‘Hora punta’, relleno entre programa y programa

1475841600009Javier Cárdenas ha dado el salto al early night de la televisión estatal con Hora Punta, un espacio pensado para impactarnos, entretenernos, sorprendernos y hacernos reír, y que en las pocas ediciones que nos ha brindado TVE se queda en una extensión audiovisual de su programa matinal en la emisora radiofónica Europa FM.

Incluso el equipo de colaboradores repite en este espacio que sucede al Telediario y que, dada su situación en la parrilla, podría atraer y mantener en la cadena a unos cuantos cientos de miles de televidentes que así no harían zapping a El Hormiguero (Antena 3) o First Dates (Cuatro).

Pero, a pesar de las buenas intenciones, de lo visto en Hora Punta te quedas con que, primero, el programa no tiene un guión marcado lo que le da un aire caótico e improvisado. Segundo, no tiene entidad propia, y se queda en un mero ‘puente’ hacia otros espacios que le siguen que sí que arrastran audiencia. Tercero, abusa de los vídeos virales que todo hijo de vecino puede ver o recibir por Internet y las redes sociales. Cuarto, a pesar de los esfuerzos de Cárdenas, los colaboradores de los que se rodea carecen de chispa. Quinto, otro abuso, en este caso de invitados para auto bombo de la cadena (OT: el reencuentro y similares). Sexto, ¿de verdad que Àlex Casademunt (ex triunfito) es un colaborador de Hora Punta? No aporta nada de nada.

En este oficio de la televisión, a veces aciertas y a veces no. Y a pesar de que el espacio que capitanea Cárdenas en Europa FM engancha y ameniza las mañanas al oyente, por la noche, y en la tele, no funciona. Hacía falta un paso más en su planteamiento que, de momento, no se ha dado. Los recursos fáciles no siempre cuajan…

Otro programa ‘puente’ que se inventaron en TVE en verano, con los diálogos y la voz en off del actor y director Santiago Segura, y sacando imágenes de archivo del Ente, tuvo infinítamente más gracia e interés que Hora Punta.

 

Juan y Medio no salva ‘El amor está en el aire’

58El amor está en el aire, el nuevo programa de entretenimiento de Antena 3, es un déjà vu de programas del pleistoceno del canal privado: desde Lo que necesitas es amor a Sorpresa, sorpresa o Hay una carta para ti, y de la competencia (Hay una cosa que te quiero decir de Telecinco).

Para este refrito, A3 ha confiado la conducción en Juan y Medio, un presentador que cae simpático pero que ni con eso ni con su buen hacer puede evitar el naufragio de un formato que no arriesga ni innova y, aún peor, que copia sin estar a la altura de sus predecesores. Ares Teixidó como co-presentadora solo hace que ahondar en este desaguisado televisivo.

Si se ha querido aprovechar el buen tirón de audiencia de otras apuestas de dating shows como First Dates (Cuatro) no han estado acertados.

Este programa vuelve a dejar en evidencia uno de los principales handicaps de Antena 3, que queda al descubierto con el inicio de cada temporada.

Salvo pocos aciertos recientes, véase Tu cara me suena, el canal no atina a la hora de apostar por espacios de entretenimiento. Siempre hay una pata de la mesa que les cojea: o el presentador o el formato, sobre todo.

Y esperando reeditar glorias pasadas de manera facilona no llegarán a buen puerto. Necesitan una revolución interna para encontrar la fórmula. Ni desde el plató ni desde el baúl de los recuerdos sino desde los despachos.

Màxim Huerta: ‘Un hombre y un destino’

Màxim Huerta (Utiel, 1971) mezcla turismo, historia y cinefilia en su retorno a la televisión, esta vez, en un registro bastante diferente al que nos tenía acostumbrados como conductor de telediarios y del programa de Ana Rosa Quintana.

En Destinos de película, sumerge a la audiencia en escenarios de cine reales que él visita y muestra con todo lujo de detalles. En estos reportajes, que han pasado ya por países como Marruecos, Huerta demuestra que es un periodista de piel, que siente lo que narra. De ahí, que el principal gancho del espacio sea el entusiasmo que el valenciano contagia con sus explicaciones, entrevistas y descubrimientos.

Por otro lado, el programa parece un poco fácil en el sentido de que la idea es sencilla y la abundante bibliografía sobre el tema facilita las cosas. Solo faltan tiempo y recursos televisivos para plasmaimg_5162rlo en una serie de reportajes.

Parece, además, un espacio más propio de un canal temático al estilo de Viajar que de una televisión generalista. Incluso, pegaría más con la programación de La2. De ahí, el atrevimiento de la propuesta: hacerla competir con productos que no tienen nada que ver, ni en formato, ni en continente, ni en contenido. En horario de late night.

Huerta tiene muchos atractivos como conductor. Es una persona calmada, educada, simpática, y transmite credibilidad y honestidad sin necesidad de mostrarse lejano al espectador o estirado como persona.

Se le ve contento del cambio de registro y eso motiva a seguirlo en sus viajes. Toda la suerte del mundo en esta aventura que es educativa, entretenida y que transmite pasión.

Y una idea: le animamos a que haga una segunda entrega del programa dedicada a otra de sus pasiones: los libros. Seguro que lo borda.

 

Flechas del amor (re)torcidas

First-dates_MDSIMA20160414_0372_38Las buenas flechas de Cupido son caprichosas y te tocan cómo y cuando quieren, como en una especie de lotería del amor en la que el bombo tiene muchos números pero pocos son los verdaderos afortunados del sorteo. Esta parece ser la lógica sentimental del mundo, excepto en un pequeño reducto televisivo de este nuestro país, donde las flechas del amor de Karina se lanzan como los dados, al tuntún. 

First Dates va cosechando en Cuatro una audiencia creciente y algunas citas triunfantes (las menos) pero más que al poder como Celestina de este programa, el mérito deberíamos dárselo a los responsables del casting por el arte que tienen a veces juntando a opuestos frente a una mesa. O a gente más rara que un perro verde.

Y el caso es que el programa funciona y logra engancharte como espectador en una especie de lógica entre absurda y voyeur en la que, si te tragas la primera cita, acabas viendo hasta la última, y queriendo saber su resultado final tras un segundo encuentro del que ya no somos testigos (un «continuará» que dejan, por cierto, bastante en el aire).

También es curioso ver los diálogos que se establecen entre los protagonistas de cada cita a ciegas y los trucos de seducción que se llegan a utilizar aunque aún es más interesante ver cómo evolucionan las cenas de los comensales que desde el primer segundo ves abocados a fracasar en su búsqueda del amor, a sabiendas del guionista, el casamentero bromista de este invento.

Somos también testigos de encuentros donde los candidatos a ser pareja vienen tan predispuestos a ello que, efectivamente, lo consiguen. O eso parece, porque cuando ves repetidos a varios rostros que han aparecido en otros programas de Mediaset en este fregado de citas, dudas de la naturalidad de su elección.

Seguramente, First Dates no ha inventado la pócima del amor pero sí que nos conecta con las citas que tuvimos (o no) y esa identificación es la fórmula simple de su éxito.

El viacrucis de ‘Las Campos’

En pleno agosto, María Teresa Campos y su hija Terelu han innovado registro televisivo y se han erigido en protagonistas del docu-reality, que no reality, del verano. Que lo suyo no es un programa de tele realidad «donde la gente se encierra en una casa para convivir» lo ha repetido hasta la saciedad la matriarca Campos en su tour auto promocional por los platós de Telecinco, dando explicaciones y sobre todo, defendiéndose y justificándose con saña de las opiniones de sus compañeros de profesión sobre Las Campos.

Que María Teresa, y su hija por extensión, carecen de toda auto crítica, ha quedado demostrado con las numerosas entrevistas que ha concedido para promocionar el espacio, que pretende ser un reflejo del programa de la saga Kardashian que triunfa en los Estados Unidos pero sobre una familia «tradicional», dice la Campos. las campos

La mamma Campos se ha sentido molesta por las opiniones que insinúan que su hija Terelu no se cuida físicamente y que no tiene carrera profesional propia, que ella ‘obliga’ a su asistenta a llamarla de «usted», que malgasta la comida en un restaurante al que va a cenar con su pareja Edmundo, que este es poco amigo del trabajo levantándose cada día a partir del mediodía, que no duermen juntos o que se ve poco con sus hijas. En una entrevista que concedió esta misma semana a Ana Rosa Quintana, fue tal el grado de autodefensa de María Teresa que AR acabó desistiendo de todo comentario que no fuera jabonoso.

Realmente, este programa quizás se ha equivocado de protagonistas. Primero, porque ambas no parecen nada cómodas enseñando solo un 10% de su intimidad y controlando al máximo hasta donde se dejan ver. Y, no satisfechas con el resultado y manifiestamente inseguras sobre el mismo a pesar de que la audiencia las respalda, sacan la espada.

Y, segundo. Tampoco son las pioneras del docu-reality en España. Alaska y Mario Vaquerizo sí lo fueron mostrando su vida superficial y divertida, y sobre todo creíble, y demostrando que tienen mucho más estómago y que se ponen el mundo por montera. No creo que Alaska tenga dudas sobre si este formato empaña su trayectoria artística, más que contrastada. María Teresa sí las tiene.

Con todo y con ello, Terelu sí que tiene destellos de naturalidad, pero eso sí, exagerados. Como cuando fue a comprar a un mercadillo y se gastó 120 euros en un solo puesto, comiendo porras o cuando sale con sus amigas, cubata en mano. Algo es algo.

 

 

Para qué volver, ‘Hable con ellas’

img_jsilvestre_20160715-130751_imagenes_lv_terceros_cnzfq19wgaa_wbs-kvHI-U403236108996wKD-992x558@LaVanguardia-Web13731967_530809910437627_8483554958488717495_oUno de los programas Guadiana (que aparece y desaparece) por excelencia regresa con la canícula estival. Hable con ellas se vuelve a asomar a la parrilla de Telecinco, esta vez en horario prime time los domingos, y conservando a solo dos de sus conductoras respecto a ediciones anteriores: la todo terreno Sandra Barneda y la inocua Rocío Carrasco.

Para su reestreno, el programa ha incorporado a una cara del corazón en pleno candelero: la modelo Alba Carrillo, de moda catódica por su separación-culebrón del tenista Feliciano López. E incorpora a un personaje que popularizó Jordi González en su etapa al frente de TNT (2006), Soledad León de Salazar, una dama pija interpretada por el actor Josep Ferré. Completa el soso quinteto Mónica Martínez, presentadora de Adán y Eva (Cuatro).

De los tres platos fuertes que nos pusieron en bandeja en su retorno, dos de ellos eran entrevistas con dos de sus conductoras, las más faranduleras: Alba Carrillo por despechada y Rocío Carrasco por estar a punto de pasar por el altar.

La primera se abrió en canal a las preguntas de sus compañeras y acabó a lágrima viva.

La segunda no soltó prenda y se limitó a escaquearse y salir por la tangente del tibio cuestionario de Barneda y compañía, que parecían temerla. El tercer momento estelar era la visita de Lara Álvarez, recién regresada de Honduras tras finalizar el reality Supervivientes. Y no lo explotaron lo suficiente relegándolo al final del primer programa.

No hay salsa en el elenco de presentadores, y tampoco espíritu ni incisivo ni gamberro que sí daba Yolanda Ramos. Por lo que el programa se queda en algo descafeinado que produce somnolencia y todo lo contrario al morbo al que nos tiene acostumbrados Telecinco, sobre todo por las noches.

Que opten por un formato y un estilo más comedido para tratar temas del corazón o de actualidad sería una buena noticia para limpiar la maltrecha imagen del canal, pero deberían no convertirlo en un despropósito.

Tan malo es pasarse de frenada como quedarse corto. Y auguro que Hable con ellas se ha quedado sin gasolina tan solo arrancar. Para este viaje no hacía falta resucitar al muerto.

 

Famosos al tajo

CnPjLKQWAAAHUyrLos famosos se ponen el traje de faena en Trabajo temporal, el nuevo programa del late night de TVE. Pero puntualicemos: lo hacen, más bien, de cara a la galería. Ya hemos visto a un par de famosos dando el callo: al presentador Carlos Sobera y a la polifacética Ana Obregón. Para darle más morbo al asunto, los trabajos escogidos son de los de doblar el lomo. Sobera se mete a carretillero y Obregón a limpiadora de un hotel de lujo, de los que ella frecuenta como clienta VIP.

De momento, el producto se queda más bien en un intento de que lleguemos a empatizar con los famosos metidos a currantes. De entrada, los jefes que les reciben en sus puestos de trabajo temporales, y sus compañeros, son todo bondad y amabilidad. Cualquiera diría que hay una cámara de por medio.

Las introducciones en las respectivas empresas  y tareas van acompañadas de una selección musical bien escogida y con gusto, que dulcifica en exceso la situación e incluso la llega a banalizar. La banda sonora de los curritos cuando entran a limpiar o a descargar camiones a las cinco o las seis de la mañana se parece poco a una canción de Maroon 5. Y el trabajo duro tiene poco de publirreportaje, tono que sí le podemos perdonar a otros programas de la cadena, del estilo, y al menos algo más educativos, como por ejemplo Fabricando made in Spain. 

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Sobera explora en su día de mozo de almacén su vis cómica con cierta gracia, pero a Obregón, la sobre actuación la traiciona. Sus imágenes, con música de fondo, riendo con su compañera de turno mientras extiende unas sábanas en una de las habitaciones del hotel o lanzándole almohadas en plan ‘amiguitas’ rozan el ridículo. Otros de sus comentarios fueron: «Os desriñonáis aquí», «yo alucino» o «no veas cómo han dejado la cama, la gente es un poco guarrita».

Sorprende que TVE ponga a famosos a limpiar, planchar, lavar, aspirar, ordeñar o patrullar sin ningún objetivo más que el entretenimiento, que tampoco se produce ni se soluciona bien televisivamente hablando.

Convierte el trabajo temporal (un handicap social para millones de españoles) en un espectáculo. Se agradecería que los pusieran a trabajar por un día pero de verdad, no de postureo. Y si fueran políticos los empleados, hasta les premiaríamos. Así se enterarían de lo que vale un peine.

Acoso que no es banal

img_gmartin_20160629-000735_imagenes_lv_otras_fuentes_sva-kCFE-U402946345151SiC-992x558@LaVanguardia-WebMediaset apoya con campañas como ’12 meses 12 causas’ temas de contenido social muy loables, como la lucha contra la violencia machista. También ha impulsado el programa ‘Proyecto Bullying‘ contra el acoso en escuelas, institutos y universidades, una problemática social de gran calado y gravedad para quienes sufren este maltrato y sus familiares, amigos y profesores.

Pero todo este trabajo en favor de la comunidad se tambalea cuando en uno de sus programas de entretenimiento y de máxima audiencia: Supervivientes 2016, una de sus estrellas mediáticas, enviada a la isla para dar carnaza con su verborrea incontenible, se va de madre, y se pone a hostigar a otra concursante de forma flagrante.

Salvando las distancias más que evidentes entre los mencionados dramas de la violencia escolar y de género, y centrándonos en una problemática exclusivamente de tipo televisiva como la de este concurso, la actitud de Mila Ximénez hacia Yola Berrocal es del todo inaceptable. Y encima cuenta con la complicidad del resto de compañeros de destierro en Honduras.

Y el programa, lejos de haber afeado o censurado a la sevillana su comportamiento, repleto de gritos, insultos y comentarios ofensivos e hirientes en los que tacha a Berrocal directamente de tonta, retardada e infantil, de torpe, de solterona y yerma (por no «haber sido capaz de casarte y tener hijos con 45 años») y por consiguiente, de ser incapaz de convivir y compartir con nadie, la ha premiado con formar parte de la final.

Además de haber demostrado una mala educación de campeonato y una maldad manifiesta, Ximénez ha arrasado en esta edición del concurso con las pocas normas de urbanidad que le quedaban a este programa, que es cómplice de la actitud de la concursante ‘estrella’ por su silencio respecto a su comportamiento.

Gane quien gane la competición, ya no lo ha hecho ni el juego limpio ni el buen ejemplo a los televidentes. Y la pasividad de la dirección del programa hacia la ‘macarra’ de Ximénez no es algo banal. Los desacredita.

 

A vueltas con las parodias

quero bertinA Bertín Osborne no le ha gustado nada la parodia de Andreu Buenafuente en Late Motiv de #0. La ocurrencia del showman de Reus de poner a su imitador (por cierto, buenísimo) Javier Quero, entrevistando a Hitler en una imitación de Mi casa es la tuya (T5) enfadó y mucho al presentador y artista jerezano, hasta el punto de llamar públicamente «absoluto miserable» a Buenafuente.

Desde Late Motiv no presentaron excesiva batalla al insulto de Bertín, y se limitaron a dedicarle un programa con un rótulo que apareció en el inicio del espacio. Con esta tibia respuesta, no exenta de ir cargada de fuerte ironía, desde el espacio parece que no quisieron abrir más la herida causada por la polémica, ni tampoco contra atacarla con otra parodia igual o más sangrante que la anterior.

Pero le pusieron a su respuesta televisada una guinda final. Buenafuente se sentó entre el público y, palomitas en mano, se dispuso a ver un capítulo de la serie Pasión de gañanes, protagonizada por, como no, Bertín Osborne, junto a políticos como Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Albert Rivera y Mariano Rajoy.

Bertín, no obstante, sí que movió ficha. Y para esta misma noche de lunes, en lugar de emitir su encuentro (anunciado previamente) con el actor Antonio Banderas, ofrece una entrega diferente protagonizada por el propio imitador, Quero, que visitará al presentador en su casa y suplantará su personalidad con la complicidad de la propia mujer y los hijos del anfitrión.

Buenafuente y su equipo interpretaron unas declaraciones realizadas por el cantante a la revista Vanity Fair sobre su entrevista soñada, que sería con Hitler, tal y como dijo él mismo: «saber lo que tiene un tío como ese en la cabeza debe de ser surrealista. Ha habido muchos monstruos, pero él es el más reciente».

Una persona como Bertín, que hace gala de estar curtida en mil batallas televisivas, no debería sorprenderse de que la parodia es una libre interpretación de la realidad con conclusiones que pueden gustar, o no, al parodiado. Él mismo ha participado y participará en imitaciones y bromas varias, en televisión, radio o teatro, y por muy blancas que siempre las pinte no serán del gusto de todo el público.

La parodia no debe llevar al insulto ni a la calumnia, está claro, pero no debe ofender solo cuando no nos retrata tal y como estamos acostumbrados (quizás mal acostumbrados) y tampoco debe llevar a descalificar, una respuesta sí que muy real y nada ficticia, como sí lo fue el sketch, guste o no.

 

Entrevistas ‘chanantes’

joaquin-reyes-jorge-javier-vazquez_gallery_aCon la muchachada ‘chanante’ no hay medias tintas. O los quieres o todo lo contrario. Su máximo estandarte, Joaquín Reyes, se está marcando un tanto en Cuatro con su espacio de entrevistas ‘Feis tu feis’, donde vemos cómo va conociendo al personaje con el que acaba mimetizándose al final de cada programa.

Ya se han puesto en sus manos desde Pablo Iglesias a Jorge Javier Vázquez, en una suerte de ‘celebrities’ pero con el morbo añadido de contar con el verdadero yo en el que se desdobla Reyes (así como su reacción) y con la ventaja para el espectador de haberlo conocido más a fondo en el transcurso de cada capítulo.

En tiempos de tanta mediocridad y simetría en las parrillas, se agradece una apuesta diferente pero sin llegar al extremo surrealista que caracteriza a la ‘troupe’ cómica manchega. No hace la competencia, en todo caso algo de parodia, ni a las entrevistas de Bertín Osborne ni a las de Susana Griso.

Pero sí que conocemos aspectos y aristas de los invitados que hacen de este un programa más allá de la mera imitación, por otro lado, siempre brillante de Reyes. Se deduce que, dados los diferentes talantes de Osborne, Griso y Reyes, no se pisarán entre ellos a los entrevistados.

El mérito de que cuaje este formato de parodia será también compartido entre el humorista y el resto del equipo de ‘Feis tu feis’, pues el montaje y el ritmo del espacio está muy influido por la sabia mezcla de ambos.

Pero sin duda, la salsa y la sal del programa la pone Reyes, y como pasa con la cocina, si no te gusta este ingrediente no te lo vas a comer. Eso sí, como la competenciafeis-tu-feis-arranca-bien-con-pablo-iglesias-pero-no-puede-con-el-belenazo-del-deluxe (el Deluxe) está resultando últimamente incomestible, quizás nos tomemos alguna taza más de este invento bienintencionado y por lo menos, original.