La evolución del PP muestra desde 1989 una trayectoria ascendente bastante más regular que la del PSOE, mucho más oscilante, con ascensos y descensos bruscos muy pronunciados a veces.
El PSOE de una elección a otra puede perder un millón y medio de votos, el 16% (Gen2000) y en la siguiente (Gen2004) recuperarse al alza, recobrando más de tres millones de votos, un 40% más de votantes.
Estos bruscos movimientos han estado muy vinculados con la participación: su pérdida de votos en 2000 tuvo mucho que ver con el descenso de 1 millón 800 mil votantes en dichas elecciones mientras que su importante ascenso en 2004 hay que correlacionarlo con el aumento de la participación que arrastró 2 millones 800 mil votantes más a las urnas.
Un descenso brusco ahora en 2011 no rompería por consiguiente con esa lógica que ya se dio en 2000 a favor del PP. Por su parte ésta candidatura alcanzó su techo, 10 millones 300 mil votos, en 2000, un proceso electoral con muy baja participación (68,7%), el índice más bajo del último periodo, gracias a la cual obtuvo mayoría absoluta, 183 escaños con el 44,5% de los votos.
Hay que señalar que sólo en 3 elecciones se ha alcanzado la mayoría absoluta, el PSOE en dos ocasiones (1982 y 1986) y la ya mencionada del PP.
Aparte de la excepcional marea de votos que fluyó hacia el PSOE en 1982, la segunda mayoría absoluta socialista con 184 escaños la obtuvo también con el 44% del voto. Por lo tanto este porcentaje de voto parece ser el valor de referencia del que disponemos hasta la fecha para considerar a partir de que umbral de voto una candidatura puede lograr dicha mayoría.
Sin embargo en las elecciones precedentes el PSOE alcanzó un 43,9 % del voto y sólo logró 169 escaños, 7 menos que la mayoría absoluta.
Por lo tanto no sólo tal porcentaje de voto es necesario sino que el porcentaje de voto de la principal candidatura oponente baje notablemente. En definitiva, si el PP aspira a la mayoría absoluta necesita que el PSOE se debilite a si mismo (abstención) o debe “robarle” muchos de los votos de 2008, esencialmente en Cataluña y Andalucía (dos zonas que sumaron 1 millón 800 mil votos de ventaja del PSOE sobre el PP en las Generales 2008).