Hará un par de meses empezó un tema en el foro ultra de la revista RW en su versión americana: ¿qué es lo más raro que os habéis encontrado corriendo? De indudable éxito y revelador del mundo freak americano del norte, han escrito de todo, desde masturbadores, parejas y cadáveres hasta bonos de metro de NY, herramientas que han pasado de mano o vibradores.
Y en estas, ésta mañanita nos hemos juntado de nuevo los del sector 5.55(am). Velódromo de SSReyes, trote ligero con casi 12º y luna espléndida aunque ya menguante. Salimos a hacer un ecológico, o sea, adentrarnos en la penumbra con la luz justa, por la Dehesa Boyal que muchos conoceréis. Es un bosque de encina rodeado casi por la urbanización, el polideportivo, las lineas de alta tensión y dentro de poco por la M50 norte. Tema de conversación, frigorífico Trillo y su apoyo o maniobra dilatoria hacia Esperanza Aguirre. Este ex ministro de Defensa copa los chascarrillos de Carlos, el perrito tristón, y el discurso de Soto, cuando veo entre las encinas a oscuras un maromo (gachó, tío, vamos, se veía que era un tio por planta, movimiento y porque a ver qué hace una mujer sola a oscuras a las seis de la mañana entre las encinas). Pero como uno anda protegiéndose las articulaciones de cara a no quedar cojo para la vida civil, si bien por medio se meten maratones y demás tonterias, iba yo mirando por donde pisaba (miopía +2.75) cuando levanto la vista y el tipo se hace a un lado. «Date», pienso, «le hemos pillado paseando el perro, haciéndose una pajilla, o recién cagado».
Pero no es solo una sombra.
Hay varias. A la derecha hay otra de iguales dimensiones. Silenciosa. Misma planta, mismo gesto, sin decir ni mú. Carlos se para, Soto idem de los mismos, yo, que no tengo nada en favor de los héroes muertos, paro haciendo chirriar sobre la arena las suelas de mis Fila Flow Temptation blancas, amarillas y azulete.
«¡Coño, buenas!. ¿Hay más gente por ahí delante?», pregunta uno de mis acompañantes.
«Está lleno», responde una voz. No viene de las alturas, ni del cielo, ni de mis espaldas a pesar de que me doy cuenta que estamos inmisericordemente rodeados.
Un reflejo extraño viene a mi cabeza. Una centésima en la que reacciono a pesar de la modorra del momento, de haber apenas salido de las sábanas. Es cuando uno justifica esa fama de bicho rápido, heredero de primate y ex- pero muy ex-cazador. Hay una luz roja. No parpadea, ni se mueve, ni tintinea ni emite señales ni códigos a descifrar.
Es una puta luz roja adosada a una mira telescópica, situada sobre un fusil G36 con visión nocturna (dejadme que mire en la wikipedia) en manos de varios soldados españoles de maniobras de orientación. Por lo visto un escuadrón entero ha salido a los montes y áreas recreativas a hacer ejercicios y, como no quiero comprobar si ya han aprobado el examen de Sangre Fría ni si es cierto aquel descenso en las capacidades intelectuales requeridas para entrar a formar parte de la gloriosa fuerza de paz de la casa, miro de nuevo a la luz roja, a sus portadores, a sus cascos y gafas con visores, hago acopio de fuerzas y de frialdad mental para no hacer ni chistes ni comentarios hirientes ni arengas políticas sobre la libertad de paso y uso de areas públicas, y zanjo.
«Nada, nos vamos, no sea que os pongáis nerviosos». Imposible, no he podido. Me delata la boca. Pero nadie de los presentes quiere encarar un fin de semana con un civil muerto a sus espaldas, así que el trío optamos por esa retirada hacia las calles, parques y plazas iluminadas a medias por el amanecer madrileño, medio gris pero medio amarillo, con la claror despuntando hacia el este y esas siluetas de aviones que despegan por las dos pistas de Barajas para despertar a todo el sector norte de la A-1 con un alegre tronar.
Carlos no puede más y se tiene que parar a hacer sus abluciones incluso antes de llegar a salir del recinto de la dehesa. Soto y yo comentamos a media voz. Un batallón de soldados camuflados, un jueves, en una sesión de entrenamiento por un parque periurbano.
Joder que miedo y aún así tienes ganas de chiste. Yo me hubiera «cagau», que a veces son peligrosos y como has dicho, no sabes si quiera si han aprobado el examen de «Sangre Fría».
Muy bueno Luis, me he reido mucho con la situación.
24 abril 2008 | 10:53
No, si entre tú y Lander vamos a terminar a palos con los ejércitos, la Guardia Civil y la madre que lo parió…
24 abril 2008 | 11:14
Aún no te he contado la rumana que pille cagando entre dos coches en lopez de hoyos al principio de una tirada de 20 km. Jode que visión, vaya montonera que dejo la……. no pude quitarme la imagen durante todo el rodaje.
Salud amigo
24 abril 2008 | 11:16
Locomotoro, ¿cagaba en voz alta?, ¿en dialecto? ¿Como pudiste saber que era rumana?, no sabia que el color y textura variaban por nacionalidades.
24 abril 2008 | 11:25
Vaya susto ¿no? Si ibais medio dormidos seguro que habéis acabado bien despiertos. A un amigo y a mi nos paró una vez la guardia civil de buena mañana en una carretera. Mientras mi amigo sacaba los papeles yo me aparte un poco y fui a echar una meada a un arbusto… cuando de repente oí un ruido y al volverme vi a uno de los guardias apuntadome con el subfusil. Joder se me corto todo, me subí la bragueta y me quedé con las ganas de mear.
24 abril 2008 | 11:26
Enki, con la contracción de los músculos afectados seguro que se te cortó hasta la leche… A Lander también le querían empapelar recientemente por correr por la cuneta. Y, seguro, a 3km habría algún niñato haciendo trompos en via urbana a 120.
24 abril 2008 | 11:35
Juas, ¿y no les pediste un visor nocturno?. Te hubiera venido bien para esos rodajes a deshoras que he haces…
Yo lo peor que me he encontrado corriendo, perros maleducados por sus dueños aparte, una vaca con la que me di literalmente de bruces en una zona arbolada donde sólo se veían sombras. Ves, por correr de noche y sin visor…
24 abril 2008 | 11:47
No creo que sean ergonómicos para un rodaje de 7 horas. Hombre, a lo mejor si tienes una 54 de cuello y músculos por todos los lados, pero.. en mi caso me saldrían agujetas en todo el sector del pestorejo. Seguro.
24 abril 2008 | 11:54
JEJEJEJEJEJEJEJEJEJE Tengo que decir que conozco a esos camuflados estaban de jornada continuada haciendo instrucción nocturna, no digo mas.
Pero tranquis son inofensivos, aqui…..
24 abril 2008 | 12:21
Bicho, no sé si ahora quedarme más tranquilo o menos. El Domingo te cuento. Repito muchas madrugadas.
Otro tema es: ¿la BRI solicita permiso dependiendo de la zona de la instrucción? Entiendo que no es lo mismo el recinto acotado que una zona del monte, imagina, abierto a x km de la ciudad, que un sector de monte vallado y que de facto es un parque forestal. Es casi casi suelo urbano, ¿se hacen gestiones y tal en plan «trabajemos junto con la sociedad civil»?.
24 abril 2008 | 12:28
Se me olvidaba. No hay ser humano inofensivo. Dale un motivo que despierte su alerta psicológica.
24 abril 2008 | 12:29
Hombre, y digo yo que tan camuflados tampoco estaban, porque si un puñado de legañosos corredores tempraneros les pillaron… Soy yo el sargento y se me hacen unas vueltas a la Dehesa a paso ligero, como en las pelis…
Es de coña, no siendo que esto lo lea algún militar, jejeje… Yo hice algún ejercicio similar en mis tiempos mozos, allá en los Monegros, y era increíble como podías hacer desaparecer una compañía de fusileros en un metro cuadrado con tal de que hubiera una brizna de hierba donde meterse.
24 abril 2008 | 12:29
Diosssssssssssssss…se están preparando para atacarnos el domingo!!!!!!!!…lo veo venir!!!!!!!!!!!
pues anda que cargar con el chaleco antibalas 42kms puede ser pa cagarse!!!
besitos.
24 abril 2008 | 12:41
Joder, y yo que crei que esas cosas no pasaban…me los encuentro yo y me tienen que llevar a las urgencias a hacer cola (Guemes mediante)
24 abril 2008 | 15:40
X-DDD
Chuchos (incluidas mordedura y/o caída), conejos, vacas, toros bravos en Fresnedilla, jabalíes en Las Rozas (la semana pasada toda la familias, papá+mamá+jabato).
Pero reconozco que has vuelto a poner el listón muy, pero que muy alto. Y me uno a la pregunta. ¿Qué hacen ahí esos tíos? Si es público, ¿Por qué tiene que irse el civil?
Al final llegamos a la conclusión de costumbre: los animales que más miedo dan son los de dos patas, y si les unes 2 ó 4 ruedas ya es para encomendarse a Sta. Rita. :-(((
24 abril 2008 | 17:30
Qué Santa Bárbara bendita nos proteja de los hombres de Harrelson, ¿la foto es natural o adquirida?.
24 abril 2008 | 17:33
Scop, la foto es adquirida en el mercado libre de la red. Vamos, de su própia web ejercítica.
Cocolocus, si en vez de 4 ruedas pones pares de ruedas metálicas sobre raíles ya pa que queremos más.
24 abril 2008 | 17:58
En medio de la acera, y debajo de la farola, todo iluminado, un gachó expulsando excretas sólidas. Y no era muy tarde, que eran las 8 de la noche, en invierno.
Da grima, y el tio tras decirle que por ahí pasamos todos (tenía el monte a 40 metros) ¡que le había dado un apretón!
24 abril 2008 | 21:20
¡Aaaargh! Diox, no hurgues en la herida, que sale pus. X-DDD
24 abril 2008 | 21:22
En el Imvencible, el blog que me lanzó al estrellato, tengo una anécdota parecida. Un comando de Infantería de Marina me confundió con su objetivo, que creo por lo que balbuceamos unos y otros era un tío que tenía que secuestrar «de mentirijilla» y me pegó un susto de muerte. Está por el finales del invierno, febrero o así. Voy a buscarlo. A mí me apresaron en «Coto Cuadros» un parque natural protegido por donde yo vivo y que está en medio de la nada. ¡Vaya un sitio para ir a hacer maniobras!.
25 abril 2008 | 08:44
Vice versa, Garban, vaya un sitio para ir a correr. Busca busca, que a por él iré a empaparme de prosa (rosa).
25 abril 2008 | 08:51