Madre mía, a las alturas de semana en la que estamos y yo todavía no os he traído la tradicional propuesta de matrimonio entre pastelosa e irresistible de cada semana. ¿Con qué nos sorprenderás hoy, Bec? ¿Otro de tus vídeos comentados haciéndote el gracioso? ¿Otra vez malgastando este valioso espacio que te dan para escribir?
Pues sí, amigos, nos espera otro ejemplo más de lo que yo llamo «la vida becaria». La vida becaria es querer a tu pareja, citarla en un parque con una amiga, que se sienten en una mesa, y que de repente, cuando menos se lo espere, empiecen a llegar «unos amigos» que, fíjate tú la casualidad, se mueven de forma coordinada. La vida becaria es tener un poder de convocatoria acojonante chiripitifláutico, que te permita juntar a un montón de gente para hacer una locura como ésta:
La protagonista de las imágenes, que como habréis deducido es la muchacha de la chaqueta rosa, había quedado con una amiga para comer. Se citaron en un parque de Nueva York y mientras hacían tiempo pasó todo eso que habéis visto arriba: un montón de gente bailando The way you make me feel, de Michael Jackson, a la que se termina uniendo una orquesta y hasta un grupo de curiosos que tiran de móviles para captar ese inolvidable momento.
Volvemos a lo de siempre, aquí hay varias formas de ver la historia:
- Está la moderna, consiste en decir: «Bah, menudo espectáculo innecesario. No se puede ser más empalagoso».
- Está la gafapasta, consistente en: «Eso no es amor, lo único que quería ese chico era hacerse famoso».
- Está la romántica, que básicamente dice entre lágrimas: «Yo quiero eso para mí».
- Y está la trollyana, según la cuál: «Qué mierda hace el becario éste contándonos su vida, que no le interesa a nadie».
Yo me quedo, como es tradición, con una intermedia, algo así como… «Olé por el chaval, que le ha dicho a su chica ‘todo lo que la quiere’ tirando de ‘un par de amigos’ y eso no es nada fácil». Siempre que seas de involucrar a una cantidad tan grande de gente para algo como eso yo me quito el sombrero, porque envidio el poder de convocatoria (y la creatividad) de los vídeos como éste o el del lipdub matrimonial que os traje hace unos días.
Además, ya que los mercados siempre nos agobian con sus historias, nos complican tener hijos, criarlos, aspirar a algo mejor… ¿no os apetecería durante diez minutos estar sentados en un parque y que alguien organizara un espectáculo solo para ti? Si eso no te hace sentirte querido, la verdad no sé qué más podemos hacer por ti, jeje (uy, cuánto tiempo hacía que no ponía «jeje». Creo que lo pondré otra vez, para todos esos que cada vez que lo pongo se acuerdan de mis ancestros… «jeje»).
PD: Y ahora que estamos hablando un poco de todo… se dijo mucho del peluquero de Sergio Ramos, ¿pero y del de Cristiano Ronaldo? No vamos a decir nada? Sé que no viene a cuento, pero a alguien se lo tenía que decir.