El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Los aditivos alimentarios también suman

AditivosCon demasiada frecuencia los aditivos alimentarios, todos en general y muchos en particular, son irracionalmente vilipendiados siendo habitual el atribuirles una serie de efectos negativos absolutamente descontextualizados (alergias, cáncer, trastornos neurológicos del comportamiento y una infinidad más de problemas de salud). Es corriente que todas estas afirmaciones en las que se hace descansar consecuencias negativas en el consumo de determinados aditivos estén basadas en rumores, uso selectivo de la información (cherry picking), estudios de una escasa calidad, sin controlar, poco objetivos, malinterpretados, etc. elementos que además encuentran en Internet un magnífico escaparate y trampolín.

Es quizá una consecuencia del actual e irracional ambiente quimiofóbico que nos ha tocado vivir.

¿Qué se considera un aditivo alimentario?

Según el artículo 4 del Reglamento (CE) 1333/2008 sobre aditivos alimentarios, un aditivo alimentario es:

“toda sustancia que normalmente no se consuma como alimento en sí misma ni se use como ingrediente característico de los alimentos, tenga o no valor nutritivo, y cuya adición intencionada – con un propósito tecnológico – a un alimento durante su fabricación, transformación, preparación, tratamiento, envasado, transporte o almacenamiento tenga por efecto, o quepa razonablemente prever que tenga por efecto, que el propio aditivo o sus subproductos se conviertan directa o indirectamente en un componente del alimento”.

¿Qué fines persigue la utilización de los aditivos alimentarios?

El artículo 6 del mencionado Reglamento afirma que podrán emplearse siempre que se persigan los siguientes fines:

a) preservar la calidad nutricional del alimento;

b) suministrar los ingredientes o constituyentes necesarios para alimentos destinados a grupos de consumidores con necesidades dietéticas especiales;

c) mejorar la estabilidad o la calidad de conservación de un alimento o mejorar sus propiedades organolépticas, a condición de que no se altere la naturaleza, sustancia o calidad del alimento de tal manera que se induzca a error al consumidor;

d) ayudar en la fabricación, la transformación, la preparación, el tratamiento, el envasado, el transporte o el almacenamiento del alimento, […] a condición de que el aditivo alimentario no se utilice para disimular los efectos del uso de materias primas defectuosas o de cualesquiera prácticas o técnicas indeseables […]

A mí, como consumidor (sí, los dietistas-nutricionistas también comemos) me interesa destacar especialmente el punto c) es decir, el que me garantiza en cierto modo la calidad respecto a la conservación del producto alimentario en cuestión con aditivos que, de otra forma, sin aditivos, sería menor.

Tal y como le oí o le leí en una ocasión a José Manuel López Nicolás (Scientia),  imaginemos que estamos con el bañador puesto un día soleado de agosto ante dos sugerentes piscinas públicas que nos llaman a gritos para que nos demos un chapuzón. Una de ellas es “normal”, al uso; y la otra muestra un cartel que pone: “El agua de esta piscina es ‘natural’ y no la tratamos con productos químicos”. Ambas están bastante concurridas… ¿en cuál de ellas elegirías tú darte ése chapuzón? Yo lo tendría claro, en la primera. Y con los alimentos igual.

Ahora bien, no tergiversemos esta información. A título particular trato de evitar aquellos productos alimenticios que “necesitan” incorporar aditivos con el fin de garantizar su conservación. ¿Quieres un ejemplo? Si hacemos hamburguesas en mi casa (recurrente el ejemplo donde los haya), elegimos la materia prima con la que confeccionarlas en vez de recurrir a preparados comerciales que las ofrecen ya envasadas a nuestra disposición. Pero si tuviera que decidirme por cualquiera de este tipo de productos, una sin conservantes y la otra con (cosa difícil de imaginar en la actual legislación) y llevasen a la venta más de 24 horas, ten por seguro que elegiría aquella con sus conservantes íntegros (y dentro de las cantidades adecuadas, claro). Es más, creo que elegiría esta opción llevasen el tiempo que llevasen a la venta.

¿Son seguros los aditivos?

Bien usados, sí, como todo. Todos los aditivos permitidos, aquellos que llevan la letra “E”, son seguros ya que todos ellos han sido sometidos a rigurosas pruebas de seguridad y por tanto están autorizados en la UE. Esta autorización además no es vitalicia y se vigila y revisa a la luz de nuevos datos científicos; y en su caso se modifica. Para que un aditivo alimentario esté autorizado ha de mostrar que es tanto inocuo según la IDA (Ingesta Diaria Admisible) como útil. Puedes consultar toda la información disponible de cualquier aditivo en este enlace.

 ¿Qué es la IDA o Ingesta Diaria Admisible?

Etiquetado

Es una estimación de la cantidad de un aditivo alimentario autorizado que puede consumirse diariamente, todos los días de la vida, sin ocasionar problemas de salud. La IDA se expresa en miligramos de producto por kilo de peso corporal y día y está estimada a partir de pruebas realizadas con animales de laboratorio y calculada tras dividir por 100 la IDA teórica obtenida inicialmente con el fin de cubrir las diferencias entre especies y para ofrecer un margen de seguridad a colectivos de la población que se supone a priori que podrían ser especialmente sensibles, más típicamente los niños y las personas de edad avanzada. La IDA es un principio para la evaluación toxicológica internacionalmente aceptado por los organismos reguladores.

El concepto de IDA fue establecido en 1961 por la Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives (JECFA) o Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios con el fin de regular la seguridad de todos los aditivos alimentarios.

Las diversas autoridades científicas y sanitarias de todo el mundo, entre ellas nuestra EFSA, utilizan el mismo método para calcular las IDA’s y lo hacen de manera independiente con lo que se garantiza una cierta coherencia

¿Qué pasa si alguien excede la IDA, como pueden saber las autoridades la cantidad de aditivo que va a tomar una determinada persona?

Como decía, las IDA’s están estipuladas tras haber calculado un amplio margen de seguridad. Las IDA’s no se refieren a las dosis máximas admisibles que una vez presumiblemente alcanzadas puedan ocasionar efectos perjudiciales. Es decir, hay un margen bastante dilatado entre las IDA’s y la teórica dosis máxima tolerable. Por esta razón y pese a que las autoridades sanitarias no han considerado en estos cálculos consumos descontextualizados ni aberrantes (recuerda que también puedes morir consumiendo demasiada agua) una persona puede superar ocasionalmente las IDA’s sin que esto suponga un perjuicio para su salud.

¿Por qué se ha de confiar en la seguridad de estos aditivos?

Por salud mental. Por la misma razón que, por ejemplo, un servidor está seguro y confía en las revisiones que se realizan en mi coche y su sistema de frenado llevadas a cabo en un taller especializado. Así, tras pasar por el taller, a mí no se me ocurre (ya que no tengo ni idea) cuestionar, más allá de lo razonable, el trabajo de los especialistas en el tema. Es decir, no me pongo a toquetear en el circuito de líquido de frenos, su presión, la calidad del líquido etc. Confío en los profesionales en cuestión a la vez que no tomo en consideración los posibles consejos de supuestos expertos que podrían, llegado el caso, a aconsejar el cambiar dicho líquido de frenos por aceite de pepita de uva que es mucho más “natural”. Y lo hago en este caso por que confío en los expertos del taller. Y así lo hago también en el caso de cuestiones relativas a la seguridad alimentaria. Es aconsejable mantener un sano escepticismo, sí, pero hasta cierto punto. Desde luego sin caer en las frecuentes teorías conspiranoicas o catastrofistas con escaso respaldo.

Por último, mi consejo es que presumas de consumir alimentos genuinos siempre que sea racionalmente aceptable sin colorantes, conservantes, antioxidantes, aromas, espesantes, antiagregantes, etc. pero no porque sean nocivos (ya te lo he explicado) sino porque a lo mejor olvidas a qué saben de verdad los originales. Y sobre ese sabor, no hay color.

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Foto 1: Tom Raftery

Foto 2: jazzijava

27 comentarios

  1. Dice ser me rio de janerio

    Me sorprende negativamente su artículo de opinión y no estoy de acuerdo con usted en tres puntos;
    a) La supuesta seguridad de los aditivos, según tengo entendido la «seguridad» de un aditivo, o de un medicamento, se estima a partir de una probabilidad de riesgo. es decir, en una serie de experimento se determina que probabilidad de riesgo tiene la población que lo consume, y si esta por debajo de una cierta probabilidad se determina que es seguro. Y esto que quiere decir, pues que la mayoría de las veces que consumas este aditivo será seguro, sin embargo existe la probabilidad de que otras veces, las menos, no sea seguro. Entonces, si todos los días consumes ese aditivo solo te queda preguntarte,¿cuando te tocará la lotería?
    b) LA IDA, es una medida de ponderación de riesgo sesgada y malintencionada, que favorece a la industria que los utiliza no a los consumidores. Y por que digo esto, pues porque la IDA no estima los riesgos de mezclar esos aditivos. Si señores, la IDA estima los efectos de los aditivos por separados pero no tiene en cuenta los riesgos sinérgicos de su consumo en conjunto. Por ejemplo, usted puede utilizar lejía o aguafuerte para limpiar su casa con unos ciertos riesgos pero ¿qué ocurre si mezcla ambos productos?Pues que la reacción química que se produce podría matarte al inhalar los productos volátiles. Pues nadie estudia las sinergia de los aditivos, así que el IDA es como poco insuficiente.
    c) ¿ Confían ustedes en los gobernantes que tienen? ¿ confían en que miran por el bien de los ciudadanos y no por llenarse los bolsillos? Yo no, pienso que somos el último mono y por tanto prefiero curarme en salud que preguntarme el porque de posibles enfermedades.

    06 febrero 2013 | 09:22

  2. Dice ser AreaEstudiantis

    Muy instructivo e interesante el artículo.

    http://areaestudiantis.com/

    06 febrero 2013 | 09:32

  3. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Hay muchos ingredientes , sobretodo en las bebidas refrescantes que son muy sospechosas de producir efectos no deseados en el organismo, y todos sabemos cuales son , pues en los EEUU son retiradas de los colegios infantiles porque los niños engordan y enferman . Yo prefiero beber agua que tiene fama de ser la más sana de las bebidas, aunque en estos tiempos no me fio del todo.

    http://www.antoniolarrosa.com http://www.narrador.es

    06 febrero 2013 | 09:39

  4. el-nutricionista-de-la-general

    Gracias «me rio de janerio» por tu comentario.

    Dejando de lado los temas de higiene doméstica y de política, ¿tienes pruebas de todos los rumores que aireas? Estaría bien conocerlas.

    Saludos.

    06 febrero 2013 | 09:42

  5. Dice ser apolo_punk

    ¿se añaden nitratos y nitrotos a los alimentos? ¿Son positivos para los humanos? Pues las respuestas son SÍ y NO, respectivamente

    06 febrero 2013 | 10:20

  6. Dice ser XL

    Efectivamente,
    «…todos ellos han sido sometidos a rigurosas pruebas de seguridad y por tanto están autorizados en la UE. Esta autorización además no es vitalicia y se vigila y revisa a la luz de nuevos datos científicos; y en su caso se modifica…»
    esta lista se va modificando y a veces se retiran aditivos porque nuevas pruebas científicas demuestran que pueden ser problemáticos, pero hasta entonces los has estado consumiendo. Además, los estudios de seguridad se hacen siempre con una sustancia individualmente, pero no se sabe qué efectos tiene sobre el organismo la combinación de varias.
    Yo prefiero evitarlos.

    06 febrero 2013 | 10:23

  7. Dice ser evitaaaa

    La afirmación «debemos confiar en la seguridad de los aditivos por salud mental» creo que es como decir que debemos creer en Diós por salud mental…evidentemente, vivimos en un mundo consumista dónde lo que importa es vender mucho y maximizar la productividad. Es fundamental cuestionarse lo que nos metemos en el cuerpo, y yo le invitaría a usted, el nutricionista de la general, y a todos aquellos preocupados por su salud a dar un vistazo a la web http://www.e-aditivos.com, que de buen seguro escandalizarán a más de uno. Mi salud mental es superior cuando tengo conocimiento, no cuando simplemente confío en que no me la meten doblada.

    06 febrero 2013 | 10:30

  8. Dice ser DIETOGYM

    «El confío en…» constante del nutricionista me suena a actos de fe «plutócratas» . Yo me fío de mi madre porque no me daba potitos y sí cremas de verduras con pollo o rape, si no tampoco de ella. Tal y como está éste puto país dar crédito a los organismos oficiales tiene guasa. Cansado de nutricionistas corporativistas. Firmado: Un nutricionista conspirador, y a mucha honra. P.D: Es más triste pedir pero sólo robamos conocimiento y no sesgamos la información, a ver si se contagia!

    06 febrero 2013 | 10:58

  9. Dice ser jgat

    «evitaa» dijo «Es fundamental cuestionarse lo que nos metemos en el cuerpo, y yo le invitaría a usted, el nutricionista de la general, y a todos aquellos preocupados por su salud a dar un vistazo a la web http://www.e-aditivos.com, que de buen seguro escandalizarán a más de uno.»

    O sea que confiar en instituciones cientificas donde se puede acceder a los estudios y comprobar su calidad, según tú es un acto de fe, como creer en dios; pero entrar en cualquier web de internet, donde avisan de cualquier cosa sin avalar nada, o como mucho algun estudio de baja calidad no es un acto de fe. Me hace gracia que siempre sea la misma historia, cuando se presentan datos y estudios, se ponen en duda, pero con el primer charlatan que pasa, todo es una conspiración. Si esto no es fe, que venga dios y lo vea :)))

    06 febrero 2013 | 11:38

  10. Dice ser Sparks

    Pregunta corta y concisa.

    ¿Qué opinas del aspartamo?

    Podrías hacer un artículo sobre él.

    06 febrero 2013 | 12:24

  11. Madre mia…

    Cómo vas a confiar en empresas que sólo les importa ganar más y más dinero??? No hay ni por donde pillar este artículo…madre mia.

    06 febrero 2013 | 12:35

  12. Dice ser digo yo

    ufff nutricionista… me metes en un brete. Lo que dices es de lo más razonable. Viendo peligros por todos lados tampoco es plan, ni hacer caso de toda leyenda urbana apocalíptica que corre por ahí. Pero confiar…me cuesta. Porque sé que detrás de cualquier industria alimentaria, organismo o lo que sea, hay seres humanos. Y los seres humanos son muchas veces egoístas, codiciosos…así que claro lo dejo.
    Personalmente evito la industria en lo razonablemente posible. Esto es: me hago mi pan, bollería , hamburguesas…hasta donde es razonable. Ni tengo una vaca en la azotea ni si un día no tengo tiempo y compro pan, pues no me siento culpable.
    Porque el consumidor de hoy en día tiene más información y opciones que nunca, pero también más dudas y voces que nunca, que no siempre ayudan.

    06 febrero 2013 | 13:37

  13. Dice ser asdf2

    Creo que también leí en un comentario en el blog de Scentia algo así: si un día todos los productos se anunciaran como «sin conservantes», la publicidad al mes siguiente sería «con conservantes».

    Creo que no somos conscientes que la cantidad de vidas que han salvado los conservantes a lo largo de la historia y de la cantidad de enfermedades que nos han evitado. Las conspiranoias se venden muy bien.

    06 febrero 2013 | 14:04

  14. el-nutricionista-de-la-general

    Hola «digo yo»

    Tienes toda la razón, además coincido con tus temores y filosofía «de vida». Solo una puntualización. Está claro que detrás de cualquier producto, bien o servicio a la venta hay seres humanos con sus intereses, errores y demás, pero lo que hoy he traído a colación es que hay unos organismos que de forma general y sin ser parte de la industria (hasta que no se demuestre lo contrario) trata de poner coto a «errores» y desmanes que cometa la industria en cuestión. Esa labor, no escapa a nadie, es un servicio tras el cual también son posibles los errores, desmanes, etc. pero no deja de ser una salvaguarda añadida… ¿suficiente? Esperamos y confiamos que sí, pero los accidentes y los errores no intencionados (o intencionados) también son posibles (como en el sistema de frenos de mi coche, aunque espero y confío en que no)

    «asdf2» gracias por tu cometario, bien traído.

    Saludos cordiales.

    06 febrero 2013 | 14:18

  15. Dice ser Luis

    Sí, sí, toda la vida con unas migrañas terribles hasta que descubrí que me las causaba el Glutamato Monosódico, a veces etiquetado como E620-E625. Retiré los alimentos que lo contiene de mi casa y fin del problema. ¿Cuanta gente habrá medicándose por ese problema cuando la relaidad es que están sufriendo intoxicación por Glutamato?

    06 febrero 2013 | 15:04

  16. Dice ser digo yo

    tienes razón, nutricionista. Quizás lo más dificil es saber cuándo confiar. Me trae todo esto a la memoria dos casos de gente que enfermó gravemente y hasta algunos murieron debido a que comieron carne de jabalí sin tratar, o sea natural a más no poder, en un caso, y berros salvajes contaminados en el otro. ¡ es muy difícil acertar!
    Felicidades por el blog, me gusta mucho

    06 febrero 2013 | 15:07

  17. Dice ser Smit609

    Modo irónico on
    ¡Qué bien se vivía en la época de las cavernas, comiendo todo sin aditivos ni conservantes! y muriendo a los 30 años!
    Modo irónico off.
    … y muriendo a los 30 años!

    06 febrero 2013 | 15:12

  18. Dice ser Tania

    » imaginemos que estamos con el bañador puesto un día soleado de agosto ante dos sugerentes piscinas públicas que nos llaman a gritos para que nos demos un chapuzón. Una de ellas es “normal”, al uso; y la otra muestra un cartel que pone: “El agua de esta piscina es ‘natural’ y no la tratamos con productos químicos”. Ambas están bastante concurridas… ¿en cuál de ellas elegirías tú darte ése chapuzón? Yo lo tendría claro, en la primera. Y con los alimentos igual.»

    Piscina artificial llama a productos artificiales, es un mal ejemplo creo yo. Luego vienen los problemas del cloro, conjuntivitis, etc…

    Optaría por la versión más natural, darme un chapuzón en el mar o rio Al igual que con los alimentos.

    Un saludo.

    06 febrero 2013 | 16:11

  19. Dice ser Tania

    @smit609: … y muriendo a los 30 años!

    Si, seguro que morían a los 30 (mentira http://estonoescomida.com/los-hombres-del-paleolitico-vivian-muy-poco-seguro/) porque no ponían conservantes en la comida…

    06 febrero 2013 | 16:15

  20. Dice ser asdf2

    Tania, ten cuidado con el agua, siempre es mejor una pequeña conjuntivitis que el cólera http://www.lenntech.es/biblioteca/enfermedades/enfermedades-transmitidas-por-el-agua.htm. Un poco de cloro para evitar unas cuantas infecciones no estaría de más.

    Es cierto que el aumento de la esperanza de vida no se debe exclusivamente a la mejora en la alimentación, pero sí que tiene un importante impacto. También contribuyen la medicina, tecnología, etc. Pero no se puede negar que las mejoras en la conservación de los alimentos han contribuido a ello.

    También he leído por ahí la hipótesis de que la invención de la agricultura hizo que la variedad de alimentos se redujera y empeorara, ya que hubo que hacerse sedentario y los recursos había que dedicarlos a los cultivos (creo que eran estos los argumentos, pero puedo equivocarme). No sé hasta qué punto está aceptada esa idea en la comunidad científica, así que no puedo opinar mucho sobre si es cierto o no. En cualquier caso es una situación incomparable con la actualidad, ya que no ha habido nunca una época en la que más gente ha tenido a su disposición una variedad tan grande de alimentos seguros.

    Los conservantes no se usan por capricho ni por fastidiar a la gente, sino para conservar los alimentos sin que se estropeen y evitarnos enfermedades.

    Sobre esa idea idealizada de que antes siempre se vivía mejor, estaría bien echar un vistado a: http://lapizarradeyuri.blogspot.com.es/2010/03/el-pasado-era-una-mierda.html

    06 febrero 2013 | 17:38

  21. Dice ser me rio de janerio

    Nutricionista, no son rumores los que aireó, sino que utilicé el término «creo» porque no conozco al dedillo la legislación de aditivos europea. Sin embargo en 5 minutejos he despejado mis dudas y he encontrado la normativa europea que se aplica, «REGLAMENTO (UE) No 234/2011 DE LA COMISIÓN de 10 de marzo de 2011 de ejecución del Reglamento (CE) no 1331/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, por el que
    se establece un procedimiento de autorización común para los aditivos, las enzimas y los aromas alimentarios».
    Te dejo en link, http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2011:064:0015:0024:ES:PDF.

    Si lees detenidamente dicho reglamento verás que en ningún lado son exigidos estudios toxicológicos donde se ponderen los riegos de mezclar diferentes aditivos, conservantes o colorantes en el mismo producto…… y ni te cuento en la misma dieta. Es decir, que el colorante «E-lo que sea» no es toxico por si sólo, pero ¿quién me asegura que al mezclarlo con el aditivo «E-mengano» y el conservante «E-fulano» sigan siendo inocuos? La normativa europea NO, porque no exige tales pruebas. ¿ por qué será?

    El otro rumor que aireo, es como se realizan las pruebas de toxicidad…yo dije que son simplemente estadística, es decir que no tiene porque se seguro al 100% sólo entrar dentro de unos limites, por tanto mientras más consumas dichos aditivos más probabilidades de que te toque la «loto». Pues bien en el mismo reglamento hace referencia a las normativas aplicables a dichas pruebas. Corto y pego….$El expediente presentado en apoyo de una solicitud de evaluación de la seguridad de una sustancia facilitará una eva­luación del riesgo completa de la sustancia y permitirá com­probar que la sustancia no plantea problemas de seguridad para el consumidor en el sentido del artículo 6, letra a), del Regla­mento (CE) no 1332/2008, el artículo 6, apartado 1, letra a), del Reglamento (CE) no 1333/2008, y el artículo 4, letra a), del Reglamento (CE) n o 1334/2008.»

    Ya solo te resta leer dichos reglamentos y sacar tus propias conclusiones sobre la adecuación de dichas evaluaciones de riego.

    Tu mismo amigo pero yo por seguridad evitaré estos productos, sin volverme loco y siempre dentro de unos limites.

    06 febrero 2013 | 21:03

  22. Dice ser juan

    los reglamentos y los estudios diran mil cosas. pero como lo natural , nada de nada

    http://energiasolaraislada.blogspot.com.es/2012/10/hoy-por-hoy-las-siglasled-son-sinonimo.html

    06 febrero 2013 | 21:56

  23. Dice ser jav

    Estaría bien que alguna vez alguien estudiara el impacto de prescindir de los conservantes. Creo que nos sorprendería la cantidad de intoxicaciones que tendríamos.

    Leyendo http://naukas.com/2011/12/08/sin-conservantes-ni-colorantes-y-por-que-no/ me quedo con este párrafo:
    «los españoles tienen mayor confianza en la seguridad alimentaria que ofrecen los productos frescos como frutas y verduras, que precisamente son los grupos de alimentos que mayor riesgo tienen de provocar determinadas enfermedades en caso de no manipularlos correctamente, frente a los mal llamados “alimentos procesados”, que pocas veces han dado lugar a intoxicaciones alimentarias… cosas de la Quimifobia»

    07 febrero 2013 | 12:38

  24. Dice ser evitaaaa

    jgat

    no me creo todos los estudios que cuelgan en la red, lo importante es conocer la fuente, y comparar estudios, la web que menciono tiene fuentes que algunas pueden ser dudosas, pero otras no tanto. Y sí, par amí significa el mismo acto de fe creer que Diós existe (que no lo creo) como creer que existen aditivos que pueden ser buenos….pero vamos, allá cada uno con sus dudas….

    08 febrero 2013 | 12:04

  25. Dice ser Moisés

    Estimado Juan, me parece muy loable tu artículo pero, lamentablemente, pecas de iluso.

    Aunque, efectivamente, muchos aditivos no representan riesgo alguno para la salud y su consumo puede ser ilimitado, no es menos cierto que otros muchos pueden resultar perjudiciales si se consumen en exceso (por cierto, lo de que la IDA se ha calculado por cada agencia de manera independiente y con un amplio margen de seguridad, yo lo pondría en el apartado de los reyes magos y el ratoncito Pérez…).

    El problema es que no sabemos qué cantidad de cada aditivo contienen los alimentos. El etiquetado indica que lo contiene pero, ¿cuánto? Si se trata de un aditivo muy usado, como el aspartamo, ¿cuánto estamos consumiendo al cabo del día? No lo sabemos.

    Pero hay más interrogantes: Si las agencias de seguridad alimentaria velan por nuestra seguridad… ¿Por qué no se ponen de acuerdo?
    ¿Por qué el ciclamato sódico (E-952) está autorizado en Europa pero prohibido en Estados Unidos o México? ¿Es bueno o es malo?

    Más preguntas: ¿Por qué si la Organización Mundial de la Salud recomienda que los carragenanos (E-407) no se utilicen en alimentos infantiles, sin embargo lo contienen la inmensa mayoría de batidos de chocolate?

    Estas y otras muchas incongruencias y sospechas acerca de los aditivos hacen que yo no me fíe, y por eso cuando puedo los evito, y comparto esa información en mi blog: http://www.nomasaditivos.com

    Aprovecho para recomendar la lectura de «Nuestro veneno cotidiano» de la periodista Marie Monique Robin y/o ver este documental: https://www.youtube.com/watch?v=iKaxZ8LKrAA

    Un saludo.

    15 febrero 2013 | 21:55

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