Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Un naranja irreal

Vale que unos cientos de aventureros se están metiendo  una pequeña hincha de kilómetros y que si el terreno extremo, las condiciones dramáticas pero no tanto -de hecho cada año van más corredores de ritmos lentos- y el sugerente, para no ir, precio de inscripción. Si, es el Marathon Des Sables. Sí, el mito del desierto al que un año me quería enviar mi novia porentonces.

Yo me guardo ese irreal color anaranjado. Mitos aparte. Me quedo con él y su hipnótica atracción; llevo un rato que no me lo puedo quitar de la retina, se ha quedado engarzado como un zafiro montado sobre mis ojos, como un sello virtual grabado a fuego. ¿Te has fijado en lo minúsculo de esas huellas que persiguen a los corredores por escasos metros de loma virada en la duna, hacia occidente?, ¿has reparado en lo vertical de un sol que castiga en horas centrales a cuatro espárragos de colorines? Es una de las fotos del año.

Y no. No me verán por ahí, por mucho que mi querencia a las aventuras haga lógica -pero, ¿hay algo lógico?- una escapada al desierto.

2 comentarios

  1. Dice ser wild runner

    La foto es asombrosa. Creo que da una imagen muy buena de la dureza e inmensidad de ese desierto en el que estos valientes pasan una semana entera corriendo y en autosuficiencia.

    De todos modos Luis, nunca digas de este agua no beberé … y si no, al tiempo 😉

    05 abril 2008 | 11:13

  2. Dice ser Cocolocus

    Pues yo sí lo digo. Ni regalado. X-DDD

    Ahora, si fuese al Polo… 🙂

    05 abril 2008 | 13:12

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