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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Buscando un coeficiente para una carrera a pie

Me faltan días para dedicarme a todas las paridas que se me ocurren. Esta tampoco es una innovación del todo. Ya, por ejemplo, Sergio Mayayo habló en su blog sobre cómo se elaboraban los coeficientes de las carreras de montaña. ¿Podemos atrevernos con una medición aséptica de cada ruta a pie? ¿Cómo hacerlo? ¿Serviría para algo más que para dar un coeficiente más a la retahíla de datos que ya manejamos? ¿Más largo es un coeficiente más alto? ¿Tendríamos que incluir el ritmo, o este sería una variable que añade el corredor a esa ruta?

Al menos tenemos una ventaja. Las mediciones topográficas de cualquier salida a pie están al alcance de todos. GPS, herramientas online como wikiloc.com, en cualquier lado podemos obtener mediciones en unidades cognoscibles. O, al menos, convertibles a los diversos sistemas métricos.

Un ejemplo de un trote cualquiera (A):
(M)Metros recorridos. 8.300m
(dp)desnivel positivo. 87m
(dn)desnivel negativo. -87m

Hasta ahora todas las medidas son unidades equivalentes. Metros son metros.
Podemos asignar correlación directa e inmediata entre ‘más distancia’ y ‘más desnivel positivo’. Por probar con un evidente: CoefRun= (M*dp)/1.000
Así, el ejemplo anterior (A) sería 8.3km * 87m /1.000 = 0.72. Dividiendo entre 1.000 quitaríamos volumen innecesario, en previsión del siguiente ejemplo (B), cada día más habitual:

(M)Metros recorridos. 70.000m
(dp)desnivel positivo. 2.587m
(dn)desnivel negativo. -2.209m

El extremo parece irse cerca de 500 puntos (ejemplos del UTMB, WS, UTA, GTPirineos). Es exagerado y parece minusvalorar el alcance de todo trote «normal». Así que, antes de que se nos acuse de sectarios, pongámonos en el rango normal de un corredor. Dos ejemplos más de (C) 10 kilómetros en ruta y (D) maratón de asfalto.

(M)Metros recorridos. 10.000m
(dp)desnivel positivo. 62m
(dn)desnivel negativo. -54m

(M)Metros recorridos. 42.195m
(dp)desnivel positivo. 127m
(dn)desnivel negativo. -122m

Los coeficientes de (C) y (D), M*dp/1.000, respectivamente, serán 0.62 y 5.33, comparables y susceptibles de afinar. Todavía, el peso que otorgaríamos al desnivel positivo sería enorme. Entre un ejemplo de maratón en llano (D) y una simulación parecida (p.ej. con +1.800m) en montaña, el CoefRun se dispara a 75.3. ¿Es tan real y tan clarificadora una desviación de cientos de puntos porque el desnivel sea tan grande, respecto de una distancia sin desnivel pero que hay que recorrer de todas todas? Luego volvemos al desnivel.

En primer lugar para corregir esta desviación habrá que dar un peso regresivo al coeficiente de la distancia. Si no, el salto evidente de un novato trotando 9 o 19km apenas se notará frente a las barrabasadas que un experimentado ultramaratoniano puede hacer sin esfuerzo (pongamos, de 109 a 127), o que lo mismo corre dos maratones de ruta que tres de montaña.
Nos puede valer perfectamente M/10+M. Así moderamos el cociente entre un mínimo tendente a 0.1 y un máximo de 1, y ya lo podemos multiplicar por dp.

CoefRun = (M/10+M)*dp

Las cifras, más moderadas, son (A) 39, (B) 31, (C) 101, (D) 2.250

Aún es evidente diferencia que sale a favor de las grandes y excepcionales distancias y sus desniveles desorbitados, que hemos de ver que son minoría. Los miles de corredores se mueven entre 5 y 42km. Los millones de recorridos guardados en movescounts, garmins, trackers, etc. van en un rango constante siempre inferior a los 20 o 25km y apenas un porcentaje de runners corre habitualmente 30 km o más con 2.000 metros de desnivel o más. Una cifra que tiene un mínimo de 5m y un máximo de hasta 6.500 ‘pesa’ demasiado en la ecuación.
Tampoco es normal que un maratón absolutamente llano tenga un coeficiente menor que un cross de montaña de 15km. Hay que compensar el peso de ambos mundos, distancia y desnivel.

Y la distancia que se recorre en descenso, ¿no cuenta?
Es un problema añadido. Evidentemente no somos ciclistas y esas zancadas hacia abajo también cuestan trabajo. Van desde ‘cansan’ hasta ‘me destrozaron los cuádriceps’. Añadamos el dn (desnivel negativo). Un desnivel de bajada puede ir desde los mínimos 20 o 30 m hasta los 5.000m. De nuevo tenemos otro multiplicador a favor de las grandes distancias y desniveles, dado que las pruebas de montaña suelen bajar casi lo mismo que se asciende (excepción hecha de recorridos más en línea, ascensos como Jungfrau, Veleta o MiM Penyagolosa). También, dos veces en la misma fórmula sería redundar en la generación de un abismo entre ambos segmentos del running.

Total, quizá sea más lógico dar un peso relativo al desnivel con un rango entre 0 – carreras llanas- y 100 – grandes desniveles – Lo conseguiríamos con (dp+dn)/100.

Un ejemplo de los resultados con los cuatro mencionados.

CoefRun=(M/10+M)+(dp+dn)/100

Resultados: (A) 9,88, (B) 8,10, (C) 69,02, (D) 1.955,17

Impresionante, ¿eh? ¿Lo has probado con tu trote de esta mañana? ¿Con esa última Galarleiz? ¿Con tu expedición cientounera?

¿Todo esto tiene alguna utilidad?
No. Evidentemente, entretenerse un rato y elaborar ránkings personales de cuantas carreras pretendamos comparar, estados de forma, entrenamientos o apuestas deportivo-benéficas entre colegas de barra de bar o de oficina.
O de club.

Y ahí me he quedado y cuelgo este post por no borrarlo. Pero, utilidad, poca.

10 comentarios

  1. Dice ser jseguir

    Joer, me has dejado igual que en una clase de dasometría explicando el relascopio de Bitterlich…
    Te falta incluir el coeficiente de sombrajos y el índice de deserticidad de la prueba, amén de un plus por la calidad de los avituallamientos y si incluyen bocatas de jamón de jabugo… ahí te lo dejo para posteriores momentos de holganza en los que quieras afinar más los resultados…

    29 mayo 2012 | 09:58

  2. spanjaard

    Reirsos, reirsos, pero la entrada lleva 35 visitas en una hora.

    29 mayo 2012 | 10:07

  3. Dice ser Anónimo

    Se me acaba de ocurrir:

    – Número de entrenamientos que me he saltado por semana los últimos dos meses (Es) El rango varía de 0 a 2 aprox., pero siempre es > de 0, en provecho de la fórmula y porque es asín.
    – Kilos de más sobre mi peso ideal. (Kg) El rango varía, n, por supuesto.
    – Número de carreras que he hecho sobre esa distancia por probabilidad (entre 0 y 1) pasada de no acabarla (C1xP) Un número entre 0 y 1000, para evitar las problemáticas habituales del primero de los números naturales (si, yo soy pro-cero) con las distancias en las que nos estrenamos nos saltamos uno de los postulados de Peano y +1

    CofdenoCag = (C1*P)+1/(Es*Kg)

    Cuanto más alto sea el «Coeficiente de no cagarla», en mejores condiciones estoy para acabar la carrera… otro coeficiente inutil para calcular.

    29 mayo 2012 | 10:07

  4. spanjaard

    Echo de menos matemáticos como Sergio Bellido en este post…

    29 mayo 2012 | 10:09

  5. Dice ser Jose Sanchez

    Por meter variables podríamos hacer un churro de fórmula como para llenar una pizarra. pero seguiría valiendo de muy poco.

    Para mi lo más fácil es comparar el tiempo que se tarda en completar la prueba, o las calorías consumidas ya que tiene que ver con la duración y el nivel de esfuerzo (pulso).

    Es decir:

    a) Entreno de 1 hora. Coef =1
    b) Maraton en ruta 3h30m. Coef = 3,5
    c) Maratón de montaña 5h. Coef = 5
    d) Ultratrai 12h. Coef = 12

    Salen coeficientes más lógicos y fácilmente comparables. Pero seguiríamos teniendo algunos problemas. ¿Acaso no es más duro 1 hora de series que 1 hora de trote suave, incluso haciendo la misma media de pulsaciones, el mismo consumo calórico y el mismo desnivel?

    Simplemente desvariando.

    29 mayo 2012 | 10:44

  6. Dice ser mayayo

    jaja. pues aunque hayas querido rematar con una larga cambiada, el debate planteado me parece bien interesante, Luis.

    -Que cada vez más gente corre alternando tanto en montaña como en asfalto es un hecho.

    -Que la enorme mayoría de corredores gustaría de tener alguna referencia cruzada de rendimientos en asfalto y en monte, tampoco creo que haya duda. Sino, KJ no tendría que aguantar todas las semana lo de «¿Y tu, que márca haces en un maratón de asfalto?» 😀

    -Que el actual sistema de coeficiente FEDME es notoriamente insuficiente, es un hecho. Ya solo el no contar los metros de bajada habla solo.

    Y ahí están los bureles señores, cada uno en medio del prao esperando a ver si hay dulero que los pueda enronzar y llevar para el establo, cada uno a su cajón bien guiado….se buscan voluntarios.

    Uno pareció haber saltado a ello, pero le vemos indeciso. Adelante, hombre, adelante. Atrévase. 😉

    29 mayo 2012 | 11:34

  7. spanjaard

    Tanto Jose como Sergio,
    Es que es eso, precisamente, lo que me desanimaba y metía en callejones más y más estrechos.
    Kilian, ¿qué marca tienes en la Cavalls?, yo tengo 2h24 en Donosti.
    ¿Comparar la dureza de los recorridos no es suficiente? Los tiempos de quien sale a terminar su Galarleiz o a bajar 23 minutos su tiempo de top20, ¿deberían entrar en la ecuación?
    En monte, ¿cómo extrapolar experiencias similares de gente que ha corrido ediciones diferentes de Zegama, con barro o con seco?

    Y cocí durante una semana el post hasta que pensé: «así no voy a ningún lado».
    Y lo he dejado.
    Je m’accuse.

    29 mayo 2012 | 11:41

  8. Dice ser Manuwar

    Para Aristóteles la comparación es una figura del lenguaje, Sirve a un uso práctico del pensamiento, pero afirma sobre ella «. ..es imposible aprenderla de otro y es indicio de dones naturales, ya que usar bien de la metáfora equivale a percibir lo semejante…»

    29 mayo 2012 | 11:57

  9. Dice ser ser13gio

    ¿Metido a matemático de garrafón?

    Pues, sí, creo que es de utilidad, podría manejarse un coeficiente y que fuera de uso común. Y si le añadiésemos un factor de tecnicidad del terreno, mejor, que podría hacerse también, no tanto por opinión personal como escalada dentro de unos baremos más o menos establecidos y respetados, sino en cuánto afecta al ritmo.
    s

    29 mayo 2012 | 12:10

  10. Dice ser Manuwar

    Sigo meditando sobre el problema de la comparación. Se me ocurre que solamente se puede comparar lo similar, por eso una carrera es una comparación en si misma (una comparación de corredores). Se compara lo similar porque a todos los que están en la linea de salida se ponen en las mismas circunstancias de distancia, desnivel, clima.

    Aún así no todos están «en la misma carrera», por genética, por trayectoria deportiva,por lesiones, por cargas familiares o laborales,… se buscan distintos objetivos y al tomar la salida parte cada uno a la carrera que quiere hacer.

    Comparar carreras por tanto es una comparación de comparaciones, y lógicamente se podrá hacer mejor en la medida en que se compare lo que es más más parecido entre si en lo que a «condiciones de partida para los corredores» se establece (el Mapoma con el Maratón de Berlín, un km. vertical con otro…) La búsqueda de un coeficiente, en la medida en que pretende objetivar y cuantificar la diferencia entre lo que es similar, tendrá más o menos fiabilidad según el coeficiente mida casas parecidas o disímiles, y el valor significara algo concreto (¿la «dureza»? otro problema)

    Comparar coeficientes será, finalmente, la comparación de la comparación de la comparación entre corredores. ¿Qué coeficiente queremos? ¿Para qué lo queremos, puesto que se trata de un artefacto?

    En la escuela lógica de Port Royal se estableció la relación inversa entre extenxión e intensión de un significado. Cuanto más amplio es un concepto (más seres define), menor es su significado (cualidades o notas que posee). Sospecho que cuanto más puede comparar un coeficiente, menos significado tiene. Si inventamos un coeficiente que compare cualquier carrera a pie con salir a bailar un viernes o ir en otoño a recoger setas, a lo mejor nos da como resultado 42, 35 y 7, pero ¿qué hacemos con esos números salvo echar una bonoloto?

    30 mayo 2012 | 13:51

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