Archivo de junio, 2013

Arrestan a una soldado israelí por agrandarse los pechos

aumentopechoEl sargento Hartman de ‘La chaqueta metálica’ me enseñó hace años que cuando uno decide hacer carrera militar su vida ya no le pertenece, sino que es propiedad del ejército. Supongo que ese mensaje no caló del todo en la soldado israelí que ha levantado cierta polvareda en el país hebreo en las últimas semanas. La joven, cuya identidad no ha sido revelada, decidió operarse los pechos sin el consentimiento de sus superiores y ha sido condenada a 21 días de arresto en el cuartel donde presta servicio.

La chica realiza el servicio militar obligatorio, que en Israel es de 21 meses para las mujeres. Meses atrás había solicitado el permiso de su comandante para someterse a una cirugía estética y agrandarse los pechos. Sin embargo, no recibió la autorización, porque se consideró que no era una intervención necesaria y que perjudicaría a su desempeño, ya que exigía un período de recuperación de varias semanas, en las que no podría trabajar para el ejército.

A pesar de la negativa, ni corta ni perezosa, la soldado aprovechó las vacaciones por el Pesaj (los judíos conmemoran el éxodo de Egipto) para operarse, sin conocimiento de sus superiores. A su regreso a la base militar, un oficial advirtió el evidente cambio físico y denunció el caso a la junta militar. La recién operada fue acusada de «incumplir órdenes de comandantes y haber causado daño a la propiedad militar» (¿recordáis lo del sargento Hartman?). Fue hallada culpable de ambos cargos y obligada a cumplir 21 días de arresto.

Reconozco que la severa disciplina militar es una de las cosas que no he comprendido bien. No concibo ciertos grados de obediencia que casi me parecen sumisión, pero también he de decir que lo que ha hecho esta muchacha me parece muy absurdo. ¿Por qué no aguantar unos meses más para operarse después de salir del ejército? ¿Por qué arriesgarse a sufrir la ira de tus superiores haciendo algo para lo que no te dieron su autorización? Aun así, la duda que más me corroe por dentro es ¿cómo ha quedado la joven, se parece ahora a Bar Refaeli? ¡Ojalá sí!

PS. Os dejo un tremendo regalo: los mejores momentos del sargento Hartman.

Un joven va desnudo a pedir matrimonio a su novia… ¡pero se equivoca de casa!

Las peticiones de matrimonio curiosas y arriesgadas están causando furor. Ya hemos visto intentos en los descansos de partidos de la NBA, en directo en la televisión, en flash mobs y hasta en pleno vuelo. Sin embargo, ninguna tan original y, a la vez, tan absurda como la protagonizada por Thomas Edwards.

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El muchacho, que tiene 22 años (¿por qué quieres casarte ya, alma de cántaro?), tuvo la inopinada ocurrencia de presentarse completamente desnudo y a las 3:45 horas de la madrugada en la puerta de la casa de su novia con la intención de pedir su mano. Hasta aquí, dos cosas absurdas: la hora de la ocurrencia y acudir al lugar de los hechos en pelota picada. Sin embargo, la historia hace un looping más divertido aún. Resulta que Thomas fue a pedir matrimonio ¡¡¡a la casa equivocada!!! No estaba su novia al otro lado de la puerta, sino una pareja que no dudó en llamar a la policía para solventar aquella embarazosa situación.

En la llamada al 911, la persona que ‘denunció’ el suceso aseguraba que el muchacho no lleva camiseta y que el pantalón que vestía era de color marrón. Que digo yo que muy bien de la vista tampoco estaba, ¿no? ¡Cómo que pantalón marrón, si está con sus atributos al aire!

Cuando los agentes de la policía llegaron a la escena del suceso se encontraron a un joven fuera de sí y sin ropa. Le pidieron que se vistiera, pero no les hizo el menor caso. De hecho, estaba tan desquiciado que aseguró que «sólo quería ir a la cárcel y nos preguntó si dándonos un cabezazo lo lograría», según la versión policial.

No hubo cabezazo, pero Thomas consiguió su propósito de ir a la cárcel. El muchacho escupió a uno de los agentes, que se defendió con un taser. Le dio una descarga eléctrica, lo esposó y se lo llevó a comisaría, donde fue retenido, acusado de desorden público, desacato a la autoridad y robo (probablemente habría robado unas cuantas botellas de ginebra, porque seguro que iba cocidísimo). El muchacho ya ha sido puesto en libertad, con una orden de alejamiento de la casa en la que se hizo célebre.

¡Ah!, sobre la propuesta de matrimonio no se sabe nada. Es muy probable que todo acabe en rechazo, pero ¡anda que no sería bonito que la novia valorase el gesto de Thomas y accediera a casarse con él!

El nuevo rey del crimen: comete siete delitos violentos ¡¡¡en tan solo 74 minutos!!!

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La ciudad de Oakland (California) todavía no se ha recuperado tras la ola de violencia perpetrada por Jamar Cleveland. Este ‘Usain Bolt del crimen’ sembró el pánico por las calles de esta población en el espacio de tiempo que va entre las 22.43 y las 23.57 horas del pasado miércoles. Hasta aquí, la crónica de sucesos podría entrar dentro de la lógica. Lo increíble es que en esa hora y cuarto fuera capaz de cometer siete actos violentos sin apenas pestañear.

Sus tropelías comenzaron cuando presuntamente disparó a una mujer en plena calle. Posteriormente robó un coche encañonando a su conductora para huir rápidamente de la escena del crimen. Dentro del mismo, debió haber un forcejeo que acabó con la desafortunada mujer herida por arma de fuego, según han comentado fuentes cercanas a la investigación.

No contento con haber sembrado el pánico por medio vecindario, abandonó el vehículo y aparentemente cegado por un impulso irrefrenable de seguir haciendo el mal, sustrajo otro automóvil para continuar con su alocada huida. Su alegría duró poco, y casi como si se tratara de una película de humor negro, el coche dijo basta dejándolo tirado en un callejón.

Aunque la noticia no es para hacer bromas, al señor Cleveland parece que le miró un tuerto, lo digo por la mala suerte a la hora de elegir los automóviles que robaba. Por último, y para finalizar su carrera hacia el exceso, el delincuente amenazó a otro conductor, y esta vez sí, huyó sin que hasta ahora la policía haya podido capturarlo.

El parte de daños es desolador: dos mujeres hospitalizadas, una de ellas en estado grave, dos presuntos intentos de secuestro, y como remate, tres robos de automóviles con violencia. Si este ‘angelito’ se hubiera cruzado en el camino de Frank Lucas seguro que hubiera sido lugarteniente de esta capo del crimen del Harlem de los setenta.

Un muy doloroso salto a la fama

Alerta para las personas sensible al dolor ajeno: este vídeo es doloroso. Las imágenes no son desgarradoras, pero sí pueden alterar un poco a los muy empáticos.

Hecho el aviso, ya puedo deciros que Nicole Easton ha entrado directamente en una posición de privilegio en mi ranking de personas idiotas con pocas luces. Y no es que yo le tenga especial manía, en absoluto. Creo que, en este caso, las imágenes no dejan lugar a la duda: Nicole no es muy lista.

La secuencia es propia de una película de adolescentes estadounidenses. La clásica fiesta que se celebra en una casa con piscina, el típico joven musculado que hace alarde de ello y las chicas monas con algún nivel de tara intelectual. El tío, para fardar, se sube al tejado de la casa y salta para caer en la piscina. Así, sin demasiado esfuerzo. En el mismo tejado y con la misma intención hay dos muchachas que requieren la atención de la cámara. Una de ellas, la morena con bikini negro, se comporta con cierta naturalidad. La otra, rubia y con traje de baño rosado, chilla y se contonea nerviosa. Es Nicole (Nicky, en voz del cámara que graba la escena).

Superado el ritual previo, Nicky y su amiga se lanzan desde el tejado. La amiga toma impulso y cae en el agua. Nicky, no. Nicky no es capaz de impulsarse. Nicky no cae en la piscina. Nicky se desploma sobre el suelo y se parte las dos piernas. Oh, Nicky, ¿por qué lo hiciste? ¿Por qué hacerte daño a ti misma de forma tan absurda?

Pero aquí no acaba la historia, ¡qué va! Ya sabemos que el sistema sanitario estadounidense no es el mejor del mundo y si no tienes un seguro privado, te jod… fastidias. Bueno, pues Nicole no tenía seguro, así que tendrá que costear de su propio bolsillo los 4.200 dólares que, según estimaciones de su mamá, le va a costar su inopinado salto. Para echarle una mano, la señora ha subido el vídeo a la red con el fin de recaudar donaciones y, de momento ya ha conseguido unos 1.700 $. Esta iniciativa está siendo muy comentada en las redes y ha recibido severas críticas, ya que la gente cree que está vendiendo su dolor para ganar dinero. ¿De verdad? ¡No me había percatado de ello!

Para evitar este tipo de especulaciones, planteo una solución a alguna marca con ganas de promocionarse. ¿Por qué no crear un premio para la persona más estúpida del mes y darle una dotación económica? Ahí dejo la idea, Mientras, que los empáticos no sufran demasiado.

¿Puedes ver este vídeo sin bostezar?

Foto: Roman Atwood

Foto: Roman Atwood

No sé si simplemente es un gesto común en algunos animales o algo inherente a la naturaleza humana, lo que está claro es que el bostezo es muy contagioso. Seguro que os ha pasado que cuando alguien bosteza cerca de vosotros, automáticamente habéis tenido una necesidad irrefrenable de  abrir la boca. Científicamente creo que se conoce como el efecto de las neuronas espejo, y no hay forma de pararlo, por más que uno lo intente. Sólo hay que observar a alguno de nuestros políticos en una tediosa sesión del Congreso o el Senado.

Pues un avispado grupo de amigos, liderado por Roman Atwood, ha hecho una divertida prueba de campo y ha recorrido medio mundo abriendo descaradamente la boca ante todo tipo de personas como si no hubieran dormido durante una semana. Y las reacciones no dejan lugar a dudas, siempre hay alguno que cae. Da igual el país, la hora del día, si son adultos o niños… La casmodia aparece inmediatamente como por arte de magia.

Ahora os invito a qué visionéis el vídeo de su experiencia y comprobéis si sois capaces de aguantar sus casi tres minutos de duración sin bostezar. Casi tres millones de internautas han aceptado el reto. ¿Conseguiréis superar esta dura prueba de resistencia?

Un perro trata de evitar la boda de su dueña

La fidelidad de los perros está más que demostrada. Quieren a sus dueños con locura y son capaces de hacer cualquier cosa por ellos. Por eso, cuando este simpático perrete vio a su dueña vestida de novia, armó la de San Quintín. El can, que de tonto no tiene un pelo, sabe perfectamente aquello de «te casaste, la cagaste» (perdón por el lenguaje) y quería evitar que la muchacha cometiera el error de su vida. Sí, amiga, porque hoy estás súper enamorada de tu ya marido, pero ya veremos lo que pasa mañana…

Reconozco que soy muy pesimista con el tema del matrimonio, pero es que las estadísticas me dan la razón, por mucho que la crisis haya rebajado levemente la disparada curva de perspectiva de divorcio. Ahora, por cada tres matrimonios, hay dos divorcios, lo que significa que el 67% de los nuevos casados están condenados a separarse.

Así las cosas, espero que la muchacha del vídeo, tan radiante, tan blanca, tan momentáneamente feliz el día que se grabaron estas imágenes, tenga mejor suerte de la que los datos le auguran. Y que su perro esté equivocado.

PS. Algunos dirán que la reacción del perro es de alegría por ver a su dueña así de feliz, pero muchos sabemos que la verdad no es esa.