Qué diferentes somos las mujeres de los hombres en esto tan bueno del sexo, del amor y de la amistad.
Lo dice una amiga, después de digerir como ha podido -no está muy por la labor- que un ex marido pueda ser un amigo después. Porque todo depende de cómo haya sido la ruptura, de cómo se te haya quedado el cuerpo y de la forma de ser de cada cual.
A ella le sentó a cuerno quemado que al mes de separarse -lo decidió él- se le presentara en casa diciendo que ya que se conocían del todo, podían seguir teniendo sexo y pasarlo bien, aunque ya no fueran pareja. Vamos, que fueran amigos con derecho a roce.
Se le pusieron los pelos como escarpias. Con lo que había sufrido y estaba sufriendo ella por esa ruptura y el otro tan pancho proponiéndole que no rompieran del todo. Le contestó que nones.
Hoy son grandes amigos, pero sin roce, porque después de pasado el berrinche y, sobre todo, el tiempo, retomaron una relación de amistad que les vino muy bien a los dos.
Conozco otros casos en los que la relación es nula. Desde que se separaron no se han vuelto a ver ni ganas que tienen. Cada uno ha seguido su camino y no quieren ni recordar al otro porque la separación fue muy dolorosa. Una de ellas no se acuerda ni de la cara de su ex marido.