Según el profeta, todos hemos tenido un comienzo. Me soplaba ayer por vía privada que su siguiente trabajo estará lleno de referencias a los comienzos. Arranques que todos hemos tenido pero que yacen olvidados en rincones de anuarios, de pilas de revistas atrasadas, y principalmente en cuadernos de entrenamiento que se guardan como obras de nostalgia pero nunca de consulta.
Y es que ahora retomo yo el asunto de la zapatilla, tras un mes divino y de desintoxicación. Me dice Isaías que todos hemos comenzado en esto, y que no se puede lanzar a la montonera del olvido, digo yo. Claro, en esta eterna evolución, el ‘siempre adelante’ del tecnológico y mercaderil mundo de corredores ya no se acuerda de los comienzos aquellos de la mala elección del calzado deportivo, la falta de referencias a la hora de cómo correr, y la escasa circulación de esa sabiduría sobre qué, cómo y de qué manera estirar.
En el foro de elatleta.com retoman ahora el asunto del estiramiento. Bravo por el debate relanzado por Manuel y Felipe Morante. Pero a este foro accederán pocos de toda la legión de trotacaminos. Yo recomiendo que se pregunte por una obra publicada en papel, especializadísima, hecha muy gráficamente por un leonés apellidado Silván, que fue corredor de altísimo nivel, y que ahora es osteópata o masajista o un poco de todo y un profesional como la copa de un pino. Su libro, «Lesiones del corredor», es una referencia no solamente para corredores sino para la vida en general. Seas corredor o sedentario.