Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

La política del 50,01%

Puede que la democracia no se acabe con una explosión, sino con un arañazo. Las técnicas de márketing político, de ajuste de los mensajes a la realidad demográfica, de retoque fino de los mensajes, han llegado a tal nivel de perfección que una larga ristra de elecciones se está decidiendo por márgenes dentro del intervalo de error. Desde las estadounidenses de 2000 a las actuales en el México de 2006, pasando por la sorpresa italiana de 2005 o las españolas de 2004 (desagradables sorpresas aparte), la moda de los últimos años es ganar por la mínima de las mínimas. Gobierna el 50,01%.

Por un lado, esto sitúa los estándares de limpieza electoral en niveles ridículos. Cuando la diferencia de votos está dentro de cualquier margen de error razonable en el recuento, el ganador lo decide (casi literalmente) el azar. Por el otro esto significa que cada voto cuenta. Todos y cada uno de ellos, porque la diferencia se establece por el voto de un puñado de personas, desproporcionadamente poderosas, por tanto. Lo único que impide que gocen de su poder es que ignoramos quienes son: de lo contrario los partidos les bombardearían de publicidad sólo a ellos. Quizá una idea a considerar…

La cuestión es qué hacer en estas circunstancias, si el fenómeno es deseable o rechazable, y de ser así cómo resolverlo. Por lo pronto, hay una cosa buena: los gobiernos del 50,01% no pueden encabronar a demasiada gente, por su propia supervivencia, y las oposiciones del 49,99% tampoco. Tal vez eso explique, paradójicamente, el general aumento de la bronca política en las democracias. Cuando no hay diferencias reales hay que elevar el volumen, a ver si así se destaca…

[small]Corregida una errata el 7/9/2006.[/small]

9 comentarios

  1. Dice ser acalpixca

    A mí la afirmación de que la política se ha convertido en un ejercicio de erosión de la ventaja en intención de voto que te lleva tu oponente me parece que describe bastante bien lo que está pasando hoy en día.El caso de México es notorio. La campaña electoral para los pasados comicios del 2 de julio empezó de lleno hace ¡¡tres años!! con lindezas como: casi meter en la cárcel a López Obrador (entonces jefe de gobierno del DF) por ¡¡construir la entrada a un hospital público en un terreno (baldío) supuestamente no de propiedad pública!!, organizarse mutuamente «videoescándalos» convenientemente entregados a la cadena televisiva pertinente, insultos, blogs y sitios web de quasi guerra, el YouTube echando humo con tanto video… Insultos, fuego cruzado, de un lado y del otro. (Lamentable, pero tristemente común en todas las democracias. Si no me creen, pongan la tele y escuchen las lindezas de Rajoy, Zaplana, Acebes, Rubalcaba…)Y así el resultado de esta táctica en México fue una erosión continua y constante de la ventaja de Obrador frente a Calderón que desembocó en su derrota electoral (probablemente limpia, probablemente achacable a algún error técnico si acaso) por la mínima. No creo que hubiese fraude: no fue necesario. El trabajo sucio previo funcionó muy bien.Si hasta en Suecia, tan honorables ellos, ha habido guerra sucia de último momento y denuncia por «jaqueo» del partido perdedor.http://lavigilanta.blogspot.com/2006/09/en-suecia-el-partido-pira…Si Pericles levantara la cabeza.Saludos.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  2. Dice ser edixon

    arriba las dictaduras!lol ^^yo pienso que las dictaduras o el comunismo no son tan malos, siempre y cuando el lider no mutile tanto las libertades, por lo menos en mi pais, aya en la dictadura entre los 50 y 60s, Jimenez mantuvo un gobierno autoritario y personalista pero el hombre hizo las mil maravillas, modernizo las ciudades pavimento y creo carreteras (con CONCRETO!!!) las grandes estructuras que hoy en dia son patrimonio de venezuela, y creo que fue la unica vez que el pais estaba avanzando en punta de lanza en la economia, era una administracion ambiciosa y eficas, pero por otro lado el tipo perseguia a los opositores, periodistas, etc, les aplicaban torturas horribles entre otras cosas para callarlos, quizas si no hubiera sido tan autoritario nuestra gente no se hubiera dejado seducir por las promesas de una libertad en democracia(que hasta ahora les va terrible ^^).pero creo que el miedo era la herramienta de su exito en el orden publico no?, si pero si no hubiera sido TAN rudo, quizas, quizas….ah y 50.01%???… por favor

    07 septiembre 2006 | 5:05

  3. Dice ser Fenson

    Retiario, de analista apañado de nuevas tecnologías a analista de todo lo que haga falta. Así que, de entrada, la única razón posible para estos resultados tan ajustados ha de ser, sin género de dudas, una lucha ajustadísima de la propaganda electoral. En estos análisis hay que andar con pies de plomo.

    07 septiembre 2006 | 8:54

  4. Dice ser votante

    A mí se me ocurre otra posibilidad. Ultimamente los ciudadanos que votan no lo hacen porque les guste ninguno de los candidatos sino porque piensan que hay que hacerlo por responsabilidad. Hablando con italianos y con peruanos hace poco, esa era la impresión. Así que a unos les parece menos impresentable uno y a otros el otro. o peor, lo hacen al «pinto pinto gorgorito» lo que explicaría el fenómeno estadístico. Pero no votan a nadie porque le haya convencido de nada sino por el «luego no te quejes» y tal.

    07 septiembre 2006 | 9:15

  5. Dice ser Sarasate

    La causa puede ser que hay muy poca diferencia entre votar a los unos o a los otros. Cuando más evolucionada está una democracia, más se acerca al modelo de un par de opciones que a la postre se comportarán prácticamente igual en el gobierno y que son conocedoras de que tiene que haber una alternancia en el poder y lo importante es mantenerse el mayor tiempo posible aunque esto no suele ir más allá de un par de legislaturas.Así pues, parece que la ventaja de la democracia sobre la dictadura se reduce a que en ésta elegimos entre al menos dos organizaciones dictatoriales y su mandato es temporal por lo que a la vez siguiente podemos cambiar de dictador, cambio que realmente sólo afecta a los políticos y sus adláteres y mentores que ganan o pierden puestos de influencia desde los que enriquecerse. Al pueblo llano al final le da lo mismo quien gobierne.El principio es indiscutible: eliges libremente tus representantes entre cualquiera que se presente. Sin embargo, la realidad es que los únicos que pueden presentarse con posibilidades son grandes partidos con suficiente dinero para montar enormes aparatos propagandísticos y que ya están organizados y adoctrinados para dar al ciudadano exclusivamente lo que han acordado que se puede dar, o sea, lo mínimo para que acuda al engaño, si se me permite el término taurino. De este modo queda abierta la vía de acceso al poder de los grandes capitales, que “invierten” en financiar a esos partidos. Como consecuencia, existe una absoluta dependencia de las corrientes económicas internacionales que marcan sendas de las que no es posible salirse so pena de desaparecer del mapa, a veces incluso físicamente.En este estado de cosas, al carajo las libertades de pensamiento, los ideales humanísticos y la solidaridad y esas zarandajas, a lo único que aspira el pueblo es a unos parámetros mínimos de satisfacción de las propias necesidades primarias: comer y ver la tele, una cierta seguridad y un techo bajo el que cobijarse aunque sea encogido. En definitiva, que te dejen un cubículo en el hormiguero para pasar desapercibido.Lo único a favor es que donde no impera el sistema democrático la cosa todavía es peor.¿Tiene esto solución? La que se me ocurre es quizás un poco drástica.Un saludo,

    07 septiembre 2006 | 9:22

  6. Dice ser eloisa

    Hombre, lo que está claro es que en las campañas electorales ningún politico explica honestamente su programa. La gente vota (excepto los afiliados y unos pocos más que se leen los programas electorales) por el carisma (??) de los candidatos, o peor aún si les parecen guapos o tienen más labia. Es más, los programas electorales de un demócrata y de un republicano americano, desde Europa, son bastante indistinguibles. Y es más, fiate tú de los programas electorales «OTAN, de entrada NO», por ejemplo.

    07 septiembre 2006 | 9:23

  7. Dice ser carles

    Perdonad lo del corta y pega y la repetitividad en mis mensajes, pero no hay casi nadie que apoye nuestra iniciativa, ni siquiera El Mundo se hace eco.Evidentemente el PSOE no va a ayudarnos…pero es q el PP tb pasa de nosotros.Si la introspección en el 11-M hubiera dependido exclusivamente de la actividad de oposición del PP, ahora mismo no sabriamos NADA de NADA…ni siquiera nos hubieran informado de q todos los imputados trabajaban para la policía como confidentes.Recordemos las palabas de Gallardón «hay que pasar página».¿Acaso alguien de vosotros ha oido algo de la convocatoria excepto en este blog y quizás un poco en el de Luis Del Pino?Recuerdo la convocatoria del 11 de Agosto. En nuestra localidad enviamos la información a todos los medios y a todos los partidos políticos, incluido el PP. ¿Sabeis cuántas personas acudieron? Pues vinieron 4, y no eran del PP…¡¡fijaos q uno era de la CNT!!Pero es q en la CNT hay gente decente que, obviamente, ve cosas muy raras en el 11-M.CONVOCATORIA 11 DE CADA MEShttp://blogs.periodistadigital.com/11decadames.php¡¡¡ PÁSALO !!!

    07 septiembre 2006 | 9:40

  8. Dice ser Jesús

    El problema no es que se gane por el 50,01% de los votos. El problema es que haya sólo dos partidos políticos y uno de ellos consiga la mitad de los votos y el otro la otra mitad, prácticamente.El sistema de voto del Senado es mucho más «democrático» ya que el sistema es de listas abiertas y prima la persona al candidato oficial.Lo malo es que el Senado no cuenta para nada.

    07 septiembre 2006 | 10:41

  9. Dice ser Alberto

    Los problemas que generan esos resultados se solucionan mediante un sistema electoral mayoritario, en lugar de proporcional (aunque esté más o menos corregido, como en España).De esa forma el que gana se evita caer en manos de partidos bisagra que tienen un enorme poder en sus manos sin que haya correlativamente un número de votos que lo respalden y que, muchas veces, tienden a los particularismos y localismos (nacionalismos) en perjuicio de la gobernabilidad del estado. Es lo que pasó en España con la primera legislatura del PP o con la actual del PSOE. A mi juicio se deberían evitar esas situaciones como si de la peste se tratara.

    07 septiembre 2006 | 19:42

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