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"Not in my house"

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La despedida perfecta que Kobe merecía

RAÚL RIOJA

Un animal competitivo como él no se podía retirar de otra manera. Tenía que ser algo inolvidable, único, que no se hubiera visto a ningún jugador antes. Una actuación para la historia. Así es Kobe, y así quiso que le recordáramos. Como uno de los más grandes de siempre.

Despedida Kobe Bryant

Despedida Kobe Bryant (EFE).

El ‘24’ de los Lakers lleva varias temporadas en las que los años y las lesiones le pesan, esta incluida. No puede ya soportar el peso del equipo como tantos años hizo, y la retirada es lo más sensato, hasta él ha tenido que admitir que ya no puede más, ha tenido que decir basta. Pero su último lienzo hará que los amantes del baloncesto lo añoren, da igual que sea lo más sensato.

Con su actuación de ayer, se convirtió en el jugador de más edad (37 años y 234 días) en meter al menos 60 puntos en un partido de la NBA. Y lo hizo ante una de las mejores defensas de la NBA, la de Utah, y aunque el partido era intrascendente para ambos, no para la historia. Kobe logró que todos le recordemos metiendo 60 puntos en su despedida, lanzando 50 veces a canasta, no fallando ni un tiro en los minutos finales para dar la victoria a su equipo (101-96).

Bryant llegó a la NBA con 18 años recién cumplidos, después de que Los Angeles Lakers dieran al pívot yugoslavo Vlade Divac a cambio de ese prometedor escolta que tanto se parecía a Michael Jordan.

Su obsesión por mejorar y por su ídolo le convirtieron en un clon del mítico ‘23’ de los Bulls, y junto a Shaquille O’Neal, dominaron la NBA durante tres temporadas. Su relación, más de odio que de amor, se acabó rompiendo, y tuvo que esperar a tener a otro escudero de lujo, Pau Gasol, para llevarse otros dos anillos.

En todos esos años, la NBA disfrutó con su voracidad a la vez que dejó enemigos en cada pabellón, pues así es él. Su competitividad no hace amistades.

Kobe hace ya varios años que no es Kobe, culpa a partes iguales del paso de los años y de las lesiones, y sus últimas temporadas no han ayudado demasiado a los Lakers, con un salario desorbitado (el más alto de la Liga) que ya no merecía. Pero su última función borra cualquier recuerdo negativo. Él es uno de los grandes y como tal le recordaremos.

Adiós, Kobe: último partido, un vídeo del odio y la emotiva despedida de Pau

R. RIOJA

Kobe Bryant se nos va del baloncesto para siempre. La temporada ha sido un continuo (y cansino, sí) homenaje a su figura, y hoy, a las puertas del último partido de su carrera (ante los Utah Jazz, 4.30 hora española) , nos llegan los últimos.

Mi favorito, el vídeo que le ha hecho la marca de zapatillas que le patrocina sobre el odio que despierta en jugadores y aficiones rivales (atención al guiño a Pau Gasol).

También ha querido despedirse de él su gran amigo y excompañero en los Lakers Pau Gasol, que le dedicó un emotivo mensaje en twitter y una carta de despedida en Sports Ilustrated.

Estas han sido las mejores frases de Pau:

En mi primer día con los Lakers, me reuní con el equipo en el Ritz de Washington y a las 1.30 de la mañana alguien llamó a mi puerta. Más tarde descubrí que Kobe no duerme mucho. Me senté en la cama y él se sentó en la mesa al lado del televisor. Me dio la bienvenida al equipo y me dijo que era el momento. Él sentía que yo podía llevarle a la cima de nuevo y quería asegurarse de que yo lo sabía. ‘Esta es nuestra oportunidad’, dijo. Fue poderoso y significativo. Encajamos perfectamente. Nuestra relación funcionó desde el principio. Ambos sabíamos que nos necesitábamos para alcanzar el éxito.

Todos los días son una prueba de por qué los grandes son tan grandes. No es por accidente. Es una obsesión llegar a ese nivel y permanecer a ese nivel. La dedicación, el compromiso, es algo único. No es algo que se vea. Él me inspiró a ser mejor, a ver el juego de una manera más detallada.

Fue como un hermano mayor y dio la cara por mí. En un momento dado, le dijo a los Lakers: ‘Si vais a traspasarlo, hacer lo que tengáis que hacer y traspasadlo. Si no es así, dejadle en paz y dejadle jugar’.

Cuando estaba decidiendo si dejar los Lakers en 2014, llegó a mi casa en Redondo Beach. Dijo que quería que me quedara en Los Angeles, luchar a su lado y terminar nuestras carreras juntos. Esas fueron sus palabras. Yo le dije que estaba en un momento en el que necesitaba un cambio en mi corazón. Necesitaba un cambio de aires. Fue una de las cosas más difíciles que he hecho, cuando le dije: ‘He decidido no volver a jugar contigo’.

No he sido capaz de gana otro título (en Chicago). Le extraño mucho. Echo de menos su presencia. Echo de menos esa actitud. No muchos jugadores la tienen.

Tal vez estoy desanimado porque sé lo que se siente al ganar y me encanta esa sensación. Cambia mi estado de ánimo. Me afecta. Creo que ganar alargará mi carrera y me motivará a hacer más. Estar cerca de Kobe tuvo un impacto en mi vida. Voy a ser un agente libre este verano y por eso pienso en eso ahora. Quiero aprovechar al máximo los años que me quedan. Quiero ser parte de algo especial otra vez.

 

Escándalo en los Lakers por un vídeo en el que Nick Young, la pareja de Iggy Azalea, habla de supuestas infidelidades

Cuando parecía que la temporada de los Lakers no podía ir a peor, últimos en la Conferencia Oeste, dejando imágenes tan lamentables como la derrota hace unos días en Utah por 48 puntos y habiendo convertido una temporada entera en una especie de homenaje mal entendido a Kobe Bryant, al conjunto angelino ahora le ha salido un escándalo en el vestuario.

Iggy Azalea y Nick Young

Iggy Azalea y Nick Young (GTRES).

La aparición de un vídeo que recoge comentarios de Nick Young, la pareja de la popular cantante Iggy Azalea, sobre las posibles relaciones que mantiene con otras mujeres y que fue grabado por el rookie D’Angelo Russell ha provocado un terremoto en la ciudad californiana.

«¿Tú tenías 30 y ella 19?«, le pregunta Russell a Young refiriéndose a una supuesta relación que podría haber mantenido el novio de Iggy Azalea. Después le pregunta sobre Amber Rose, y Young le contesta que «no», porque «conoce a mi chica». Un bombazo.

El joven jugador se ha tenido que disculpar por haber difundido el vídeo, alegó en una rueda de prensa que era una broma entre colegas y aseguró que no tiene ni idea de cómo se ha podido difundir el vídeo: «No sé cómo pudo hacerse público ni porque cayó en las manos equivocadas».

Russell fue abucheado por el público del Staples Center en el partido ante Miami Heat y sus compañeros han decidido hacerle el vacío dentro de la cancha no pasándole el balón, según informa ESPN, y no queriendo compartir mesa con él en las comidas del equipo.

Iggy Azalea se pronunció sobre el asunto en Twitter, diciendo que había visto el vídeo grabado por Russell… y dándole las gracias. A buen seguro que la relación que mantiene con Nick Young no pasará por su mejor momento.

D’Angelo Russell y sus 39 puntos dan esperanza al futuro de los Lakers

RAÚL RIOJA

Tras una temporada 2014-15 nefasta, una de las grandes esperanzas de Los Angeles Lakers era coger una gran estrella en el draft, más aún cuando fueron agraciados con el número 2 para el sorteo de novatos.

D' Angelo Russell

D’ Angelo Russell (NBA.COM).

Tras escoger los Timberwolves a Karl-Anthony Towns, elección sin duda acertada viendo la impresionante temporada que está haciendo el pívot en Minnesota, la franquicia angelina se decantó por el base D’ Angelo Russell, descartando así al que para muchos era el gran favorito, el pívot Jahlil Okafor, que acabó en Philadelphia.

Sin embargo, la temporada de Russell no está siendo tan buena como se esperaba, y pese a empezar como base titular, perdió pronto esa condición. No ofrece malos números (12,9 puntos, 3,6 rebotes, 3,4 asistencias y 42,9% en tiro en 27,5 minutos), pero tampoco estelares, y está dejando muchas dudas con su juego.

Los últimos partidos de Russell estaban mostrando cierta mejoría, y en el partido de la pasada madrugada ante Brooklyn Nets el base explotó con una espectacular actuación: 39 puntos con 8 de 12 en triples. Motivos para la esperanza en un equipo, los Lakers, que debe pensar desde ya mismo en el futuro que le espera ya sin Kobe Bryant. Y el talento de D’Angelo es una de las grandes esperanzas.

Henry y Bryant se intercambian camisetas de Barça y Lakers en la noche de la quinta derrota de Golden State

Por Edu Casado

Bryant y Henry posan con camisetas de Barça y Lakers (TWITTER @NBA).

Bryant y Henry posan con camisetas de Barça y Lakers (TWITTER @NBA).

Allá por donde va, Kobe Bryant recibe homenajes. La última temporada de uno de los más grandes de la historia de la NBA no merece menos. La pasada madrugada, sus Lakers visitaron nada menos que a San Antonio Spurs. Y allí estaba una leyenda de otro deporte, el fútbol, que quiso rendir visita al de Philadelphia.

Se trata del exdelantero francés de Arsenal y FC Barcelona Thierry Henry. El jugador galo no dudó en regalarle a Kobe una camiseta del Barça con su nombre y firmada. Bryant, por su parte, le regaló una suya de los Lakers. Henry es un enorme aficionado de la NBA y Kobe es fanático del fútbol, afición que le viene de su infancia en Italia. Además, nunca ha ocultado su pasión por el Barcelona, así que se explica su sonrisa al sostener la ‘samarreta’ azulgrana. Antes, ‘Titi’ Henry estuvo dialogando con sus dos compatriotas de los Spurs, Boris Diaw y Tony Parker. Très bien!

Lillard se disfraza de Curry y los Warriors caen de paliza

La otra noticia del día fue la abultadísima paliza encajada por los Golden State Warriors en Portland. Los californianos sufrieron en Oregon su quinta derrota del año (137-105). La victoria de los Blazers se debió en gran parte a Damian Lillard. El base se disfrazó de Curry y anotó 51 puntos, el récord de su carrera.

Para los amantes de las curiosidades: uno de los objetivos de los Warriors, además del obvio de llevarse de nuevo el anillo, es igualar o superar el récord de 72 victorias y 10 derrotas de los Chicago Bulls de Jordan en la temporada 95/96. Hace diez años, los de Illinois tenían exactamente el mismo balance que tienen ahora los de Oakland: 48-5. Y un dato más: la peor derrota de aquellos Bulls fue en Nueva York, donde perdieron… ¡de 32 puntos, como este sábado los Warriors!

El emocionante homenaje a Kobe de sus grandes rivales: San Antonio Spurs

Por Edu Casado

San Antonio Spurs y Los Angeles Lakers son los grandes dominadores de la Conferencia Oeste y de la NBA en los últimos 20 años. Desde 1999, los texanos han ganado seis anillos y los californianos, siete (con idéntico resultado en cuanto a títulos de Conferencia).

Por eso, la rivalidad entre ambos equipos marca una época. Y por eso, la despedida de Kobe Bryant, santo y seña de los Lakers durante 20 años, tuvo un sabor especial la pasada madrugada en la visita de los californianos al AT&T Center.

Los Spurs estuvieron a la altura, como no podía ser de otra forma. Dedicaron a la ‘Mamba Negra’ un bonito vídeo con grandes jugadas del de Philadelphia, acompañadas de palabras de Tim Duncan, Manu Ginóbili o Gregg Popovich. Al acabar, Kobe salió a la cancha a recibir una emocionante ovación. Así, sí.

Este fue el partido en el que Kobe Bryant decidió su retirada

Por Mario Serrano

El anuncio de retirada hecho por Kobe Bryant se ha convertido en la noticia del año baloncestístico y ha convertido su última temporada en una sucesión de homenajes en toda cancha donde los Lakers disputan partidos desde hace una semana. Sin embargo, hay una cancha que ha cobrado especial simbolismo en toda esta historia por ser el lugar donde el 24 de los Lakers tomó la decisión: el Moda Center.

Kobe Bryant, en el suelo tras anotar en el partido ante los Blazers. (NBA.COM)

Kobe Bryant, en el suelo tras anotar en el partido ante los Blazers. (NBA.COM)

En la últimas horas hemos conocido cómo y cuándo tomó la decisión. Fue durante el partido entre Blazers y el equipo angelino del pasado 28 de noviembre, que ganó el equipo de Portland por 108-96. Kobe se lo comunicó a su entrenador, Byron Scott, en pleno encuentro, en el que el escolta terminó jugando 34 minutos y anotando 21 puntos.

Scott, que no se quitó de la cabeza el comentario volvió a preguntar a Kobe al término del choque: «¿Recuerdas lo que me has dicho durante el partido? ¿Lo decías en serio?«. No daba crédito, según han revelado los protagonistas de la historia.

A continuación, os dejo el resumen de un partido que, desde ahora, tendrá un significado especial. El lugar donde La Mamba dijo ‘basta’.

Lo que queda de Kobe Bryant

Moisés Muñoz

«Si me quitas mis odios, me jodes la vida», escribía con tino Iñako Díaz-Guerra (@InakoDiazGuerra) en El Mundo, en una muy recomendable columna de opinión apoyada en el incidente Rossi-Márquez en la que hace apología del derecho a disfrutar del deporte a través de la animadversión hacia el rival. Y la cita viene a cuento porque yo me aficioné a la NBA no por mi adicción a todos los deportes, ni por la admiración que siento por la superioridad física de esas fieras de ébano, ni por la emoción que despierta en mí el juego, sino porque odiaba profundamente a Los Angeles Lakers de los ochenta.

Kobe Bryant

Kobe Bryant en el banquillo (EFE).

En aquella época fingí ser de los Celtics de Larry Bird -¡oh capitán, mi capitán!-, pero luego fui sucesivamente fanático de los salvajes Pistons de Thomas, Dumars, Rodman y Laimbeer; de los Bulls de Jordan y nadie más (abstenerse los Pippenliebers); de los Rockets de Olajuwon; de los Spurs; de los Blazers; otra vez de los Celtics; otra vez de los Spurs y, por supuesto, de LeBron y cualquier-equipo-del-mundo-al-que-quiera-llevar-su-talento. El denominador común de todos estos equipos es que ganaban y evitaban que los Lakers lo hicieran.

Yo no me he asomado jamás a la NBA para ver ganar a nadie, sino para ver perder a L.A. Odiaba a los Lakers en la victoria y los sigo odiando ahora mientras me regocijo con sus derrotas. Aborrezco su indumentaria morada y amarilla -púrpura y oro la llaman ellos, presuntuosos-. Odié a Magic Johnson y el feísimo gancho de Kareem Abdul-Jabbar. Me caía fatal Nick van Exel, me revolvió las tripas el fichaje de Shaquille O’Neal y, más aún, el de Pau Gasol. Pero nadie elevó tanto mi nivel de repulsión como Kobe Bryant, quien era al baloncesto lo que Holden Caulfield a la literatura, un irreverente con ínfulas de saberlo todo… sin haber alcanzado los 20 años.

¡Qué tipo tan deliciosamente aborrecible es Kobe! O era, porque hace un par de noches, mientras paladeaba la enésima derrota laker de los últimos tiempos a manos de los insípidos Denver Nuggets, el maquiavélico Isiah Thomas le llamó viejo y a mí se me acabó súbitamente el odio como, me temo, se me acabarán algunas noches en vela pendiente del Staples Center. «El baloncesto es un deporte para jóvenes», dijo Isiah con el dardo pegado a su lengua mientras casi deletreaba la apostilla: «not for old men». El adorno para tan indisimulada crítica era una sonrisa perversa después de resaltar el pobre partido de un Bryant limitado a 11 puntos en algo menos de 30 minutos en la pista. Y lo que es peor, disfrazado de escudero de jugadores sin jerarquía, como Jordan Clarkson o Lou Williams.

El Kobe del tiro elegante es hoy un señor mayor con achaques, una megaestrella que se apaga y confiesa que su juego da asco. ¿Y cómo odiar a un caballero que reconoce su ocaso? Lo que queda de Kobe está en las antípodas de ese escolta feroz que taladró con 81 puntos el aro de los Raptors una noche de invierno de hace ya nueve años. Sus cinco anillos apoyado en las anchas espaldas de O’Neal y Gasol son sólo una cifra, no una amenaza para los seis de Michael Jordan. En sus suspensiones, años atrás asquerosamente celestiales, apenas si cabe el aire de un neumático pinchado y el aro inmenso que divisaba desde la cornisa del pabellón parece ahora el ojo de una aguja.

Quizá nadie pueda quitarle jamás a Kobe la corona de jugador con más tiros errados en la historia de la NBA, como quizá ningún tipo pueda llevarme jamás a ese nivel de desasosiego nocturno. El paso rápido del tiempo ha arrasado su brillo y ha dejado a los aficionados angelinos con la desazón de saber que ya han empezado a despedirse del jugador más decisivo de la historia de su equipo. ¿Pero quién se apiada de los haters de los Lakers? ¿Acaso vamos a odiar a Julius Randle? Bryant se nos ha marchado y lo que queda de Kobe ha transformado las madrugadas en un intercambio de canastas insulsas. Sin emoción. Sin odio. Sin nada.

Kobe Bryant: «No meto ni una, apesto, soy el jugador número 200 de la liga»

Por Raúl Rioja

«No meto ni una, apesto». Así de contundente se ha mostrado Kobe Bryant ante su mal inicio de temporada. Si hace poco se quejó porque la ESPN, en su habitual ránking antes del comienzo de temporada le colocó en el puesto 93, ahora el alero de los Lakers se coloca a sí mismo en «el jugador número 200 de la NBA».

Kobe Bryant

Kobe Bryant ante Felton en el Lakers – Mavericks (EFE).

No le falta razón al mítico jugador de Los Angeles Lakers. En sus tres primeros partidos, promedia 17,3 puntos con solo un 31,4% en tiros de campo, sin duda un nefasto porcentaje. Ha lanzado a canasta 51 veces y solo ha encestado 16, con 6 de 29 en triples (20,1%).

Tras perderse buena parte de la temporada pasada por lesión, en esta se esperaba un Kobe más ‘tranquilo’, cediendo más protagonismo en ataque a sus compañeros, pero de momento destaca más su desacierto de cara al aro contrario, como él mismo reconoce.

¡Jack, qué bueno volver a verte!

Jack Nicholson, sentado para ver a los Lakers en su estreno esta temporada. (NBA)

Jack Nicholson, sentado para ver a los Lakers en su estreno esta temporada. (NBA)

Por Mario Serrano

Ver un partido de los Lakers jugando en casa no se entiende sin unos cuantos planos del star system de Hollywood que puebla cada noche las gradas del Staples Center. Una colección de actores, cantantes, presentadores y celebrities más o menos fija cada noche, pero que este 2015 había perdido a su buque insignia: Jack Nicholson.

El pasado, miércoles, los Lakers arrancaban en su cancha (TWolves – Lakers) la temporada contra los T-Wolves de Minnesota. Allí volvíamos a ver al gran Jack, como siempre, sentado entre su amigo Lou Adler y su hijo Ray. Los focos apuntaban a ese asiento, que la temporada pasada, no sabemos si por el mal juego de los Lakers o el estado de salud del actor (o ambas cosas), Nicholson había dejado huérfano e incluso había amenazado con vender.

Su fidelidad al equipo hasta esa crisis fue tal que, durante su carrera, nunca rodaba los días que tenía partido de los Lakers. Ha sido dueño durante cuatro décadas de una de las exclusivas sillas a pie de pista, siempre la misma. Un asiento por el que en el Staples se cobra alrededor de 2.600 dólares por un partido y 110.000 por la temporada completa, pero que en el caso del ‘seat Jack’ su valor es incalculable, por lo que el actor representa para la franquicia.

Esa silla había quedado vacía muchas noches, demasiadas para un equipo con el orgullo de los Lakers. Demasiadas para un loco del baloncesto como Nicholson. Su ausencia se convirtió en el mejor termómetro de la situación que atraviesa la ‘fiebre amarilla’. Una franquicia acostumbrada al éxito que suma fracaso tras fracaso en el final de la ‘era Kobe Bryant’.

Nicholson ya no actúa, no sale por las noches y nada queda del donjuán que fue. Pasa buena parte de sus días ‘escondido’ en su mansión jugando al golf, disfrutando de la colección de arte que compró a su fallecido amigo Marlon Brando o viendo cine. Apenas se deja ver en público y trata de aprovechar más el tiempo con sus hijos más jóvenes, convertidos en sus habituales acompañantes, a falta de romances, algo que ya es cosa del pasado para el mujeriego Jack.

Por eso, quizá, Jack Nicholson ha querido a sus 78 años recuperar su idilio con los Lakers y darles una segunda oportunidad. Ya veremos si lo del miércoles fue una aventura de una noche o ha vuelto para quedarse. En cualquier caso, encantados de verte de nuevo.