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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

(VII) Como distinguir una mascota de un refugiado

No. No tengo especial devoción por los animales de compañía. Bastante desgracia tienen con ser gracejo y atadura de los humanos modernos. A su vez tienen la suerte de haber sido salvados por la crianza y selección cruzada de especies y ya no correr peligro de extinguirse, aunque sí de tortura. Pero tampoco llevo en mi alma al ser humano, con lo que en esta pujanza por mi despreocupación, tomé ayer partido. Por ninguno.

Arranca en la ciénaga una campaña para tener censada la cabaña doméstica. Coexiste con otra para adoptar desharrapados. Hablo de mascotas. Por un lado me topé con ‘adpoteert je een pup’. Hala, adóptalo. Un cachorrillo es un cachorrillo (que, a su vez, habrá abandonado otro de tus semejantes importantes). Pero la buena, buena, de cojones, es la de poner un chip a tu mascota paraque no se parezca a un refugiado que busca asilo. Efectivamente. A muchos holandeses aún no se les habrá pasado por la cabeza lo mucho que se pueden parecer. Pues aquí se lo aclaramos someramente.

Hay varias maneras de distinguirlos. El refugiado busca asilo (azielzoeker, en la campaña financiada y apoyada por diversas firmas) para huir de la muerte, la miseria, la guerra. Además, es de extrema utilidad: a pesar de ser marginado en terribles guettos y asentamientos temporales, es una fuerza de trabajo la mar de agradecida. ¿Recogería tu perrito las toneladas de fresas que esta temporada hay que tirar en Gran Bretaña por que no hay más trabajadores temporeros extracomunitarios? Ah, el perrito no tiene un cupo anual de perritos invasores de fuera de la Unión Europea. El perrito, con su chip o sin el, conserva más o menos los derechos inaliebales del chuchin. A saber: no le será dada una patada en los morros porque estamos en la Europa bien pensante y acogedora. Al armenio, pakistaní, mauritano o ugandés le damos primero pomada para curarle las heridas del salitre y luego le sobamos el morro de vuelta a sus sumideros originales.

Como dice la agencia publicitaria que ha pergeñado el mensaje, ‘maak je kaat geen azielzoeker’, no hagas que tu gatito sea un desharrapado. Porque será capaz de irse de casa vuando vea la cosa jodida, aparecerá por otro hogar contando lo cabrón que fuiste con ella, propagará entre los otros animales de compañía el dolor de su corazón y será un miserable hasta la muerte de sus descendientes. Tu ponle un chip y apriétaselo hasta que se calle. Los holandeses han olvidado que recibieron azielzoekers en los 60, 70 y 80 y que de todos se han aprovechado como fuerza motriz. Ellos mismos lo fueron en la Nueva Amsterdam (hoy New York) del siglo XVIII.

pd. Consejo para el verano. El libro De Azielzoeker es también la obra maestra del escritor holandés Groenberg. Llevo con él unas 40 vibrantes páginas y hoy no se si quedarme leyendo en el hotel o salir a correr. Fíjate tu.

3 comentarios

  1. Dice ser Carlos

    Somos una especie de lo más egoísta e incongruente a la hora de respetar según qué derechos y a qué o quien correspondan.Anda, vete a correr.Un saludo.

    13 junio 2007 | 12:03

  2. Dice ser Anonymous

    A las 6. Saludos, paisano.Span.

    13 junio 2007 | 13:46

  3. Dice ser ELMOREA

    Estoy por poner una queja, pero no sé por donde empezar, me lo has puesto dificil.Digo yo lo mismo, date unas carreras. Yo voy a hacer lo propio.Saludos.

    13 junio 2007 | 16:55

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