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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Fuera máscaras

Pasé por la plazuela adoquinada de Navalcarnero y ví, enlosado, en granito nuevo novísimo, vamos, que no tendría ni 30 años, el «caídos por Dios y por la patria» a la espalda de un nacimiento que suelen asentar en un jardincillo, la verdad, muy mono. Y pensé. ¿Por qué van a tener que quitar un símbolo al que dedican saludo silencioso y padrenuestro por los mártires cada día? Lo que falta es un monolito en otro lado que diga «caídos por los del Dios y la patria».

Que Microsoft nos encañone y diga que, o compramos sus versiones del Vista, o nos meterán dos tiros entre ceja y ceja. Que Telefónica se pase con unos sicarios por nuestras puertas de rellano de vecindario que mira lo que gasta, y nos diga que cambiemos a router o nos quedamos sin actualizaciones. No veo necesario que nadie que tiene como fin último sacarnos hasta los tuétanos tenga que sacar eslógans por la paz mundial, las compresas sin alas o la sonrisa de tu alma.

El inventor de la Thermomix que se ande con ojo. Como me entere de quien es y me cruce con él por la calle, posiblemente le arrojaré a los ojos la sarta de comidas navideñas que ingerí esta tarde gràce a la Thermo y le inundaré de lasaña y arroz con leche desde los ojos hasta su traje de Gucci. Aunque la culpa haya sido mía por salir a correr a toda hostia los 5.4km de la Legua Nocturna de Daganzo de Arriba, la lenta digestión de anaconda de sus patrocinados platos ha hecho que fueran más torturantes que los 180km del corralillo.

Que rtve abandone del todo la lucha por las audiencias. De verdad, que no se piquen con nadie. No por incompatibilidad moral, por el sacrificio del servicio público. No. Simplemente porque no les hace falta. Los programas de La Primera son tan casposos y grumosos que algo mágico e irreverente deben tener. La Muchachada Nuí es un estandarte bizarro de una batería mortal de programas para jubilados, modorros, mentes adormecidas o vaya usted a saber.

Así, cada uno, bien clarito a quién se debe. Y que San Pedro se la bendiga. Y los católicos que no se empantanen en discursos correctos. Lo suyo es el palo, la colleja, el mecagoendios y la mujer preparando macarrones boloñesa con la Thermomix. Y banderas ecologistas, como bien veréis en la manifa pro-familia. Dios salve al aguilucho.

2 comentarios

  1. Dice ser Adrian Vogel

    En la lista de innombrables solo te han faltado los ya clásicos de SGAE y todos los que escriben y hacen Libertad Digital -que vista la afluencia de ayer quizás no sean tantos como dicen ser.

    Yo desde que quitaron Carta de Ajuste, mi programa favorito, me cuesta mucho sentarme enfrente de la tele.

    31 diciembre 2007 | 11:55

  2. spanjaard

    Hombre, Mr Vogel, no es que sean innombrables sino que éstos van directamente sin máscara, lo que me parece muy requetebien.

    Feliz entrada del 8.
    SPJ

    31 diciembre 2007 | 13:11

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