'Le traigo los asulejos, ¿baja?'

«Va, bajo«.

Y bajo.

Y cargo de la furgoneta a la acera como para alicatar un baño sin ser esto una metáfora en absoluto. Salen 16 paquetes de a 4 kilos largos. También salen dos manos amigas que me ayudarán en forma de cuñado salvador, pero nadie me libra de una sesión, la primeta, dentro de ese modo de caos casero que es la reforma de un baño. Sobre el papel, sencillo. Quitar bañera poner plato ducha quitar bidé y alicatar. Sobre el papel no dice que vivo en un cuarto sin ascensor, hecho este que seguro ha marcado mi genética para refinarla y acomodarla a esfuerzos superiores.

Tampoco dice que con el alicatado hay que subir saquitos de arena y cemento… espera, cómo lo ha llamado el albañil, ¿pegoplás o algo así?. Bueno, pues el pegoplás sale a 12 kilos y la arena a unos 10.

Así que tras las sesiones de 10×160 escalones me he ido a duchar a casa ajena. Antes, un 4+4 con la vuelta rapidilla. Hay días en que, incluso este blog, carece de glam. ¿En qué coño de idioma hablamos?.

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