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La magia interactiva y solidaria de la estación Wonderbook

Tímidamente, escudados en esa vergüenza que sentimos los adultos cuando nos exponemos a una situación en la que pensamos que podemos parecer ridículos, varios grupos de periodistas nos hemos enfrentado esta semana al original montaje que ha organizado Sony en Madrid para dar a conocer Wonderbook: El libro de los hechizos.

La idea de la compañía nipona me parece magnífica: transformar la estación de metro «abandonada» de Chamberí (que por desgracia muchos madrileños aún no conocen) en un entorno mágico para los más pequeños, un lugar que estos días es al mismo tiempo historia contemporánea, un espectáculo infantil y una magnífica campaña de marketing.

Los periodistas hicimos las veces de conejillos de indias a la hora de explorar ese nuevo universo, un recorrido en el que un grupo de actores interpretaron los papeles que durante días representarán ante los niños. Magos, dragones, cuadros misteriosos… Todo ello conforma una miniaventura en la que los pequeñajos —mucho más cómodos en el papel de niños que nosotros los aburridos adultos— deben recitar conjuros y hacer pases mágicos con una varita como si fueran jóvenes aprendices de Hogwarts.

El final del trayecto era, por supuesto, un espacio en el que jugar con Wonderbook: El libro de los hechizos y emular así los prodigios de Harry Potter y sus amigos. Sin duda, esta es la mejor parte de la estación mágica, aunque paradójicamente fue la que peor sabor de boca me dejó. No, no es que el juego me pareciese malo, sino que éramos tantos asistentes que apenas pudimos disfrutar unos minutos del PS Move convertido en varita virtual y las vistosas maravillas que produce la realidad aumentada. Me quedé con las ganas de mucho más, lo prometo.

La elección de las fechas prenavideñas, tanto para lanzar el juego como para abrir la estación mágica —un plan ideal para que los enanos se lo pasen en grande—, supone también un gran acierto de Sony. El colofón lo pone el cariz solidario de la iniciativa: por cada niño que visite la estación, Sony donará un euro a la Fundación Juegaterapia, una organización sin ánimo de lucro que trabaja para que hacer más agradable la vida de los niños hospitalizados durante largos períodos.

La estación mágica Wonderbook es de acceso gratuito y estará abierta al público jueves y viernes de 12.00 a 20.00 y sábados y domingos de 10.00 a 20.00 ininterrumpidamente del 6 al 23 de diciembre en la estación fantasma de Chamberí (Plaza Chamberí, s/n Madrid).

Diversión para los niños y solidaridad con los más desfavorecidos por un coste de cero euros. Sí, es una campaña publicitaria, pero ojalá hubiera muchas más como esta.

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