Bueno, bueno, bueno. Entre gases, retortijones y cagaleras de la muerte, encaro el viaje mañana miércoles a Albacete. Pasajero de mochila y pantalón corto del asiento 2, bus 12. A las 15h tengo el autobús y llegaré a la ciudad manchega cuando bajen un poco los 32º previstos. Mi alojamiento en pleno centro está listo, tengo que preparar las fiambreras con la cena macarronera, he de meter todo lo metible en esa mochila, y me confieso intranquilo. Y eso que ni hay dorsales, ni hay posibilidad de perder aviones, vamos, que spanjaard está en su versión más mortal. Y este canguelo, ¿por qué?.
El entrenamiento ha sido de los más gloriosos. Tras darme de bruces con las 24h de Torrejón y tirarme 40 días de vacaciones trotísticas, nuevo arranque con los cartílagos de las rodillas haciendo runrun. Tres trotes monteses de más de 2h y otras dos semanas de tapering, técnica usada en círculos de deportistas para recuperarse, y que yo he aplicado para mí mismo como yoga pernil. Digamos que un ‘método Pepo’ mejorado, con menos pitanza y vinarros, siguiendo al pie de la letra lo que un día me dijo Garbanzito: mejor llegar corto que pasado. Pues yo voy tan corto que me doy miedo.
La estrategia de carrera me da repelús. Ahora sí: me confieso preocupado. El primer día tengo 14h como tope para embucharme los 70km mal redondeados (siempre saldrán de 73 hacia arriba). Si salgo a las 7am, debería estar con la luz de día llegando a Almansa, la fortificada. Ahí me espera el trinomio 3C [civilización-cenorra-camastro], tras horas y horas pasando por pistas eternas blablabla, ya sabéis, el soniquete del romanticismo ultrafondista, la caminería histórica y el feng-shui de las zapatillas de correr de su putísima madre. La última vez que llegué a 70km llovía a mares, me dolían las rodillas y eché unas 9h; el truco ha de estar en caminar y relajar en las zonas de ascenso a Bonete y las horas de más calorina. Sin duda, me envidiarán hasta los que están en la Costa Azul hinchándose a dry martinis.
El despertar; ese será la clave. Cómo me despierte el segundo día. Un día normal me debería levantar encorchado y dolorido. La cosa es no terminar tan mal la primera zurra como para desayunarme 63km. Lo he hecho en otras ocasiones tras días de 100km y tal. Pero esto no es una ciencia exacta. El premio merece la pena el esfuerzo: salir de la llanura manchega y entrar en los cerrillos valencianos, sombra, pinos y caserio disperso. El premio subsiguiente al segundo despertar será encarar las montañas de la Gallinera, asomar al mar, terminar de una puta vez. Romanticismo elevado al cubo.
Comunicación. Coooño con la sociedad de la información, los sms, si encuentro o no un ordenador para dar crónicas… me cago en la leche, ¿sólo os preocupa que llegue con el cerebro con suficiente oxígeno para contarlo? A mí en estos momentos me preocupa llegar entero y sin chamuscar y los fieles de la fibra óptica andan pidiendo literatura. Estoy aún por dejar la cámara de fotos en casa y ahorrarme 130gr. ¿Se podrán mandar telegramas aún?.
Así que en este nido de águilas de mi 4º piso, desde el que veo el páramo de Paracuellos, las pistas de Barajas, los cirros deshilachados del este alcarreño, me revuelvo intranquilo en mi silla. Mi santa y yo nos reimos por reirnos, no creáis. Pero aquí dentro… hay mariposas.
Desde Zürich sigo tu blog, como las almorranas, en silencio. Hasta ahora no me había dado por escribir ningún comentario, pero creo que ahora ha llegado el momento. Mucha suerte en tu aventura, espero que todo te vaya bien.
12 agosto 2008 | 20:21
Viel danke, Feralvarez. Anda que, esto de leer blogs en silencio… un vicio que no entiendo. Bueno, esto y las tragaperras. Pues dame más caña y menos palmaditas, que esto parecerá un grupo de autoayuda.
12 agosto 2008 | 20:49
Te tendrían que seguir un cámara en moto y un helicóptero, pa’ retransmitirlo vía satélite (seguro que tenías más audiencia que el tiro olímpico con pistola de aire comprimido a 10 metros)… ¡así que no te quejes! : espero que desde el centro-base de comunicaciones, tu santa o quien sea ponga por aquí comentarios épicos o (in)tranquilizadores.
12 agosto 2008 | 20:58
A lo mejor le dejo instrucciones de wordpress para que cuente algo. Buena idea Pablo.
13 agosto 2008 | 07:16
Mucha suerte Luís por esos caminos de Dios, y si tienes tiempo y te quedan ganas, cuando llegues a destino cada día cuéntalo, que estará recién pescado, ya sabes; si pasan días pierde frescura ;-).
Aquí habrá gente siguiéndote.
Un abrazo.
13 agosto 2008 | 07:17
Tu ve aprendiendo Paquito, que lo mismo cambias de medio de locomoción en ese Getafe-Tarifa.
13 agosto 2008 | 07:43
Bon vent, bonne mer, spanjaard !
13 agosto 2008 | 08:49
De Vliegende Spanjaard, Maria Jesús… navegando por los caminos resecos. Un abrazo.
13 agosto 2008 | 08:51
Leyéndote, me he puesto hasta nerviosa yo!!!…no me puedo imaginar haciendo eso to solateras…
Admirable tu locura, Spanji.
Que te vaya genial. Te enviaré buena energía telepática desde donde esté.
Besitos.
13 agosto 2008 | 09:17
Gracias valenciana. Recogeré la energía a cubos. Besos!
13 agosto 2008 | 09:26
Que vaya todo bien (con sus incursiones necesarias en lo extraño, peligrosillo e inquietante) y que disfrutes como un enano. Y que Iván se una en el momento apropiado y podáis compartir silencios, pasos y risas.
Me acordaré de ti cuando mañana me apee en San Lorenzo de El Escorial para iniciar mi propia aventurilla.
P.D. El relato de las correrías ha de ser EXHAUSTIVO. Tú verás lo que haces.
13 agosto 2008 | 12:04
Entrenamiento. Vas sobrado. Con el paso de las décadas (se dice pronto) se te hace el cuerpo a las largas distancias.
Yo vengo de hacer más de 6 horas en Valtiendas (último lugar, of course) después de dos meses sin catar unas zapatillas. X-DDD
Fotos. Fotos. Fotos. 🙂
Y disfruta de la soledad. Si acaso te viniera un bajón, sólo tienes que pensar en los atascos y gentíos de Madriz, en las torres que te ocultan el horizonte, la luz que no te deja ver las estrellas (todavía están ahí, como he comprobado este FinDe) y tantas y tantas cosas.
Mucha suerte, porque lo único que te puede estropear esta fiesta es un contratiempo.
Así que tranqui, que en unos días estarás de vuelta. Y añorando esas caminatas, esos paisajes y esas sensaciones. 🙂
P.S.: acabo de ver el chat de GMail. 🙁
13 agosto 2008 | 12:57
La «pantera rosa» te desea que sufras un huevo pero que vuelvas pletórico. Como solo se llega cuando has dado lo mejor.
Tarde como siempre, dudo que ya leas esto antes de que te embarques en tu particular aventura. Pero bueno, es lo que tenemos los desmemoriados.
Vuelvas o no, lo que de verdad esperamos es tu crónica de sucesos con esa habitual prosa tan amena.
Disfrútalo, que al final -incluso pajarraco perdido-, es de lo que se trata.
s
13 agosto 2008 | 17:34