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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

La muerte y vida de las ciudades, americanas o europeas

Mato los ratos previos a dormirme o intercalados entre actividades con la relectura de una de las obras clave en entender el pulso de las ciudades: The Death and Life of Great American Cities, de la imprescindible socióloga y economista americana Jane Jacobs. La que dijo allá en los años 60 cosas que ahora están en plena vigencia para las ciudades europeas y sobre la que podeis leer un obituario en el País. Por cierto, su entrada en la wikipedia no está traducida al español. Así nos está yendo. En nuestro grupillo de la Universidad de Amsterdam era lectura obligatoria si uno quería participar en algún debate con conocimiento de todo el proceso de urban renewal. Una de las sentencias más crudas de Jacobs versó sobre la vida en las calles.

Corto y pego un párrafo. Hacedme un favor y aplicaos algo con vuestro inglés de batalla. Luego pregunto si os podéis aplicar lo mismo a vuestro barrio.

A city street equipped to handle strangers, and to make a safety asset, in itself, out of the pressence of strangers, as the streets of successful city neighborhoods always do, must have three qualities:
First, there must be a clear demarcation between what is public space and what is private space. Public and private spaces cannot ooze into each other as they do typically in suburban settings or in projects.
Second, there must be eyes upon the street, eyes belonging to those we might call the natural proprietors of the street. The buildings on a street equipped to handle strangers and to insure the safety of both residents and strangers, must be orientes to the street. They cannot turn their backs or blank sides on it and leave it blind.
And third, the sidewalk must have users on it fairly continously, both to add to the number of effective eyes on the street and to induce the people in buildings along the street to watch the sidewalks in sufficient numbers.

En vuestro barrio, ¿hay ojos constantemente mirando qué ocurre? Si un señor se cae en la acera, por ejemplo, ¿salen inmediatamente vecinos a echarle una mano?
Más aún, ¿está distinguido claramente qué es espacio público y privado? ¿La entrada por la puerta de las fincas es la diferencia entre casa y calle o existe un segundo espacio público interior en el que refugiarse (p.ej urbanización cerrada), siendo innecesario salir a la calle para respirar vida pública?
Y tercero, ¿vivís en calles con gente circulando por ellas de manera continuada?

Sabed que la falta de estos tres elementos vitales han asesinado los barrios y los centros de las ciudades americanas desde los años 80 en adelante. Es más, son los puntos que hacen que un centro urbano sea molón, divertido, que atraiga visitantes y turistas, o que sea rechazado por peligroso y lumpen.

¿Sabéis de algun ejemplo cercano?

3 comentarios

  1. Dice ser Rafa

    Vaya, todo un descubrimiento, no sabía que ud. también era del «gremio» urbanista y derivados.
    Como economista urbano, trabajé más el libro «La ciudad y la riqueza de las naciones», pero los argumentos de este «Muerte y vida …» está cada vez, desgraciadamente, más vigente en nuestra sociedad. La «modernidad» mal entendida, la búsqueda de un beneficio privado y la socialización de los costes, el individualismo galopante, etc. se están extendiendo a marchas forzadas. Al menos, aquí en Valencia, asistimos con estupor (algunos) a la total destrucción de tramas urbanas consolidadas, con carácter propio y que favorecían relaciones interpersonales y que «hacían ciudad», en aras de este nuevo tipo de urbanismo en el que la vida pública no existe y que tanto podían existir aquí como en Camberra.

    Esa es la desgracia de actuaciones en barrios como el Cabanyal.

    No me extiendo más, gracias por tu entrada de hoy, me ha sacado del letargo de una mañana de viernes plomiza.

    11 junio 2010 | 09:00

  2. spanjaard

    Rafa, yes we can. Googlea una suma aleatoria de retail planning urbanismo comercial luis arribas y por ahí circula mi pasado cuasi borrado.

    11 junio 2010 | 09:04

  3. Dice ser Bandoneon

    No basta con que los ojos miren aunque sea un buen principio. En La Haya habia ojos que inclusive se equipaban con espejos estrategicamente orientados para no perderse detalle y sin embargo a nadie le importaba nada. Ahora vivo en un pueblo pequeño y a todos les interesa todo demasiado pero nadie mira. No basta con espacio público. Al espacio publico hay que llenarlo de contenidos, de interes, hay que dirigir la mirada.

    12 junio 2010 | 07:02

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