Ahora que el gran debate de fondo es si los que inventaron el mayo del sesenta y ocho son los mismos que están dispuestos y empeñados en acabar con su herencia, confundiendo interesadamente delirios, responsabilidades, revanchas y miedos, ahora que todo eso sólo sirve si sirve de idea fuerza publicitaria, una copa les puede ayudar a hacer la digestión.