José Ángel Esteban. Señales de los rincones de la cultura. Y, por supuesto, hechos reales.

Excepcionales ciudades femeninas

Hay planos, maquetas y estadísticas, pero de lo que se trata es de plantarse delante de 60 pantallas, como lápidas, como espejos, mirar y escuchar. El asunto es la ciudad y cómo se habita. Atascazos, obras, averías, tiempo pegado a todo y cualquier cosa, prisas. No. Esta vez hablamos de excepciones. Excepciones femeninas, humanas. O sea, Nosotras, las ciudades, la propuesta que la arquitectura española, de la mano del gobierno llevó a la Bienal de Venecia del último año. En cada una de las pantallas, una mujer, una persona del sexo femenino, vamos, sea arquitecta, taxista, diseñadora urbana, limpiadora, carnicera, periodista, teórica del espacio habitable u okupa consentida, «nos miran a la cara y nos cuentan como intervienen en nuestra sociedad, voces que representan a los protagonistas de la ciudad, a los que la viven y la construyen, gestionan o diseñan, los que la mantienen y generan».

Bueno, de acuerdo. Perspectiva de género, vamos. En el mismo territorio de Zaha Hadid, claro, la mujer arquitecta por excelencia, valedora de la nueva ciudad abierta. E, insisto, si hablamos de espacio, de cómo se construye y de lo que se construye, excepciones, magníficas: Blanca Lléo, Sara Giles, Izaskun Chinchilla, Sara Giles. Mirando lo que se puede hacer, lo que han hecho (por cierto en algunas casos junto a colegas masculinos) como sus intervenciones en plazas, mercados, barriadas, buscan espacios donde los ciudadanos (sin perspectiva de género, espero) puedan conocer, cruzarse y a ver qué pasa, aterra más compararlo con lo que real y mayoritariamente existe. La pista que da la exposición no es lo que muestra sino precisamente lo que deja fuera, el mundo de poceros, colonizadores sangrantes de la costa, talas de bosques, concejales indignos, promotores insaciables, acciones desbocadas, leyes excepcionales para edificar más y, al parecer, y, en consecuencia, hacer el mundo menos femenino. Todo eso que, feo, vulgar, repetido y origen de negocios vastos y burdos -la lista de los más ricos-, merecería una enorme exposición de la vergüenza: lo normal también merece ser exhibido.

6 comentarios

  1. Es que las ciudades son mujeres: urbes, metrópolis. Telúricas, caprichosas, entrañables, íntimas, procaces, deseables. Caracas, Madrid, Sodoma y Gomorra. Y los pobladores somos sus neuronas interconectadas por una sinapsis deliciosa y delirante.Estupenda propuesta para ser exhibida en esa ciudad anfibia, flotante, Atlántida insumergible que es la fetichesca Venecia.

    20 marzo 2007 | 4:23

  2. Dice ser jaes

    Es verdad que la ciudad es lo que mejor que tenemos, lo que nos ha hecho. ¿Y cual, Javier, es el lado masculino de las ciudades? Condenados a lo siniestro, arbitrario, áspero,pacato, vulgar, detestable?

    20 marzo 2007 | 9:41

  3. Dice ser david calle

    el lado masculino…contaminados, sin aparcamiento, continuamente en obras…hasta la propiedad de las cosas que nos hace amarlas se escribe en femenino, belleza. ¿Ser hombre es un asco?

    20 marzo 2007 | 11:26

  4. Dice ser MM

    Sale la Aguirre en esas lápidas?? Jaes..que miedo……

    20 marzo 2007 | 19:29

  5. Dice ser jaes

    No, MM, porque es femenina, pero depredadora.Y ahí hablan de otras cosas.

    21 marzo 2007 | 1:20

  6. ¿El lado masculino de las urbes? La arquitectura: erecciones de toda índole enseñoreándose, digo yo.

    21 marzo 2007 | 19:12

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