En un momento tan rabioso de la cultura popular, con franquicias de todos los géneros triunfando en el cine, en la televisión y en la literatura, no es extraño que dos grandes productos de culto se unan para deleitar a sus fans. Una de las sagas legendarias de moda en los últimos meses, gracias a su regreso a la gran pantalla, es Star Wars, que no solo nos ha sorprendido con la producción de tres nuevas películas, también con spin-offs intermedios. Incluso las series de la pequeña pantalla se han visto asaltadas por los héroes de George Lucas, y no ya por sus creadores, sino por esos incondicionales que no paran de imaginar crossovers imposibles. Hace unos meses recogí en Smelly Cat la idea de un ilustrador estadounidense que reinventó el cartel de Star Wars con los personajes de Stranger Things, y hace unas semanas la del equipo de The Walking Dead, que se inspiró en el póster de Star Wars: Los últimos jedi.
El diseñador que protagoniza el blog hoy ha ido un paso más allá y se ha atrevido a plantarle cara a una serie aún más popular que Stranger Things y The Walking Dead; de hecho, no hay duda, es la más popular actualmente: Juego de Tronos. El artista digital Andrew Tran, de Estados Unidos, friki además del cine y los videojuegos, ha reimaginado algunos de los personajes más icónicos de la ficción de HBO como si fueran protagonistas de la mítica franquicia fantástica. Podéis ver sus creaciones aquí abajo, pero si queréis curiosear sobre su trabajo, entrad en su perfil de Deviantart; podéis incluso adquirirlas online a través de esta web. Los diseños consisten en pósteres protagonizados por Tyrion y Jaime Lannister, Arya Stark, Daenerys Targaryen, la hechicera Melisandre y el Rey de la Noche. ¿Qué os parece lo que se le ha ocurrido a Andrew Tran? ¿Lo pondríais en vuestra pared o en la cabecera de vuestra cama?
No es la primera vez que hablo de esto, así que algunos ya sabréis que las creaciones de los fans son uno de los temas que más me ilusionan en lo que al universo seriéfilo se refiere. En los últimos diez años, las ficciones para televisión han dejado de ser algo minoritario para formar parte de nuestras aficiones cotidianas y, lo más sorprendente todavía, de nuestro discurso sociocultural; en este panorama, las reimaginaciones artísticas ideadas por los espectadores nos convencen de que las series son un indiscutible icono pop de nuestra era. En Smelly Cat he recogido algunas de mis curiosidades preferidas, como los carteles para cada episodio de 