El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Como decía mi abuelo: Comer otra vez lo que ya se ha comido

Mi abuelo Vicente era médico rural, y falleció hace ya muchos años. Como persona era uno de esos abuelos a los que te podías quedar pegado la tarde entera mientras te contaba batallitas; él en su sillón preferido y sus nietos alrededor. En esas circunstancias traía a la memoria variopintas anécdotas de su dilatada e intensa existencia. Historias que, hoy no me cabe duda, sacaba a colación con un doble fin, por un lado el educador o ejemplarizante y, por el otro, para evocarlas en su cabeza y verlas, quién sabe, como más cercanas. De esta forma mis hermanos y primos nos enteramos de muchos despertares suyos de madrugada para, a caballo y con una lampara de petróleo en alto, cruzar medio valle de Lecumberri a través de la nieve para atender a alguna mujer que estaba dando a luz en algún barrio cercano; o también de cómo, junto a otro colega con el que atendían a los pacientes de la zona, usaban útiles terapias algunas basadas en el efecto placebo.

No obstante, una de las reflexiones suyas que con más frecuencia suelo rescatar de mi memoria está relacionada con el tema del comer y no comer. Recuerdo perfectamente aquel día de colegio cuando con más o menos 12 años me levanté de la mesa tras haber terminado de comer en casa de mis abuelos. El menú, muy probablemente, ensalada de patata y remolacha, y las excelsas albóndigas en salsa que cocinaba mi abuela (no he vuelto a comerlas iguales desde entonces). Comenté que me encontraba lleno, que no podría comer más aunque me lo propusiera y hablé sobre lo poco que me apatecía volver andando en estas circunstancias al colegio. Entonces me abuelo me dijo: «Juan, la medida en el comer consiste en levantarse de la mesa en disposición de volver a comer lo que ya se ha comido«. Me quedé sorprendido y no pude por menos el contestarle: «Abuelo, si me levanto así, me levantaría con hambre«. Sí pero no, contestó él; es posible que sentado en la mesa tengas más «gana» y que con el fin de aplacarla el cuerpo te pida seguir comiendo, pero eso ya no es «hambre». Además fíjate, añadió, haz un día la prueba y aunque al principio sientas más «gana» tras haber acabado de comer, tras el postre, comprobarás cómo a los 10 minutos más o menos ya no la sentirás y, por tanto, no tendrás más gana de comer más. Qué razón tenía.

Son varias las entradas de este blog en las que me he dedicado a hablar de la calorías, qué son, cómo se calculan, de qué depende que un alimento aporte más o menos, etc. Pudiera parecer que, como dietista-nutricionista, estoy obsesionado por el tema, pero no hay nada más alejado de la realidad. Sirva como ejemplo el decir que nunca en mi desempeño profesional, jamás, he pautado una «dieta» calibrada al milímetro por las calorías o he aportado las típicas dietas de lunes a domingo (o del tiempo que sea) en las que se detallan con «gramos y señales» todo aquello que se le sugiere comer al interesado. Sobre estos estos ejercicios de calibración he de decir que ya me cansé de hacerlos en la Facultad y que me sirvieron para tomar conciencia de muchos aspectos relacionados con el consejo dietético; pero después de leer y escuchar mucho tanto dentro como fuera de la universidad, en este particular, me quedo con la frase de mi abuelo: «la medida en el comer consiste en levantarse de la mesa en disposición de volver a comer lo que ya se ha comido».

El «problema» es que la naturaleza humana se caracteriza entre otras cosas por poder comer y sentir la pulsión de hacerlo más alla de las necesidades nutricionales puntuales. Espero que este ejemplo les sirva: las bodas. Me refiero a aquellas en las que los novios se «estiran» con un buen aperitivo previo al banquete, un aperitivo que se prolongue durante una hora o más y que sea abundante. En estas circunstancias es frecuente que a la hora de pasar al comedor oigamos a no pocos invitados decir que ellos ya no comerían más, que el aperitivo estaba riquísimo, era abundantísimo y que no se sentarían a comer… ¿pero qué sucede? que se terminan sentando y se meten 5 platos uno detrás de otro para lo que dedican dos horas y media (o más). En resumen, tenemos una especial capacidad para comer más allá de lo que nos conviene y, además, lo hacemos con gusto (aunque luego nos pene).

Así pues hoy acabo con un consejo: Tanto en las bodas como en el día a día, no es recomendable comer hasta sentirse «harto», no es preciso comer como si fuera la última vez que lo fuéramos a hacer. Moderar, ponderar las cantidades en todas las ingestas del día, en especial comidas y cenas, y levantarse de la mesa antes de haberse «hinchado» es una buena recomendación. Si lo hacemos así, pocos minutos después comprobaremos que ya no tenemos más «hambre». La planificación de otras ingestas o pequeñas colaciones a lo largo del día, almuerzos y meriendas, es otras de las estrategias que nos ayudarán a articular de mejor forma nuestros hábitos de alimentación, pero esto, junto con la importancia del desayuno son temas para otro día.

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Foto: Dreamstime

9 comentarios

  1. Siempre deberiamos hacer caso a los abuelos. Fútbol, quinielas y chicas espectaculares en http://www.alprimertoke.com/

    29 febrero 2012 | 09:43

  2. Dice ser Ravioli

    Mi pareja adelgazó 10 kilos aplicando esté método de no hartarse. Pasó de hartar siempre en las comidas a quedarse en un 80% y funcionó.
    http://www.ravioli.es

    29 febrero 2012 | 09:43

  3. Dice ser Coco

    Es lógico, nunca os ha pasado que estando comiendo suena el teléfono y a la vuelta de 2-3 minutos quieres volver a comer lo que te quedaba y no tienes apetito. En su día escuche que masticando muy despacio en las comidas el cuerpo tiende a saciarse antes, de ahí de cuando comes con mas ansia en el momento justo no notas lo harto que estás, pero cuando has terminado estás agonziando en el sofá jaja

    29 febrero 2012 | 11:36

  4. Dice ser mens sana in corpore... seguro que son uno cuerpo y mente?

    Ay, un hombre medio desnudo.
    Yo no sé cómo no te censuran en pleno siglo 21, en un medio que se dice libre, pro natura, ecológico, moderno, tolerante… Es igual. Por ahí hablan de democracia, de libertades… Todo cuento, como los Reyes Magos. Ilusiones, nada más. En la práctica queda en nada. Creo que al ser humano le da miedo de ser de verdad.
    Es más, en el fondo pienso que nuestra civilización y el cómo ve las cosas, su evolución, sus imperios, sus abusos de especie, su sistema injusto de repartición de bienes, sus guerras… son todo producto de MIEDO. Sí.
    Creo que el ser humano es la especie que más miedo tiene. Miedo al mañana, a lo desconocido, a la muerte, al fracaso. El MIEDO, la represión, la censura, la visión de la cultura… todo es lo mismo.
    Da risa ver cómo unos pobres bípedos se afanan en cerrar puertas de enfrente a ciertas cosas que le vienen luego gigantescas por los lados, por abajo y por la espalda.
    El miedo al hambre también es motor de muchos ingenios y fracasos humanos. Porque por miedo también se abusa, al servirse de él para dominar rebaños.
    Habría que imaginar un mundo sin miedo. Puede qaue fuera más sano de lo que la cultura del miedo y la pro.ignorancia nos ha educado.

    29 febrero 2012 | 11:56

  5. Dice ser a veces he pensado....

    … que es ridículo sentarnos a comer.
    Sentarse en una mesa, comer sentados, hablando tonterías o cosas serias. Sentados, con manteles más o menos limpios, lujososo o descuidados, levantando dedo al alzar la copa o manchando de grasa el vaso basto. A veces pienso que somos ridículos los seres humanos en nuestras cosas. Veo incluso divertida la metamorfosis de kafka. Ahora las operaciones de labios menores entre las mujeres va in crescendo. Las tetas, las nalgas, ellas y ellos metamorfoseando, las narices, los labios, pómulos, huesos, metamorfoseando, en una cultura que mueve mucho dienro, porqeu mueve mucho tráfico. La metamorfosis bajo las sábanas de los que no quieren verlo, pero que se da.
    Se ven modelos completamente desnudos en las pasarelas, ellos y ellas, la moda de los complementos. Metamorfosea el ser humano sin darse apenas cuenta, sin querer verse mutado y feliz en la mutación primavera.
    ¿Qué será de nosotros, de los que vengan, humanos seres evoluiconados? ¿Qué tendrán por normas, por códigos éticos, estéticos, políticos y sociales?
    ¿Cómo se sentarán a la mesa, se tumbarán de lado como hace tiempo, o andarán en pie alimentándose apenas de sinteticidades rápidas?
    ¿Habrá alimento de naturaleza o serán sombras de sabores y colores para satisfacer más las lenguas que los estómagos?
    Oh, humano ser, sorpresas inagotables. No dejes nunca de renacer al derrotado que muere en tu sombra, de vencer al docto sabio, de poner en tela de juicio las verdades inmutables que te han impuesto.
    Comer o saber comer, he ahí la nutrición.

    29 febrero 2012 | 12:07

  6. Dice ser algunos no se manchan la ropa cuando comen

    https://www.youtube.com/watch?v=cF1cDQDQ7x0&feature=related
    En al London Fashion Week 2012

    29 febrero 2012 | 12:18

  7. Dice ser david

    Para más información sobre Nutrición y Alimentación visita:
    noticiariodenutricionysalud.blogspot.com

    29 febrero 2012 | 13:29

  8. Dice ser Tia de Sobrino

    Bueno dicho asi parece facil pero yo no lo veo tanto. Como encontrar esa medida? Porq a mi me pasa, como rapido y a veces cuando me levanto de la mesa me volveria a comer lo mismo pero diez minutos despues no me puedo mover pero yo no sabia q me iba a pasar eso y como no me sentia llena no pare de comer antes. Supongo q habta q hacerlo a base de ensayo y error pero no me parece nada facil

    29 febrero 2012 | 15:48

  9. Dice ser Antonio

    ¡Qué sabios son los abuelos y qué tarde entendemos sus enseñanzas!

    @Tia de Sobrino
    La clave es lo que has dicho de que comes rápido. El cerebro necesita un tiempo para recibir la señal de que ya no es necesario comer más. Al comer demasiado rápido no le das tiempo al cerebro a procesar esta señal a tiempo.
    ¿No te has fijado nunca en gente que come muy lenta? no se han comido ni medio plato y ya dicen estar llenos (bastante típico en niños a los que no le gusta lo que le has puesto para comer). Intenta comer más despacio y ya verás como lo que cuenta la entrada es más sencillo de hacer.

    Si no eres capaz de hacer esto la forma que yo uso y cuento en mi blog es controlar las cantidades a la hora de preparar la comida (este truco funciona si cocinas para ti mismo).

    03 marzo 2012 | 00:53

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