Ocurren cosas. Termina Octubre. Se me acumulan los días de parón de rodillo, con el mes de los árboles de amarillo apagándose y cada vez menos días para cumplir con lo de pintar una habitación de casa. He perdido estúpidamente -y sigo sin encontrar- un kilo hace días. Empiezo a tener cierta prisa en programar alguna salida excursionista y quedar, por ejemplo, a tomarme unos bocadillos por la montaña con los niños y algún amigo. Está recién horneada la temporada de 2011 y yo busco e inquiero el calendario de 2012 de las marchas de resistencia de la FEEC.
Llueve, caen cuatro gotas y declaran alerta amarilla en Madrid. Anoche parecía esto el Bronx, con todas las sirenas. Y el City mete seis al United, como si nos importara. Se mata un chico en moto. Es una vida de 24 años que se va a tomar por culo, una pena por el hecho en sí. Deberíamos aprender. Se ha matado en una actividad de riesgo que tiene la mala suerte de haber caído en gracia desde hace décadas ante los patrocinadores. En la sociedad de la velocidad machista. De la incultura del populacho al volante (o manetas). Se idolatra a payos que llevan al límite una máquina de 250cv. ¿Es un acelerador de neutrones o una grúa Liebherr para obras civiles? No, es una máquina para correr a toda hostia, que aporta unos valores de putísima madre a la sociedad. Igual que Alonso o Hamilton.
Ayer adelantaba a 50 en una vía de doble calzada a un vehículo que circulaba a 30 por su carril mientras que pasó entre ambos coches un imbécil a no menos de 90. ¿También tenemos que cerrar los ojos ante qué fomentan las actividades de motor (me niego a llamarlo deportes)? Ya sé, no mezclemos.
Se lee que murió haciendo lo que más le gustaba. Me recuerda a los talibanes del maratón. De cualquier deporte.
pd. Si he herido sensibilidades, esto es así. Un blog privado de acceso público.
Ves, lo que te digo. Que no es lo mismo que: ves lo que te digo.
bss spj
24 octubre 2011 | 15:59
Quien trata de emular a sus «héroes» en circuito, con muchísimas más dotes que ellos y con «chicanes móviles» es sencillamente imbécil. Los otros, sí, hacen lo que les gusta, les pagan por ello, pero a veces ellos pagan muy caro su trabajo-hobby. 24 años son muy pocos para morirse.
s
24 octubre 2011 | 16:12
No es por tocar los … Pero pervive la cultura del anfiteatro romano: Ahora se llama, por ejemplo, «pay per view» y, además, sutilmente las pulsiones son transformadas hacia otros objetivos; pero, en el fondo, en el fondo, no se ha movido mucho esta raya.
24 octubre 2011 | 16:34
¿Alguien lo dudaba, anónimo?
24 octubre 2011 | 16:37
Los deportes de motor no son deportes de riesgo. En dos años murieron dos personas en el mundial de motos y corren dos o tres cientos de chicos. En F1 creo que ninguno en varios años. Es cierto que el tenis es mas seguro y con menos riesgo para la integridad física pero los de las motos van con armaduras complicadisimas que los protegen de casi todo mientras que Nadal esta completamente descubierto.
Hace dos años un ex-presidente español defendió que la gente bebiera cuanto quisiera antes de subirse al coche. Eso no tiene nada que ver con Alonso o con Simoncelli. En Argentina, que no existen los Alonsos, mueren 30 personas al dia en accidentes de transito.
A la imbecilidad de algunos motoqueros y de algunos conductores de calle no hay manera de superarla pero no son replicantes de los heroes de las carreras: son imbeciles por hecho y derecho propio y no necesitan modelos. Almost sure
24 octubre 2011 | 21:15
Cuando uno muere, todo el mundo dice de él lo buen chico que era. Yo nunca he podido entender ese «cambalache» hipócrita. Este tipo que murió haciendo lo que le gustaba, echó de la pista a varios de sus compañeros, jugaba siempre con la muerte y acabó encontrándola.
No entiendo porqué ahora nadie recuerda su conducta agresiva y poco respetuosa con los demás compañeros.
Salud, amigo Luis
25 octubre 2011 | 07:24
No mezclemos deportes con cierto nivel de riesgo (que asombrosamente tienen un ratio de siniestros/temporada muy bajo) con la actitud cafre del conductor de este país. Son cosas linealmente independientes.
Medir qué aporta valor a la sociedad y qué no es una escala muy ambigüa compañero. ¿cuántos puestos de trabajo se generan en fábricas por la f1/motos?¿cuántos puestos de trabajo se generan indirectamente por los ingresos publicitarios?¿cuántos ingresos se generan en las ciudades donde llegan las carreras? No tengo la respuesta a ninguna de las preguntas, lo que sí es fácil es hacer demagogia en los dos sentidos.
Lo sí que es seguro es que la F1 y las motos en sí no hacen daño a nadie (salvo el que se piña), simplemente son un espectáculo deportivo más.
Otra cosa lamentable es la línea editorial de los principales rotativos que hace dos días ponían a parir sin descanso a Simoncelli por haber perjudicado a dos españoles en pista y ahora le lloran hipócritamente. Pero es la prensa que tenemos.
25 octubre 2011 | 07:42
Del mismo modo te pediría, Sergio, que contabilizaras cuantísimo dinero público se va en promocionar esos mismos deportes. La balanza, créeme, sale casi siempre con pérdidas. Y en esto incluyo nuestros amados maratones, o nuestros adorables equipos de basket.
Un deporte de riesgo como el skydiving, tiene mucho menos impacto en la sociedad, que no se dedica a tirarse de tejados o del viaducto (aunque aquello tenía su aquel). Pero este deporte nace de una actividad que es la de desplazarse con vehículos a motor, llevándolo al extremo.
Finally, juguemos a las homologías: ¿qué pensamos de un cariñoso y afamado compañero que muriese despeñado o por agotamiento mientras hace el Ultra Trail de los Cerros Pelaos?. ¿Quién nos manda extremar la actividad deportiva X? ¿Motos sí pero ultras no?
25 octubre 2011 | 11:31
Motos sí y ultras también… cada uno que se la juegue en lo que le hace más feliz 🙂
25 octubre 2011 | 11:41