«Es difícil ser rico si te comprometes a hacerlo en la forma en que debe ser justa, creo yo. El ser rico conlleva una disciplina porque tienes obligaciones que por alguna razón han llegado a tu vida».

Esta es una de las respuestas que Carmen Cervera le da a Juan José Millás en una entrevista que el escritor le hace a la baronesa en Interviú

Millás le pregunta si su hijo Borja sabe ser rico.

Y la baronesa dice: «Como no he hablado con él desde hace un año… Sabía cuando yo lo eduqué. Empezó a estudiar Ciencias Económicas, es capitán de barco y piloto de helicópteros. Está muy preparado. Estuvo en Suiza, luego en España, pero la carrera no la continuó porque conoció a una persona que cambió su vida y cambió la mía.

Era un chico muy serio, muy comedido con los gastos, siempre lo fue. Ahora, lo que dicen por ahí, por la prensa…, no lo sé, pero siempre fue serio con el dinero. El dinero no sale de la tierra ni de las máquinas de hacer dinero y todo eso».

Esta mujer no puede con la Blanquita que le ha tocado por nuera. No lo puede evitar y no lo oculta.

Carmen Cervera también dice que no puede negar que es, pero no se pronuncia sobre su opción politica: «Yo soy como los cuadros, el arte está por encima de la clase política. Intemporal».

La entrevista completa, aquí.

Ese prodigio de buen hacer que se llama Kiko Rivera, que se gana la vida acudiendo a discotecas para fotografiarse con cuantas más chonis mejor, nos dejó el otro día una prueba de su valía en el programa en el que trabajaba hasta hora, La Jaula, de Antena 3.

Trabajaba, porque el programa ha echado el cierre, quizá porque tanta vulgaridad es difícil de soportar. Teniendo ahí a Nuria Ber como en sus mejores tiempos, entre sus «contenturlios».

A Paquirrín que era otro «tertuliano» le hicieron el otro día una prueba de conocimiento y dio en el clavo el tío. Le empezaron a mostrar los pechos de cada una de sus choni-novias y no tardaba ni dos segundos en contestar la pregunta y acertar. Y por esa hazaña se llevó ovaciones varias de los acompañantes y el público.

Claro que todas han salido en la portada de Interviú como su madre las trajo al mundo pero más creciditas, que salir con Paquirrín no es cualquier tontería.

Del romance salen todas con la carrera terminada para empezar a largar en los programas del cuore y vender cómo lo hace, cómo la tiene y lo bien que las trata.

Ha sido nombrado embajador de la buena voluntad del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Un puesto desde donde luchará contra la pobreza.

En su nueva misión para la defensa de los pobres, el actor español tendrá las miras puestas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, una serie de metas que buscan reducir a la mitad la pobreza en el mundo para el 2015, mediante la lucha contra el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación del medio ambiente y la discriminación contra las mujeres.

«La pobreza nos roba nuestro potencial como personas, nos impide ser todo lo que podemos ser. Por eso es tan importante movilizar todos nuestros esfuerzos para vencerla» ha dicho Banderas tras su nombramiento.

El actor ha añadido que trabajará para impulsar medidas en todos los niveles de la sociedad, con atención particular en Africa y América Latina.

Helen Clark, administradora del PNUD, está ansiosa porque Banderas llame la atención del mundo sobre temas relacionados con el combate a la pobreza.

«El PNUD está complacido por el hecho de que Antonio se una a nuestro grupo de embajadores de la buena voluntad», ha dicho Clark. «Su compromiso probado con las causas de los menos afortunados lo hacen un defensor ideal de nuestro trabajo».

Banderas, que es un apasionado del fútbol, dice que está entusiasmado con unirse a otros embajadores de buena voluntad del PNUD como Ronaldo o Zinédine Zidane.

El torero Espartaco y Patricia Rato parece que ya está en trámites de divorcio. Digo ya están no porque les apremie yo a divorciarse, que no, sino porque después de que las revistas y los programas del cuore hayan estado calentando el asunto durante varios meses, poniendo margaritas a ver en qué quedaba esto, al final no ha podido ser y parece que van a partir peras y a poner fin a 20 años de matrimonio.

Este es uno de los asuntos que trata el colorín esta semana, que también nos ofrece una foto paternal de Bisbal empujando el carrito de su hija, Ella, nacida hace un mes.

La cosa va de padres: Junior en el número de Hola de esta semana ha decidido desheredar a sus dos hijos mayores y declarar heredera universal a la tercera, Shaila.

Y otro presunto padre que tendrá que pasar por el laboratorio porque lo ha dicho un juez, es Pepe Navarro. Ivonne Reyes ha ganado, según titula Lecturas, el primer asalto al que ella dice que es el padre de su retoño.

Como no podía ser de otra manera, Belén Esteban tiene algo nuevo que contar. Después del anuncio por sorpresa de su divorcio, que nadie se cree, ahora es noticia porque ya le han dado las llaves de su nueva casa, situada a las afueras de Madrid. O sea que el portal de Belén va a cambiar cuando ella y su hija se muden al nuevo chalé. Está por ver si las acompaña Fran, aunque tiene todas las papeletas.

Y lo más de lo más esta semana es el superfiestón que la crème de Madrid celebró en el Museo Thyssen, y que recoge la revista Hola, para recaudar fondos para Haití.

Una paradoja ver a todos los ricos del país, con sus mejores galas, haciendo obras de caridad por los pobres que no tienen nada. Y qué mejor imagen que hacerlo con las joyas puestas.

Ten amigos para que a la primera de cambio se presenten en un programa a cobrar una pasta por hablar del que se supone que es o ha sido un amigo íntimo. Tan íntimo que hasta se sabe el tamaño de su «dotación».

Es lo que le ha pasado a Pepe Navarro -quien siembra vientos…- que no sólo hablan de él las novias conocidas, las despechadas y hasta las desconocidas, sino que algún amigo también se han apuntado al carro del dinero fácil.

José Luis Sousa, un amigo del presentador, estuvo en un programa del cuore la otra noche para largar lo que le vino en gana sobre el ínclito, ya que le ponían el micrófono, le preguntaban y encima le pagaban.

Contó este amigo que Pepe Navarro le dijo que el hijo de Ivonne Reyes era suyo y que la relación de éste con la venezolana era de amigos con derecho a roce.

Y refirió con una seguridad pasmosa -parecía que él también estaba allí- que en un cumpleaños de Navarro, Ivonne Reyes le llamó para que fuera a recoger el regalo a su casa.

Cuando llegó, ella le dijo que el regalo lo tenía en la otra habitación y que fuera a buscarlo. Y allí fue el otro a ver el regalo: era Marlene Mourreau, no sé si envuelta o no en papel de celofán.

¿Dónde estaría metido el largón que se lo sabía tan bien?

Sara Montiel se ha quedado en la ruina porque su administrador, un tal Francisco Fernández, se ha llevado todo lo que ella creía que tenía.

La actriz y cantante, de 82 años, está bajo tratamiento psiquiátrico del disgusto que se ha llevado cuando creía que tenía todo resuelto.

El pasado 25 de febrero, Sara Montiel presentó en los juzgados de Madrid una querella por estafa y apropiación indebida contra Francisco Fernández, su hombre de confianza durante los últimos 19 años.

«Ha sido un golpe muy duro. Estoy en manos de un psicólogo porque tengo ataques de ansiedad. Paco era uno más de la familia y cuando descubrí lo que había hecho me llevé un disgusto muy grande», ha dicho la actriz a El Periódico.

Sara descubrió la estafa el pasado verano, al comprobar que 185.000 euros que debía haber cobrado por una serie de actuaciones no habían sido ingresados en sus cuentas, según desvelaron en DEC, la otra noche.

«No he presentado antes la querella porque hemos estado recopilando documentación para demostrar las acusaciones», contó la artista, que añadió «sólo en cinco meses del 2009 se apropió de 500.000 euros». Según sus cálculos, el administrador se ha apropiado de más de nueve millones de euros.

A pesar de que su marido, Pepe Tous, le advirtió antes de morir, Sara cedió todos sus poderes económicos a Paco Fernádez.

La artista reveló que su empleado llevaba un nivel de vida superior al que le permitían sus ingresos. «He descubierto que se ha comprado una casa de 2,4 millones de euros y un coche de 190.000».

La revista Qué me dices ha hecho un cálculo de lo que la Princesa Letizia se gasta al mes en ropa, a partir de los modelos y el calzado que ha lucido durante 30 días, del 16 de enero al 16 de febrero. El montante asciende a 20.000 euros.

En ese tiempo, Letizia vistió 16 modelos de un precio medio de 1.200 euros. Destaca la revista la ropa del diseñador preferido de la princesa, Felipe Varela, y también de Mango; los zapatos de Magrit, Sara Navarro y Pura López; y las joyas discretas de Suárez y Tous.

¿Es suficiente? ¿Es demasiado? ¿Se queda corta la Princesa en sus gastos mensuales, teniendo en cuenta su papel en la Corona? Como no sabemos, porque es información que no se facilita, cómo reparte el Rey entre su familia los 8,90 millones de euros que recibe de los Presupuestos Generales, no podemos deducir si la Princesa es gastona o utiliza con mesura su asignación.

Si se la compara con Rania de Jordania, como hace Yo Dona, que se hace eco de un reportaje de la revista fracesa Point de vue , la española es comedida.

Rania es muy aficionada a los costosos modelos de la alta costura internacional, sobre todo francesa, y no repara en gastos.

Según la publicación francesa, Letizia sigue el patrón de la mujer de Abdalá II tanto en sus gestos como en su corte pelo y sus modelos. También ha recurrido a la cirugía estética como la jordana.

“Son las más espectaculares del planeta coronado, cada año que pasa están más guapas”, dice Point de Vue, mientras Yo Dona alaba el «mutismo principesco» de Letizia, ya que su discreción la está haciendo crecer en el panorama social frente a una Rania que tiene demasiado protagonismo en la vida pública y cuenta incluso con perfiles en Twitter y Facebook.

Están a la que salta los ojos repartidos por todos los rincones y le han querido amargar la fiesta a la primera dama de Francia.

El ceñido vestido de Roland Mouret que lució Carla Bruni la semana pasada, durante la recepción al presidente ruso Dimitri Medvedev no ha pasado desapecibido.

Aparte de que marcaba un estupendo trasero y su marido aprovechó para posar disimuladamente su mano en la sugerente estampa, la critican por ir en bolas, por no llevar sostén, como si eso fuera una barbaridad.

Al diario británico The Sun le ha parecido fatal la «osadía» y dice que a Carla le faltó decoro en un acto en el que se debían respetar las normas escrupulosamente.

Menos mal que ahí estaban los medios franceses para fedender a «su presidenta» que no enseñaba nada, dicen.

En una semana en la que Bruni está encantada de haberse conocido, pregona su amor por Sarkozy y afirma incluso que el matrimonio es para toda la vida, van los encorsetados británicos a enmendarle la plana a cuenta de su ropa interior.

Seguro que lo convierte en moda.

Sólo Penélope nos libra de Belén Esteban en las revistas del cuore de esta semana. La actriz es la protagonista de la portada de Hola y del reportaje sobre la gala de los Oscar, a la que acudió junto a Javier Bardem, guapísimos y muy puestos los dos para la ocasión.

Hola es la única que se desvía del tema de la semana, el resto de las revistas llevan en su portada a la Esteban por aquello de su divorcio por sorpresa. Pero ninguna explica las causas, porque no le han preguntado a Aramís Fuster, que tiene mucho ojo para estas cosas, además de línea directa con el Universo para mover según qué cosas aquí en la Tierra.

Esta señora tan particular se la tiene jurada a Belén porque una vez le dijo algo que no le gustó, y desde entonces la tiene apuntada en su libro negro. De vez en cuando habla con las alturas y zas, a la Esteban le cae una desgracia. Es lo que tienen los videntes.

Y esta debe de tener una influencia grande porque ella es la artífice de que la otra se haya divorciado. Vamos que dice que mientras la Esteban no le pida perdón le van a pasar cosas que la van a matar mediáticamente.

Y yo que creía que era sus bailes en Mira quien baila. Pues no, es Aramís.

Y mientras, el bar de Fran, parece el del Congreso, lleno hasta la bandera porque los reporteros no se mueven de la puerta desde el lunes pasado. Este sí que se tiene ganado el Universo.

Esto lo dice Cachuli, que en su última comparecencia pública en una tele, Telecinco, a la que está abonado previo pago, echó porquería a todas sus ex, a Isabel Pantoja y a Mayte Zaldívar. No por igual, porque a la Pantoja le tiene más inquina, pero de las dos dijo que aguanten su vela en el juicio que tienen los tres dentro de la operación Malaya.

Vamos que él se considera incocente de que a una y a otra las acusen de blanqueo de capitales: Que Isabel Pantoja no haya podido justificar el ingreso de más de un millón de euros no es mi problema, dice su ex novio.

Este Cachuli si dice dos frases seguidas se contradice; y así hizo en la última comparecencia en Sálvame, porque después de haberles dicho a las dos mujeres que han compartido su vida que aguanten sus velas, dice: «He sido alcalde de Marbella, he firmado cosas por la que he estado en la cárcel y seguramente si Maite o Isabel no hubiesen estado conmigo, no estarían en esta situación. Estamos todos procesados. De eso sólo me preocupa mi hija, también procesada, del resto: Que cada uno aguante su vela. No quiero la cárcel para nadie, me he chupado tres años y la cárcel ni al peor enemigo».

El ex reo Cachuli no hace más que decir que él no pagaba nada, que la Pantoja lo pagaba todo: la casa de ella, el carro de ella, el coche de ella, y le pagaba hasta el café.

«Sería una acusación insensata si yo dijera que Pantoja ha blanqueado. Pero todos en general, del mundo del arte, espectáculo y demás, habrá partes en A y partes en B». Toma aviso a navegantes.

La mejor defensa, dicen, es un buen ataque y él lo está siguiendo al pie de la letra: Yo me como lo mío, y los que me rodeaban, también.

Dice Cachuli que él está acusado por recalificaciones de terreno, no por habérselo llevado crudo a su casa, pero su ex mujer, Mayte Zaldívar, lo dejó bien clarito: «He visto las bolsas llenas de dinero que circulaban por mi casa casa de Marbella».

Allí se lo debía llevar hasta el apuntador.