, pues una vuelta de tuerca es cuando te cuesta aparcar, decides dejar el coche en un parking y en poco menos de 15 metros lo haces mistos después de estrellarlo de tres formas distintas. Algo así le pasó a la persona que protagoniza el vídeo siguiente, que primero destroza el coche contra la pared, no contenta con eso acelera y lo empotra contra el muro y para rematarlo observa impotente cómo el vehículo se va hacia atrás y la puerta se come la pared (Todo a partir de 0:30 segundos).

El vídeo es de 2011, pero fue colgado en YouTube hace unos días y es ahora cuando está cogiendo viralidad.

3. Tuvieron que casarse dos veces en el mismo día

Todos tenemos en la cabeza cómo es la estructura de una boda, ¿verdad? Hemos visto mil veces en televisión cómo él llega a la iglesia, luego llega ella, habla un poco el maestro de ceremonias, él dice «sí, quiero», ella dice «sí, quiero» y el jefe los declara marido y mujer.

Pues bien, en la boda de Kelly Sweetman y Nathan Rees, no fue así. Estos galeses se casaban en una playa de Chipre y el maestro de ceremonias olvidó pedirle a ella que dijera «sí, quiero», según recoge la prensa británica. Lo dio por sobreentendido y cuando Nathan aceptó, él los declaró marido y mujer. Craso error, claro, porque la boda quedaba invalidada ante la atónita mirada de los presentes, que se vieron obligados a asistir a un nuevo enlace, celebrado una hora después, en la que esta vez sí escucharon el «sí, yo también quiero», de boca de la novia.

4. ¿Quién quiere un perro teniendo un pato?

Hay algunos animales que son mascotas incomprendidas. Yo, por ejemplo, quise siempre tener un cerdo. Mi padre nunca accedió a ello porque dice que los cochinos hocican mucho y pueden destrozar el rodapié de la casa. Aún así, la del cerdo es una espinita que tengo clavada, por más que @lachicadebec me dice siempre que conmigo en casa ya hay guarros suficientes.

En fin, que os cuento eso para que sepáis que me solidarizo totalmente con quien tiene a Charley el pato como mascota y se lo lleva a corretear por ahí. Es una muestra de que con los perros y gatos nos estamos cerrando mucho en el mundo animal. Y sí, el vídeo viene a completar la cuota de imágenes de animales que os traigo en cada recopilatorio.

PD: Esperemos que esta semana sea mejor, porque como sea más floja no sé qué voy a hacer.