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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Si tiene barba San Antón, si no, la purísima maratón

Tengo entre ceja y ceja un hueco que suelo rellenar con el dedo índice hacia dentro, como cuando un pensador se pone interesante, y me levanto casi instintivamente las gafas cuando me caen por mi escaso caballete. Es un gesto algo Jerry Lewis, algo Woody Allen, aunque soy consciente que nos mueven diferentes impulsos. Bueno, al humorista blanco de las hombreras y mandíbulas de negro ya no le mueve nada porque murió. Pero Woody Allen, que se sepa, suda poco mientras corre. Más bien: no corre.

A mi hoy me recordaba lo de correr con gafas, con lentillas, al debate sobre el género de esa prueba (la) de 42.195 metros que mueve millones de personas y también ha producido un movimiento general del uso del lenguaje. El maratón, como dice la RAE que tenemos que decir, o la maratón, como se usa en la calle para denominar y demonizar a esa carrera larga pero, asímismo, a sus hijas (las) medias y a (las) otras carreras populares. Andaba por ese recorrido mochilero más de verano, subiendo desde Pradillo, la calle de ir mirando de reojo movimientos sospechosos (trabajo cerca de un periódico amenazado por el terrorismo), por Príncipe de Vergara del azul marino, Chamartín, las 4 torres y Fuencarral. Subía trotando vigilando que la lesión de la fascia plantar no se reproduzca, con mi mochilita ASICS de las mil batallas, y me acordaba mirando de reojo a la torre Mutua Madrileña de ese cruce de emails que tuve con la Real Academia de la Lengua Española.

Y ejque, para ellos, para su teórico el difunto Lázaro Carreter, maestro de Lengua de nuestra enseñanza secundaria, poner ‘la’ delante del maratón era un vicio adquirido por los payasines del periodismo deportivo, que habían feminizado (no se si se dirá femineizado) equipos de fútbol extranjeros (la Juventus, la Roma) y algunos dejes del balón parecidos. El asunto estaba detallado en ese libro entre coñazo y divertimento refunfuñón llamado El Dardo en la Palabra. Total, yo me emperraba en el incierto origen. Se ve que, ante la duda, se le coloca el masculino al término, cosa muy de esa gente mayor que hay por la Academia.

En idiomas sin género como el inglés, ‘the marathon’ no tiene ni padre ni madre ni perro que le ladre. Pero su equivalente más cercano es ‘the race’, la carrera. El francés apadrinó ‘le marathon’ pero le salieron hijas rana como ‘la sémi’. Nada me horrorizaría más que descubrir esa leyenda mítica masculina a la distancia grande, y femenina suavecita para la distancia corta. Supongo que no irán por ahí los tiros, asi que seguimos investigando. ‘La maratona’ es para los podisti italianos una mamma cruel pero amorosa. Los holandeses llaman al cacharro ‘het’, esa cosa neutra de los idiomas del norte. Malo. Una carrera así no puede dejar a nadie indiferente. Como portugueses pecan de lo mismo que italianos, suponía que por ahí deberían ir los tiros.

Si es una carrera, una distancia, una tirada larga, una tortura, una barbaridad, una hazaña o una heroicidad, será como la mar. Pero si le afilamos las quijadas y se queda en un evento deportivo, un terminar por terminar, habrá que agachar las orejas y admitir que, pese a equivocarse, el/la maratón tiene un problema de identidad que engancha y que a mi me hizo subir hasta la estación de RENFE de Fuencarral en un santiamén. Y apenas me molesta el talón.

10 comentarios

  1. Dice ser Betote

    Se ponga como se ponga la RAE, la lengua la hace el pueblo. Y lo correcto es lo que los hablantes ven como correcto.Y aquí estoy hablando (escribiendo) como filólogo.Saludete 😉

    18 enero 2007 | 23:32

  2. Dice ser Talín

    Como siempre he dicho que el día que la eche un piropo y ella me responda con un guiño, terminará por salirme un buen parcial, para mi siempre es “la maratona”. Aunque por la tierra ya me han corregido que es “el”.

    19 enero 2007 | 05:41

  3. Dice ser Spanjaard

    Betote, me gusta esa apreciación de la lengua como crecimiento popular. A ver si me paso por tu cubil. Saludos.

    19 enero 2007 | 08:29

  4. Dice ser Bulderban

    Es ta claro que la duda de si es el o la ya la tenemos con el/la «mar»…y como luego lo unico que se hace es añadir «atón», pues eso. Mi profesor decía que el mar es un termino más descriptivo y la mar era una expresión utilizada por poetas y escritores, con un sentido mucho más…romántico. Usease que según lo que le reporten a cada uno los 42,195 km, que se adapte… para mi: empiezo a correr la (hermosa) maratón y acabo corrieno el (cabronazo)maratón 😉

    19 enero 2007 | 09:40

  5. Dice ser despacio

    Igual que el/la mar, pasa con el/la calor. Los andaluces saben un montón de calor y tienen una especie de clasificación, no escrita, que no nos va a ayudar con lo del maratón, pero a lo mejor alguien saca alguna conclusión:- El calor: es para cuando hace bueno, pero se puede aguantar.- La calor: obligatorio echarse la siesta a riesgo de perecer a esas horas. Por ejemplo, en la puerta de un negocio se cuelga un cartel «cerrao por la caló».- Los calores: esto ya es peor. Es como el calor, pero todo el día, no se descansa bien. Por ejemplo, «con estos calores no hay quien duerma».- Las calores: indescriptible, eso hay que vivirlo.Un abrazo.P.D.: el domingo no voy a Sanse, pero subiré a Navacerrada.

    19 enero 2007 | 13:23

  6. Dice ser merak

    bueno, creo que lo mejor de esto es que se puede decir de las dos maneras…saludos

    19 enero 2007 | 16:35

  7. Dice ser Lynnsinhill

    El maratón, o la maratón, o MARATHON, con z en la lengua, lo importante es llegar.ByeSigo diciendo que en deportes eres el mejor, y si te voto no te lo tomes como un favor, es pura convicción.

    19 enero 2007 | 21:55

  8. Dice ser ag

    pero donde es que la llaman como niño, si es una más del género femenino!!!

    21 enero 2007 | 02:00

  9. Dice ser Lynnsinhill

    Todavía lo mismo, Spanjaard? Que aquí se vota hasta durante el fin de semana, ya podrían dar vacaciones para esos días.byeYo no te digo lo obvio.

    21 enero 2007 | 19:48

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