Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Al año le quedan dos boqueadas. La primera.

La primera cayó en La Pedriza de Manzanares, espacio natural que los de aquí (como se dice aquí, en Madrid, donde siempre es ese lugar geográfico indefinido pero que todos conocemos) tenemos a 40 minutos escasitos. Cuarenta minutos de coche para 5 millones de habitantes es acojonante, pero por suerte el habitante madrileño es sedentario por genética y no es aquel aventurero vasco o ese navegante mallorquín o ese gallego al que el planeta se le queda pequeño. Al de aquí, salir de casa y mirar al campo le pulsa un mecanismo de autodefensa que poseen sus antecesores castellanos, extremeños o manchegos, y le dicen que qué barbaridad, el campo, cuánto sol en la siega o cuanto frio arando y se vuelve para dentro. Es una mutilación cultural geográfica, pero es como es. Esto hace que esa joya llamada Sierra de Madrid sufra lo justo.

Y anteayer subimos a correr sin dorsal, sin prisa, como una cura ante tanta entrega, saturación, mediciones, chips y premios por categorías. Veinticinco navideños rememoramos una costumbre que yo tenía desde hace unos cuantos años: salir a correr el domingo antes de navidad a esa Pedri, como se le llama aquí a la Pedriza.

Unos como Sergio o Cabesc andaban aún acostumbrándose al medio, entre patinazos y pérdidas (sí, aún hay gente que se pierde por la Pedriza), otros más expertos como Mina (de www.minarium.com) solo tenian que hacer fotos porque se la conocen de memoria, otros ya llevaban un rato haciendo kilómetros como esos Emilios o Manueles, otros se perdieron las cañas post-partido, pero la cosa fue de emocionantes vistas desde arriba y abajo, de recordar ediciones pasadas como aquella nevadísima de 2001 en que muchos nos conocimos, o la multitudinaria en la que Santi Palillo contó más de 70 personajes.

1 comentario

  1. Dice ser Santi Palillo

    Y además les hice una foto, me hubiera gustado ir pero me tiró para atrás ver que iban a ir muchos máquinas, al final me subí al Retiro, lugar donde van los madrileños que no suben a la sierra pero más tarde que yo.

    26 diciembre 2006 | 22:24

Los comentarios están cerrados.